La amplitud de mente en nuestros días…

«Amplitud de mente, cuando significa indiferencia entre el bien y el mal, termina siendo odio hacia lo que está bien. “ Mons. Fulton Sheen

Los escuchas hablar de forma amena, algunos con dulzura, sonríen, su conversación se torna interesante, cultos en varios aspectos, hasta que sale el tema de la naturaleza.

No falla nunca, el hombre o la mujer muy amante de la «Madre Tierra» y enamorados de la naturaleza y los animales, resultan ser abortistas y feministas, desde la forma más velada hasta la más recalcitrante. Es claro que tan sólo es la punta de un inmenso iceberg; si hurgamos un poco, nos daremos cuenta del lodazal:

Les encanta la espiritualidad de la India, Creen en vidas pasadas, en la reencarnación, en el horóscopo y en el universo conspirador, pero afirman que el católico es un fanático por aspirar a la salvación eterna, poniendo su confianza en Dios.

Tiene un brujo de cabecera o de “consulta esporádica”, practican la santería, van a las pirámides a “cargarse de energía”, creen en la angeología, en los chakras, se hacen limpias, pero dudan de la eficacia de la práctica sacramental y la omnipotencia de Dios.

Les repugna la conquista del Nuevo Mundo por los “españoles bárbaros”, pero no admiten que ésta se llevó a cabo en gran parte gracias a los tlaxcaltecas y aliados indígenas que estaban sojuzgados por la gran Tenochtitlán.

Les ofende la evangelización de América pero prefieren no hablar de los sacrificios humanos y del canibalismo que practicaban los indígenas en aquel entonces.

Hablan sobre el valor de los animales y les espanta la violencia contra ellos, abogan por su adopción, apoyan por los espacios “pet friendly”, pero son muy capaces de pedir una “zona libre de niños”.

Afirman que los animales tienen derechos, pero aseguran que el bebé en el vientre materno no es persona, que no tiene derechos y debe ser extirpado, ya sabe, “no hay espacio para futuros delincuentes y pordioseros”. Algunos se ufanan de apoyar el aborto solo en casos de violación, ¿es que desean un premio?

Están en contra del capitalismo explotador de recursos naturales, pero omiten que el socialismo/comunismo con el que sueñan ha destruido naciones enteras; ambos son las dos cabezas de un mismo monstruo que destruye la civilización día con día.

Apoyan el movimiento homosexual, llaman homofóbico a todo aquel que no piense como ellos, pero tienen por ídolo a Ernesto Che Guevara que torturaba y asesinaba homosexuales.

Son veganos, comen cosas orgánicas, pero consumen anticonceptivos hormonales que son verdaderas bombas para su cuerpo. Entérese, le llaman “anticonceptivos veganos” a los métodos naturales como el método Billings o el método del ritmo, asombroso.

¿Les parece increíble o absurdo? ¿Qué esperaban de alguien que abraza árboles y cree que la Tierra es su “madre”? Piensan que los animales son sus hermanos a proteger y el género humano el enemigo a liquidar en todos los sentidos: en el físico mediante el asesinato en el vientre materno, el infanticidio y la eutanasia; en el moral mediante conductas intrínsecamente desordenadas como la promiscuidad o el homosexualismo; en el sentido intelectual porque socava la inteligencia y el discernimiento incluso en los temas más básicos; en el sentido religioso mediante la promoción de prácticas paganas y contrarias a Dios Uno y Trino, atacando sin tregua a la fe verdadera.

¿Tiene solución esta decadencia? Sí, mediante la restauración de las cosas temporales, ordenándolas hacia Dios. Amar y promover lo que es bello, bueno y verdadero; dando soluciones de vida y no promoviendo el aborto; promover la castidad y no la promiscuidad, dándole a los animales su justo lugar en la Creación y nunca por encima de un ser humano, menos aún de un niño; procurándose lecturas que alimenten su inteligencia en lugar de deteriorarla, buscar la Verdad y no espiritualidades que son una obvia falsedad y un insulto a la inteligencia. En una palabra, busquemos la restauración del orden cristiano. Ya lo decía Peter Kreef:

«En la era del relativismo, la única rebeldía posible es la ortodoxia.»

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