Primero lo primero

Los mayores retos y preocupaciones de este país hoy, son la inseguridad y el crecimiento económico. Y es increíble como sabiendo esto, perdemos foco y nos desviamos por como nos marcan la agenda desde las conferencias mañaneras. En los momentos más sensibles y cuando están ocurriendo cambios profundos y de alcances mucho mayores nos distraen con Evo Morales y con la rifa del avión presidencial. Al final, se logra el cometido, desviar la atención, aunque sea por motivos ridículos.

Este año tiene que ser muy distinto a 2019 y tenemos que detonar confianza, con mayores condiciones de seguridad e inversión. Mucho se anuncia y habla de los planes de la Iniciativa privada y compromisos con el gobierno federal y nadie pone la primera piedra. Insisto, ser un gran líder, carismático y un brillante comunicador, no está peleado con tender puentes y alianzas con los empresarios nacionales e internacionales. Tampoco está pelado con detonar planes de inversión a través de concesiones en infraestructura, así como continuar con la reforma energética que tanto necesita Pemex y el país.

Volvamos a hablar de una verdadera reforma fiscal, que grabe el consumo y alcance a más, a ilegales, informales y criminales y no como hostigar y perseguir a la base actual de contribuyentes que somos muy pocos y con una carga extraordinaria. No hay de otra, o más pagan menos o los que no pagan nada, algo pagan. La actual estructura de la economía que promueve una mayoría ilegal e informal promueve una estructura fiscal pésima. México sólo debe el 47% de su Producto Interno Bruto, somos un país con un indicador en esa relación baja. Pero preocupa cuando ves que México solo recuda el 14% del PIB.

Estamos en el mejor momento para promover una reforma fiscal. Se juntan todos los elementos para promoverla y aprobarla. Un líder con un carisma único, con una comunicación brillante con el pueblo y que bien podría explicar, e incluso mucho mejor que yo, que más vana a ganar los que menos tienen. Me imagino un discurso cuya esencia sea: Imagínense escuelas cerca de sus comunidades, clínicas y hospitales, mejores caminos y comunicaciones, servicios de agua y luz. Pero para que esto sea posible el gobierno necesita más dinero, dinero que hoy no tiene.

Y la única manera de lograrlo es a través de que todos colaboremos con un poquito y no que poquitos colaboren. Algo así… ¿Quién mejor que él para comunicarlo? Somos muchos mexicanos que apoyamos este sentir del Presidente en donde hay que atender a más de 60 millones que sobreviven y la pasan muy mal. Eso, es prioridad de muchos de nosotros. ¿Quién no quiere que cada día haya menos mexicanos pobres?

Pero así, con una agenda y presupuesto social, nunca cambiará esta lamentable condición. Estamos súper a tiempo, tenemos 5 años para implementar un cambio estructural que nadie mejor que el actual presidente, gobierno y congreso con abrumadora mayoría puede sacar adelante.

En campaña la reforma fiscal sirve para debilitar al enemigo, para satanizarlo, para tumbarle votos. Desde el poder y con el poder sirve para construir y para transformar el destino miserable de una nación sumamente desigual.

Olvidemos los asilos políticos, las rifas de aviones, las encuestas a mano alzada y el orden del día que se dicta desde Palacio a las 7 am y ayudemos al Presidente a priorizar las acciones. Seguridad e inversión y promover una reforma fiscal, que dicho sea de paso mejoraría sustancialmente las finanzas públicas y alejaría la posibilidad de una baja en la calificación, promovería la inversión, la llegada de recursos, fortalecería al peso y aceleraría una baja de tasas de interés que también apoyaría un mayor crecimiento económico.

@juansmusi

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