Algunas aclaraciones sobre las Marchas por la Familia

Desafortunadamente se ha desatado un verdadero linchamiento mediático contra quienes participaron en las marchas de provincia promoviendo a la familia, etiquetándolas de «marchas anti-gay» o «marchas homofóbicas» y se han generado numerosas polémicas en las redes sociales. Sin duda, que toda esta algarabía que algunos han levantado, tiene la finalidad de amedrentar a los ciudadanos capitalinos con la intención maliciosa de que asista el menor número de personas a la marcha del próximo sábado 24 de septiembre.

A continuación presento algunos “datos duros” sobre estas multitudinarias marchas: en total asistieron más de 1,200,00 personas de 127 ciudades de los diversos estados. En el caso de Guadalajara, fueron 275,000 personas las que se manifestaron. ¡Fue un verdadero día de fiesta en todo el país a favor de familia! Desfilaron pacíficamente abuelos, papás, tíos, jóvenes, niños. De igual forma, lo hicieron personas de diversas religiones (iglesias cristianas, mormones, católicos), así como personas sin ninguna religión.

El Frente Nacional por la Familia ha aclarado reiteradamente que los homosexuales, en virtud de la inmensa dignidad que tiene toda persona humana, merece respeto y consideración como cualquier otro ciudadano. En ningún momento se ha pensado en que sean marchas «contra los homosexuales» sino que se busca:

1) Dejar en claro que el verdadero y natural matrimonio es la unión de un hombre con una mujer para engendrar hijos y formar una familia;

2) Que la educación de los hijos corresponde prioritariamente a los padres de familia de acuerdo a sus convicciones y valores;

3) Que estas marchas no están “organizadas por la Iglesia católica” sino que se trata de un movimiento ciudadanos a lo largo y ancho de la república mexicana en la que se ha mostrado ampliamente la voluntad de la inmensa mayoría de los ciudadanos;

4) De igual forma, estas marchas no pretenden “crear enfrentamientos contra los homosexuales o algunos otros sectores de la sociedad”. Son manifestaciones civilizadas, pacíficas, constructivas y propositivas, esto es, promover el inmenso valor de la familia, partiendo de la base que cada ciudadano mexicano goza de la mayor libertad para externar sus opiniones sobre los temas de interés familiar, educativo, sobre la formación de sus hijos, acerca de las leyes en las que pueden resultar afectados los valores fundamentales y, en general, las relativas al bienestar de la sociedad.

Finalmente considero que el suceso inédito de que salgan a las calles más de un millón, doscientas mil personas de 127 ciudades de los estados (más los que se manifiesten el próximo sábado 24 de septiembre en el Ángel de la Independencia), podríamos afirmar –sin lugar a dudas- que es un hecho elocuente que habla por sí mismo y, por tanto, esta voluntad ciudadana debe de ser respetada y tomada en cuenta en una república que se supone que es democrática.

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