Hijo, si no tienes trabajo invéntalo

Es muy fácil decirlo y muy difícil hacerlo, pero no queda otra solución, que tratar de inventar algo que no se tiene, no existe o es muy escaso y por lo tanto no está disponible para todos. Además es muy posible que nunca se consiga, si cada uno no pone remedio.

Es una obligación tenerse que reinventar uno mismo, como persona capaz de sobrevivir, en el difícil mundo laboral. Esto es un gran problema y un enorme reto, del que todos hablamos y nadie da soluciones viables, a los que no tienen trabajo.

Es imprescindible comprender a los hijos que no tienen trabajo, para poderles aconsejar en los caminos que tienen que seguir, para buscarse o inventar algo nuevo, que pueda soportar la vida de ellos y la de sus presentes o futuras familias. Los padres tienen que promoverles la sana ambición, de ser algo más en la vida que un dependiente de los padres, pues ser NiNi (Ni trabajo Ni estudio) tiene un límite y no debería ser una opción de vida.

Cada uno tiene que medir sus capacidades y conocimientos. Recurrir a los expertos en preparación profesional, para que le ayuden a reinventarse y rodearse de buenos y sinceros amigos.

Lo más sencillo es dejarse llevar por las circunstancias y pasarse el día quejándose, pero es más excitante abrir nuevos caminos e inventar y asumir los propios retos. Por ejemplo, iniciar nuevos estudios o terminar los que se tienen. El desempleado que no se reinventa, se queda atrás en la lista de parados, como al camarón que se duerme, que se lo lleva la corriente.

Hay que ser persistente en tratar de reinventarse, para poder alcanzar una nueva oportunidad de trabajo. Incluso estudiando la posible creación de una figura profesional, que encaje con lo que demanda el mercado de trabajo. No parar de formarse y aprender. Volver a empezar, una y otra vez. Para reinventarse hay que abrir bien los ojos y saber ver, lo que el mercado laboral necesita. Olvidarse honradamente, de lo que es cada uno y ver lo que los otros necesitan o lo que se les puede ofrecer. Insistir con constancia, en todos los medios que se puedan conseguir para reinventarse, pero sin perder la paciencia.

Los que no tienen trabajo, e incluso mucho de los que lo tienen, deberían estar formándose y reinventándose en una educación continua, para modificar o mejorar sus calificaciones y habilidades de trabajo, si no quieren perder las posibilidades de su trabajo o de conseguir uno nuevo.

No se debe tener miedo al fracaso, aunque se acumulen muchas respuestas negativas. Hay que estar bien preparado e intentar ofrecer, lo que demanda el mercado de trabajo, aunque este sea muy pequeño o excesivamente selectivo, es seguro que se conseguirán los objetivos. La competencia es fiera entre los que quieren, cada puesto de trabajo que se ofrece, y solamente lo consigue, el que esté mejor preparado. En algunos países, por cada oferta de trabajo específico, hay 100 personas desempleadas que lo quieren obtener. Hasta hace unos pocos años, el ratio era de una oferta por cada 10 desempleados.

Ya no existe el concepto del ansiado puesto de trabajo seguro, honrado, durable y suficiente, con pagos fijos en su cuantía y periódicos en su vencimiento. Un trabajo deseado por todos los que quieran trabajar y con el que puedan vivir honestamente del mismo, e incluso poder ir ascendiendo profesional, social, económicamente.

Cada vez en el mercado laboral, se pierde más el concepto del empleo y sueldo fijo y aparecen con más fuerza, los trabajos a comisión por ventas o servicios, los trabajos eventuales, los trabajos a tiempos parciales, los trabajos fijos discontinuos, los contratistas independientes o autónomos, los trabajos como aprendiz a cualquier edad y con cualquier conocimiento, etc. Para encontrar trabajo, algunas veces hay que bajar varios escalones profesionales y salariales, y después intentar subirlos con breada.

Además de estar muy bien preparado, para cumplir con las condiciones de las posibles ofertas de trabajo, las personas tienen que estar verdaderamente dispuestas a empezar nuevamente, desde abajo en su profesión, o aceptar trabajos en otras tareas, aunque no les guste. Ahora no es tiempo de elegir, es el tiempo de que los que tienen un trabajo para ofrecer, pueden elegir entre muchos miles de desempleados.

Las redes sociales, son las herramientas que están ayudando a muchas personas, a solucionar su problema de desempleo, desarrollando el concepto de economía colaborativa, que consiste en hacer intercambio de bienes o servicios, de particular a particular o de colectivos a colectivos.

Actualmente ningún puesto de trabajo es seguro, en el tiempo, ni en su cantidad. La sociedad cambia continuamente de necesidades de contratación, las empresas realizan planes de movilidad de sus trabajadores, ajustes en sus plantillas laborales, sustituyéndolas por maquinas o sistemas, etc. Reinventarse es para procurar adquirir algunos conocimientos especiales, que les haga sobresalir, en los segmentos profesionales que demanden más empleos.

Muchos empresarios no quieren arriesgarse, a crear puestos de trabajo locales, prefieren crearlos en el exterior e incluso trasladar allí los actuales. Los menos preparados, son los primeros en quedar desempleados y cuando ya lo están, también son los últimos en volver a encontrar un trabajo similar, pues los desempleados tienen el problema de la pérdida del ritmo y del conocimiento profesional, ya que se suelen quedar obsoletos, con mucha facilidad. Según pasa el tiempo, es más difícil que el Estado se ocupe perpetuamente, de subvencionar económicamente a los que no tienen trabajo.

Hay grandes diferencias, entre la formación que demandan las empresas y la que poseen los candidatos, y cada vez sigue aumentando, debido a que no se tiene muy en cuenta, la necesidad de reinventarse individualmente. Hay muchos puestos de trabajo, que no se cubren, por ésta u otras razones, como son las distancias y las dificultades para ambientarse en otros lugares, países y trabajos.

 

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