Lo lamento, pero no hay indispensables

La renuncia inesperada del Secretario de Hacienda es una mala noticia para México: Un país que crece menos –mucho menos a lo esperado–, que ha visto reducida la calidad crediticia de su principal paraestatal a chatarra, la deuda soberana con perspectiva negativa y en que todas las calificadoras e inversionistas coinciden en lo mismo; estuvo mal haber cancelado el aeropuerto, mal estar empeñado en hacer Santa Lucía, mal querer construir una refinería cuando no es necesaria, mal querer un Tren Maya, y para mí, la peor de todas ha sido reducir los sueldos de la burocracia al punto que se vaya el talento, que no sea atractivo trabajar en el gobierno y que llegue gente mal preparada a puestos de alta responsabilidad a llenar huecos dejando ver su total incompetencia.

Es más caro un ignorante barato, que remunerar competitivamente al talento y la preparación; para la gente de todos los niveles debería ser una gran aspiración trabajar en el servicio público, pero insisto, pagando así no se va a atraer talento.

Sale el Secretario Urzúa, cuya gestión era hasta el momento buena, ya que mantuvo la disciplina fiscal y la credibilidad en momentos caóticos y cruciales, buscó en un entorno interno y externo sumamente adverso, a los mercados para tranquilizarlos, entendió lo importante que era mantener el grado de inversión y no ignoró ni a  inversionistas ni a las calificadoras, apretó el cinturón y jugó con lo que tenía.

Recientemente en entrevista publicada se conoció su lado de la historia; no hay sorpresas, sólo confirmó lo mismo que piensan los mercados, inversionistas y calificadoras: NAIM, refinadora, disciplina fiscal y la falta de talento mezclada con conflictos de interés, insisto, no hay sorpresas. Lo anterior para mí lo legitima más porque tiene una opinión y un pensamiento independiente, y no es un “sí señor”; espero su sucesor mantenga esta decencia, que no cambie drásticamente lo que Urzúa defendió y cuidó. Ese pensamiento no es neoliberal ni “Fifí”, es responsable y atiende prioridades.

Menuda prueba tiene el sucesor, el nuevo Secretario Arturo Herrera tiene el reconocimiento del  mercado, no es un extraño y cuenta con las credenciales y experiencia; el gran tema será ¿qué pasará cuando difiera? La presentación del paquete fiscal y lidiar con las necedades que no son prioritarias. De ser irresponsable el paquete, lo resentiremos inmediatamente en tipo de cambio, degradación de la deuda y alza en las tasas de interés; creo que el paquete fiscal sólo puede sorprender si propone ajustes en gasto de inversión, en infraestructura y menos gasto social.

Sin ser su responsabilidad pero sí de su interés, se viene el plan de negocios de Pemex que tristemente vendrá muy en la línea de ignorar lo que se le ha pedido y recomendado. Reestructura de deuda –mayor plazo pero más cara–, quitarle carga fiscal que resentirá el gobierno federal, permanecerá cerrada la reforma energética, licitaciones  y la cerrazón ante los contratos de riesgos que tanta falta nos hacen para allegarnos de recursos financieros y que permitan la explotación de recursos energéticos: crudo, gasolina y gas.

También se incluirá a la refinería de Dos Bocas, que solo el Presidente considera urgente; y se seguirán ignorando dos temas fundamentales: Un equipo de administración y gestión de la más alta competencia y la explotación de los pozos actuales, así como los de reciente hallazgo.

Estamos a un poco más de la mitad de un año que no ha sido fácil para nadie, además de desacelerar fuerte con respecto al anterior, seguramente nuestro socio comercial ralentizará más en el 2020.

Urgen medidas locales que nos ayuden a crecer más, se me ocurre restablecer la confianza y brindar mejores condiciones de seguridad. Después de haber visto sufrir al peso otra vez ante la renuncia y ahora verlo apreciado nuevamente, me hace pensar que el mérito de las altas tasas y alto costo de la deuda lo mantienen; condición que si se rompe la confianza, ni con más tasa lo retenemos; de no cambiar el rumbo y seguir ignorando esta condición de estabilidad macroeconómica, tampoco se mantendrá.

Acumular dólares en los portafolios y hacer coberturas, a estos niveles hace sentido, ante un entorno que parece que no se ajustará a las nuevas necesidades del país.

@juansmusi

Julio 17, 2019

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