Diego Velázquez, el barroco en España

EQUILIBRIO Y REALISMO

El Renacimiento en Italia transformó  la forma de concebir el mundo. Esto se hace evidente en todas las ramas del arte, escultura, arquitectura pintura, etc., esta corriente como ya hemos comentado atraviesa fronteras y llega a todo el continente, y por supuesto a España, uno de los grandes imperios del momento, pues domina una importante parte de Europa, pero la forma de ver y concebir la vida y el arte es mucho más rígido que el de Italia.  A pesar de éstas diferencias,  el siglo XVII se considera el siglo de oro del arte español.

Los pintores españoles  habían   sin duda alguna recibido la gran influencia de Caravaggio, aunque no habían visto sus obras;  oían comentarios de pintores que tuvieron ese privilegio, y estos, comunicaron a sus colegas los hallazgos  de este innovador personaje;  gracias a ellos empieza una nueva forma de manejar y plasmar ideas.  Se  llega un perfeccionamiento y  manejo del color impresionante. La España católica, fuerte y con poder en Europa,   sigue dando una excepcional importancia al tema religioso y los pintores de entonces se dedicaban casi exclusivamente a representar pasajes o imágenes relacionados con él. No podemos dejar de mencionar algunos de los que sin duda enaltecieron el oficio: Ribera, Zurbarán, Coello, Murillo y mucho más, pero como tenemos que elegir al más importante, este será sin duda Diego Rodríguez de Silva y Velázquez

Velázquez nace en Sevilla en 1599 y muere en Madrid en 1660.

Este pintor  de la corte de Felipe IV posee una calidad, maestría y  modernismo, que iluminó no sólo su época, sino la  historia del mundo del arte. Su pincel delicado, e impecable, sus colores maravillosos y su audacia  como pintor, llegaron a un  extremo, que todavía  hoy se dice, que uno de sus cuadros,  es el mejor del mundo.  Nos referimos a sus famosísimas MENINAS. Aquí logra una instantánea. Faltaban muchos años para que se inventara la fotografía, sin embargo en esta extraordinaria composición Velázquez detiene el tiempo. Él se muestra pintando a los reyes en un gran lienzo. Ellos se reflejan en un espejo, a espaldas del  pintor. La llegada de la princesa con sus damas y el personaje que sale del recinto,  se vuelve, para echar una última mirada a la estancia; una instantánea.  Ahora todo esto nos puede parecer obvio, pero en esos momentos fue  de una osadía, inteligencia y maestría que hasta la fecha no hay pintura  que se le pueda parecer.

Velázquez aconsejado por Rubens que también pintó mucho para la corona española, viaja a Italia y  encuentra  un ambiente mucho más ligero, que el que se vivía en España. Conoce la obra de los grandes pintores italianos, entre ellos Caravaggio  y   se decide a pintar algo que en su patria no habría hecho, la Venus del Espejo. Cuadro de una finura y delicadeza que ya nos deja  ver la calidad y poesía del maestro.

Hablar de las extraordinarias  obras de este pintor, es ardua tarea, ya que Los Borrachos, Las Hilanderas, la Rendición de Breda, La Fragua de Vulcano, por nombrar sólo algunos,  nos  siguen impactando;  no importa cuántas  veces hayamos  tenido la suerte de contemplarlas,  en el Museo del Prado.

La tarea principal de Velázquez, era pintar al Rey y a los miembros de la familia real, los cuales por lo que hemos podido comprobar, no gozaban, de un atractivo especial o eran personas interesantes; eran hombres y mujeres rígidos  que podían pasar desapercibidos. La tarea no era fácil, “pero Velázquez transformó esos retratos como por arte de magia, convirtiéndolos  en una de las expresiones pictóricas más fascinantes que el mundo haya visto nunca”.    Historia del arte.  E.Gombrich       

Con la Venus del Espejo considerado el más bello desnudo de la pintura española, Velázquez “pintor que llegó a ser caballero a pesar de ser pintor”, se adelantó en dos siglos a su época.

Salvat, Historia del Arte.

Velázquez se dedica a estudiar la pincelada de Rubens y de Tiziano y logra la maestría y delicadeza que lo han caracterizado.  La finura de su trazo, su mirada, inteligencia  y dominio del color, nos  enseñan el oficio maravilloso que dominó y que no ha sido igualado.  Creaciones salidas hace siglos  no sólo  del pincel de una personalidad profundamente  observadora, sino también dotada de la inteligencia y genialidad que hicieron de este  personaje el gran pintor del siglo de oro de España.

 Ver y observar la naturaleza con ojos limpios siempre, descubrir y saborear renovadas armonías

de luz y color, se convirtió en la tarea esencial de los pintores. En este nuevo fervor, los grandes maestros de la Europa católica coincidieron con los pintores del otro lado de la barrera política, los grandes artistas de los Países Bajos protestantes.

E.H.Gombrich  Historia del Arte

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