¿Qué puede hacer la sociedad para que la educación en México mejore su calidad?

¿Qué es lo que hace diferente a un país de los primeros lugares en la prueba de PISA de los que ocupan los últimos lugares como México? Son muchos los aspectos o factores que intervienen, pero uno muy importante es la cultura que existe en una sociedad acerca de la educación.

Una buena educación hunde sus raíces en la familia. En ella se aprende lo importante que es el aprendizaje, el estudio, los buenos hábitos,  la capacidad de admirarse y asombrarse ante lo que nos rodea, la amplitud o estrechez de intereses, la responsabilidad, el amor por hacer las cosas bien hechas, los valores y principios éticos, etc.

Se equivocan los padres que creen que cumplen su deber solamente con llevar a sus hijos a una “buena” escuela y pagar la colegiatura si es el caso. Tales padres pareciera que le dicen a la escuela  “ahí  está mi hijo, espero que me lo devuelvan cuando ya esté educadito”, abandonando su deber derecho de educar.

La educación se valora positivamente sólo  en hogares donde los padres están al pendiente de lo que aprenden en la escuela sus hijos, de los problemas que encuentran en el día a día para realizar las tareas escolares, de los materiales que necesitan, de los logros y frustraciones que sufren, de las actividades que realizan, de los retos que superan.

Una tarea de la sociedad para mejorar los resultados de la educación  es que desde la familia exista no solamente la intención sino también las acciones que le den su justo valor a la tarea educativa, en el hogar, en la escuela y en la sociedad. Esto implica para los padres desde la dimensión personal preocuparse por el cultivo de su propio conocimiento  sobre una amplia variedad de temas, pero especialmente sobre el que se refiere a la propia profesión, contando con un bagaje en otras materias indispensable para desenvolverse sin dificultad en la vida social actual.

Luego, el padre y la madre tendrán que elegir bien la escuela a dónde asistirán sus hijos y procurar participar en las reuniones a las que sean convocados y a las citas personales con los maestros. Y en caso de que se crea necesario, solicitarlas  Conocer los objetivos y contenidos de los programas, la forma de trabajo de la escuela y del maestro. Estar al pendiente de los resultados de las evaluaciones y de cómo se le puede ayudar a los hijos a mejorar. Si es posible participar de una manera activa en la asociación de padres de familia o en su consejo de participación social. Preocuparse también de la educación que reciben los demás niños y jóvenes, y no solamente de los que son nuestros hijos. Para lo cual habría que estar enterado también de los problemas existentes en el sistema educativo, particularmente de las instituciones que nos son más cercanas, y de los distintos planteamientos que se hacen para su solución.

Como miembros de una sociedad, profesionistas, exalumnos, vecinos, ciudadanos, empresarios, ciudadanos votantes, contribuyentes que sostienen con sus impuestos un sistema educativo público, debería existir un genuino y sano interés por conocer el funcionamiento de nuestra educación a sus diferentes niveles, sus dificultades, fallas y posibles alternativas de mejoramiento. Lo que ofrecen unos y otros políticos o partidos, lo que proponen unos y otros expertos. Todo para tener una opinión fundamentada y contribuir con nuestro punto de vista y aportación de acciones  al mejoramiento de la educación. Mientras no exista una sociedad bien enterada de lo que sucede en un asunto tan importante como lo es la educación, no seremos una sociedad exigente que demande la calidad que espera en los servicios educativos a las autoridades y funcionarios que la tienen a su cargo.

Lo primero que debemos exigir es que la educación se trate como una política de estado de la más alta prioridad. Esto significa que no dependa, de ideologías de partidos, o de que ocupe la cabeza del gobierno un partido u otro. Que las decisiones sean tomadas de una manera fundamentada, científica y técnicamente, y dentro de un marco político definido por la sociedad para el largo plazo.

Lo segundo que necesitamos es que exista información sobre lo que sucede con la educación, de ahí la importancia de la realización de pruebas como ENLACE. Que haya transparencia en el funcionamiento de las instituciones educativas, que haya una verdadera rendición de cuentas. Poder conocer desde cuál es el curriculum de los funcionarios que despachan en la SEP, hasta los resultados de las evaluaciones en el grupo donde están mis hijos.

Lo tercero que necesitamos son cauces de una verdadera y auténtica participación social en la educación, mediante asociaciones de padres de familia independientes del gobierno, mediante consejos de participación social,  a nivel escolar, municipal, estatal y nacional que sean efectivos y no de ornamento para la estadística.

Cuando se haga en nuestro México lo hasta aquí mencionado como una tarea social; cuando nos interese más lo que sucede con nuestro país en pruebas internacionales como la de PISA, que los resultados de la selección de futbol; cuando valoremos más el papel y la preparación de nuestros maestros dentro de la sociedad; cuando apreciemos más la generación de conocimiento mediante el estudio y la investigación, entonces habremos generado el ambiente cultural para transformar nuestro sistema educativo.

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