Love Rosie o el tratado de la promiscuidad

Cuando escuchamos que una película hizo llorar a alguien, pensamos al instante que debió tener grandes actuaciones, una trama bien hecha, un mensaje positivo o con valores, diálogos inteligentes y una banda sonora de calidad. Nunca imaginamos que se llore por algo estúpido como “Love Rosie” (“Tal vez es para siempre”).

Es la historia donde dos muchachos, Rosie (Lilie Collins) y Alex (Sam Claflin) han sido amigos casi toda su vida. Llegada la adolescencia uno puede ver las interminables confidencias entre ellos. Ambos parecen gustarse. Él se va a Boston a estudiar medicina, ella se embaraza y cuída de su pequeña niña. En este lapso cada quien tiene diferentes amantes. Al final ella le escribe una “emotiva” carta en su fiesta de bodas. Tiempo después él regresa (suponemos divorciado) y se queda con ella. Fin.

La historia típica de los mejores amigos promiscuos que terminan siendo amantes. Sobreactuación.

Uno de los detalles importantes es la confidencia entre amigos. Así que vemos el desarrollo conversaciones sobre los prospectos que cada quién tiene. Adolescente, joven o adulto maduro, piensa esto: alguien que se precie de ser tu amigo no te dirá que esta mal no haber tenido relaciones sexuales antes de casarse, no se burlara de la castidad, ni te dirá que es algo que hay que solucionar como si de una enfermedad se tratase. No te recomendara abortar a tu hijo, no te dirá que destruyas un matrimonio so pretexto de que hay que seguir al “amor de tu vida”. Hoy en día se suele llamar amistad a cualquier cosa, pero a lo largo de la existencia se aprende que en definitiva ser amigo de alguien es difícil, pues implica querer su bien en todos los aspectos y no darle por su lado aunque esté mal. La gente debería preguntarse ¿Cuántos malos consejos han causado estragos en la vida de un amigo, en un noviazgo o un matrimonio? ¿Qué tipo conversaciones se mantienen con los amigos?

No hablo tener amistades en las que se excluyan temas delicados, en lo absoluto, me refiero a que aun en temas delicados, tales conversaciones y amigos puedan enriquecerse y juntos seguir superándose en todos los aspectos. La experiencia nos enseña a valorar las amistades que pueden incomodarnos, empezamos a diferenciar lo verdadero de lo que está podrido. Pocos llegan a merecer el título de amigos.

Entre ese pueril y meloso romanticismo, los productores le dan por lo bajo al espectador: el tema del embarazo es tratado tan burdamente que Rosie se refiere a su bebé con cierto menosprecio, un producto que puede hacer a un lado para continuar con su vida. Toma la pastilla del día después, que es una bomba de hormonas al organismo (por cierto sumamente peligrosa para la mujer). No aborta porque sus papas son católicos (la burla entre líneas ¡vaya esos católicos entrometiéndose otra vez! ¡Tan fácil que sería matar al bebé! ¡Perdón!  “interrumpir el embarazo”).

Otro tema es la promiscuidad sexual, que raro ¿verdad?, argumento al que recurren continuamente los productores de películas “románticas”. Antes de terminar juntos, ambos han tenido varias parejas sexuales. Mientras “espera hallar valor” para declararse a Rosie, Alex es perfectamente capaz de acostarse con Bethany, luego viajar al otro lado del mundo para estudiar medicina, más tarde comenzar a vivir en unión libre por varios años con otra mujer, Sally. Rompen, contacta a Rosie por la muerte de su padre, le escribe una carta, la cual no recibe respuesta pronta, y entonces comienza a vivir con Bethany, solo para después anunciar su boda y luego de un tiempo, terminar su matrimonio e ir corriendo finalmente a los brazos de Rosie. Alex no solo no ama a cada mujer con la que se involucra, tampoco ama al “amor de su vida”. La parte de Rosie no es diferente, aun siendo madre continúa con el mal hábito de promiscuidad que adquirió en la adolescencia. El promiscuo no ama a nadie, ni a él mismo.

No se encontrara fidelidad en un hombre o mujer que se ha permitido antes del matrimonio relaciones sexuales una y otra vez, que ha vivido en unión libre, que han roto su matrimonio para estar contigo. Entonces ¿Un hombre y una mujer pueden amarse? Definitivamente sí, pero el amor no nace del lodo, no pone sus cimientos sobre las ruinas de un matrimonio, por más doloroso que les pueda resultar, es así.

A ti, adolescente o joven: nadie jamás podrá arrepentirse por tratar de vivir una vida limpia. Aun habiendo cometido errores, es posible corregir el camino, poner en práctica virtudes como la castidad, es lo que cuesta más trabajo, pero es por lo que vale la pena sacrificarse. No importa cuánto bombardeo haya en los medios de comunicación, ser joven no es sinónimo de ser imbécil o estúpido. Examina tus amistades, examínate a ti mismo y si hallas lodo, entonces comienza a cambiar tus hábitos, el contenido de tus conversaciones, los lugares que frecuentas, las películas que ves y particularmente, acércate a Dios, Uno y Trino, pues sin su gracia nada podemos lograr eficazmente.

En suma “Love Rosie” es una película para echar a la basura, pues hace patente las palabras de Nicolás Gómez Dávila: “La sociedad moderna está aboliendo la prostitución mediante la promiscuidad.” Allá usted…

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