El sexenio de la infraestrucutra

Es obvio que un país con una mejor infraestructura, tiene mayores posibilidades de crecimiento y le otorga más facilidades a sus habitantes para desarrollarse en todo sentidos. Una mayor y mejor infraestructura nos conecta de manera más eficiente y barata, permitiendo que todo lo bueno –poco a poco– esté al alcance de todos; de la misma forma permitiría mejorar aún más, los ingresos que tenemos por turismo. ¿Por qué se habla tan poco de infraestructura y no se encuentra en la agenda prioritaria la inversión en esto?, porque desafortunadamente las finanzas públicas y el presupuesto se han comprometido a un grado tal, que uno de los rubros más castigados, desafortunadamente, ha sido la inversión y gasto de gobierno en servicios e instalaciones.

Un porcentaje altísimo del gasto está destinado a programas sociales, apoyos a diferentes sectores de la población, evidentemente privilegiando a los más marginados. Otra parte muy importante se va a salud, pensiones y educación, por lo tanto el remanente que podría ocuparse para tener mejores carreteras, aeropuertos, puertos y vías ferroviarias es insuficiente; derivado de lo anterior, nuestro presupuesto se parece más al de sacar adelante un gasto corriente y a destinar una muy pequeña parte para mejorarnos, a largo plazo.

Lo primero que tenemos que hacer para invertir sensatamente en nuestro país, es recaudar más; y la única forma de hacer esto es a través de una reforma fiscal que grave al consumo, algo que se antoja tremendamente impopular políticamente –evidentemente este no será un tema de campaña–, pero necesariamente sí será un tema para la próxima administración.

De los tres candidatos con posibilidades para ganar, dos podrían tener esta visión, pero el más popular quiere seguir promoviendo el gasto social al nivel de otorgar pensiones a jóvenes desempleados y la única manera de lograr lo que propone sería endeudándonos más, o sea deteriorando nuestras finanzas públicas; por eso cuando escucho amenazas de esta misma persona, de cancelar aeropuertos y grandes inversiones de consorcios internacionales de materia energética, me llena de pánico el retroceso que México pueda tener en tan sólo seis años. Cada día falta menos para elegir nuestro futuro, y queda claro que no hay el candidato ni el partido ideal; lo que sí creo que existe es la necesidad de votar por aquel –sea quien sea–, que pueda evitar que este populismo extremo, esta izquierda arcaica y rezago, llegue a ocupar la presidencia!

@juansmusi

Febrero 14, 2018

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