Alemania, otro Renacimiento

La historia nos demuestra una y otra vez, que los logros de una cultura, no pasan desapercibidos para el resto del mundo, a pesar de las circunstancias. Las dificultades geográficas, la falta de una comunicación como la que hoy tenemos, no han sido impedimento, para que cada vez que hay algo digno de conocer y compartir, las noticias vuelen y el movimiento se de en todo el continente. Los momentos de gloria del renacimiento italiano, traspasaron los Alpes y todo el que se interesó por la cultura en sus diferentes manifestaciones dirigía sus miradas a Italia.

Alemania es uno de estos ejemplos, aquí, esta corriente entra más por el pensamiento y el razonamiento. Este humanismo tiene un efecto tremendo, ya que sobreviene un choque entre la tradición y las nuevas ideas, lo cual lógicamente trajo una importante ruptura en la vida social y religiosa. En estos difíciles momentos aparece un gran invento: La Imprenta. Este dará al grabado una categoría diferente. Esto aunado a la fuerza del pensamiento, dan una nueva dimensión al arte. Entre los muchos representantes que tenemos de este período, hay uno que sobresale por la calidad e imaginación de sus interpretaciones.

Albrecht Dürer, Su nombre alemán. Fue dibujante, pintor y grabador, la figura más importante de esa época.

Alberto Durero, nombre que se le da en español, nace en Nuremberg en 1471 y fallece en la misma ciudad en 1528. Su padre húngaro, era orfebre, así que seguramente el joven Alberto heredó predisposición y atracción, hacia este oficio.
Se acerca una nueva estética revolucionaria, frente a un mundo medieval que estaba ya en franca decadencia. Se desata un impulso, una vuelta a esa humanidad olvidada durante tantos siglos. Este pintor y grabador en un viaje a Italia, descubre otra forma de mirar, de interpretar, de acercarse al ser humano, pero la rigidez de su educación le impedían adaptarse a ellas, sin una renuncia a su tradición. Pero encuentra la forma de injertar esta corriente renacentista en este crítico período. Su férrea voluntad, sus extraordinarias cualidades, y la sensibilidad de su alma llegan a un clímax, no alcanzado por ninguno de sus contemporáneos. Sus cualidades para el dibujo siempre fueron asombro para los que le rodearon. Luego con la “xilografía”, grabado en madera y posteriormente en cobre, logra piezas de una perfección y belleza que nos dejan atónitos. También fue excelente pintor, pero durante toda su vida no deja de ser un obrero del metal. No es inoportuno completar este juicio, con otro de “ Elie Faure, que le presenta burilando el cobre “con mano de obrero, corazón de poeta y cerebro de filósofo” .Jose Selva El Renacimiento en Alemania”.

Durero viaja a Venecia con un inmenso deseo de ensanchar sus horizontes, cosa que por supuesto logra y se da cuenta enseguida de la rígida posición en que se encontraba. Al compararse con sus colegas italianos . Escribió: “Aquí soy un señor, en casa un parásito”.

Este gran pintor y grabador es la figura más importante del arte alemán de esa época. Sus dibujos son de una habilidad y belleza difícilmente comparables, con ninguno de sus contemporáneos. Su vida profesional fue ardua y ambiciosa, ya que en la Alemania de la reforma, el artista no gozaba de los mismos privilegios, que sus colegas en Italia. El mismo tradujo la amargura de esta situación, pues al volver de una viaje por la hermosa península escribió: “En Venecia soy un gentilhombre, en Nuremberg, sólo un pobre hombre.”
Durero logra respeto y admiración algo inexistente en aquellas latitutdes, para los hombres que trabajaban con sus manos.

Hombre de estudio ante todo, pues estudio constante y anhelo de profundizar sus propios conocimientos, es toda su labor de artista. Registró sagazmente en su álbum de viaje efigies, paisajes, arquitecturas, todo cuanto cautivaba su infatigable don de observación. El dibujo suplantó casi enteramente a la pintura. “ El Renacimiento en Alemania.” José Selva
La influencia de Durero se extiende más allá del círculo nuremburgués formado por sus discípulos y colaboradores; en la escuelas de Westfalia y de las regiones renanas y danubianas, es perceptible el acento de su estilo, de su lección, en los artistas que trabajaban en la primera mitad del siglo XVI. “El Renacimiento en Alemania.” José Selva

Una de sus primeras grandes obras, fue la famosa serie que hizo para ilustrar el Apocalipsis de San Juan. “Las terroríficas visiones de los horrores del juicio final y de las señales y portentos que han de precederle, no habían sido plasmados nunca con tanta fuerza e intensidad”. E.Gombrich

Una vez más los invito a que investiguen esta singular figura del renacimiento en Alemania y los Países Bajos, maestro y artista de excepción que inicia y glorifica este movimiento.

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