Evidencias de las conductas homosexuales

En Francia más de 800 mil personas marcharon en enero de 2013 para protestar en contra de la iniciativa de Francoise Hollande de avalar las uniones entre homosexuales como matrimonios legales. Pancartas por las calles portadas por niños, mujeres y familias en general que decían: «No desnaturalicemos el género humano», «No hay óvulos en los testículos» o «Sé de dónde vengo, pero me pregunto adónde voy» se podían leer en la Ciudad Luz. En Estados Unidos por su parte, ahora que ha jurado Barack Obama por segunda ocasión, como el Presidente número 44 de la Unión Americana se supone que se permitirá en todos los Estados Unidos que las personas homosexuales se “casen”.

En este sentido, como es de dominio general en México es lícita esta clase de uniones solamente en el Distrito Federal y a nivel Nacional se reconocen para efectos de tramitología. No obstante el mundo está a la expectativa porque equivocadamente, antes de considerar el bien común, antes de pensar en el futuro de la sociedad humana, deciden como se dice coloquialmente “de forma taquillera”.

Entre que se toman las decisiones y se votan las iniciativas, es preciso siempre informarse y formarse para no quedarse con 140 caracteres como si fueran la verdad. Para ello, aprovechando la visita que estas semanas ha hecho el psicoterapetua y educador, ex homosexual Richard Cohen a nuestro país, quiero rescatar evidencia que publica en su libro “Comprender y Sanar la Homosexualidad” (Coming Out Straight) en la primera edición.

Menciona que McWriter y Mattinson, dos terapeutas homosexuales realizaron una encuesta sobre ciento cincuenta y seis parejas de varones. Los resultados reflejaron en su libro “La pareja masculina”, los descubrimientos que hicieron al obtener como resultado que el 95% de las parejas eran infieles y que el 5% de las que eran fieles habían permanecido juntos no más de cinco años. Estadísticas que si comparamos con otras realizadas sobre la fidelidad en las parejas heterosexuales, obtenemos que la American Journal of Public Health publicó una encuesta realizada con más de dos mil personas y reveló que en un período de cinco años sólo el 6.4% de las personas casadas fueron infieles, lo que significa un 93.6% de parejas fieles. Por otro lado, el National Opinion Research Center de Chicago publicó que sobre tres mil cuatrocientos encuestados, entre un 3 y un 4% de los casados tenían un amante distinto a su cónyuge. Estos resultados contrastan con el 95% de parejas homosexuales infieles.

Richard Cohen nos dice que los homosexuales tienen al menos doce veces más probabilidades de abusar de los niños sexualmente que los heterosexuales, los profesores homosexuales son al menos siete veces más propensos a molestar a un alumno, se estima que los profesores homosexuales han cometido al menos el 25% de los actos sexuales contra los alumnos, el 40% de las agresiones sexuales son cometidas por personas involucradas en actividades homosexuales. A lo que agrega que estas estadísticas nos muestran claramente que el comportamiento homosexual ni es normal ni es natural. Sin embargo, aclara que equivocadamente los miembros de la comunidad homosexual objetan que la intolerancia social y el prejuicio provocan esas conductas destructivas. No obstante, Cohen dice que la razón profunda de esos comportamientos no sanos es la quiebra emocional que en primer lugar causa la condición homosexual. El prejuicio social sólo exacerba un dolor que ya existía previamente en lo más profundo de sus almas.

Evidencia que nos grita a voces que avalar tales uniones como legales, desconoce la realidad de la conducta homosexual, de hecho la aplaude y olvida el bienestar de la sociedad. Hollande, Ebrard, Obama y todos aquellos que apoyan estas legalizaciones no piensan en la especie humana, no consideran el bien común, sólo buscan su propio bienestar. No permitamos que la ideología empañe la ciencia perjudicando el futuro de la sociedad.

Nos leemos la semana que entra para no quedarnos atrás y ver hacia delante.

 

Deja una respuesta