Y la música fue despertador de la política

A mediados de los años cincuenta, la música juvenil no tenía otra finalidad que la de divertir, cantar y bailar, pero sin más trascendencia.

Desde los inicios de los años sesenta, Bob Dylan dio un giro importante a las composiciones y convirtió a la música y a sus contenidos en poderosos vehículos transmisores de propuestas sociales, políticas y económicas, aunque personalmente no comparto con algunos de sus puntos de vista, como es la temprana emancipación de los hijos de la autoridad paterna, ya que es justo la adolescencia la etapa en que necesitan reafirmar sus valores.

Pero estoy de acuerdo con lo que sostiene en su canción “Señores de la Guerra”, este poeta y cantautor se encaraba con los ricos empresarios de las industrias armamentistas que presionaban a los gobernantes norteamericanos para que abrieran nuevos frentes de guerra en diversas partes del mundo y los beneficiarios serían siempre ellos, bien se ganaran o se perdieran esas guerras. Les dice que juegan con la sangre inocente de soldados, que casi son unos adolescentes, se llenan sus bolsillos de dinero; arman las batallas, pero en cuanto comienzan a zumbar las balas desaparecen a toda velocidad. Esos “señores de la guerra” -considera Dylan- pagarán muy caro sus crímenes por ser sembradores del odio y del mal.

Johnny Cash, el llamado “Rey de la Música Country”, compone diversas canciones -como “Hombre de Negro”, en la que advierte a la ciudadanía sobre las graves injusticias que se cometían porque muchos inocentes iban a parar a las cárceles sin merecerlo; en otros casos, sus juicios podrían llevar muchos años y al final soltarlos “por falta de pruebas”; denuncia las tremendas desigualdades socioeconómicas que existen en la Unión Americana en la que miles de habitantes casi se mueren de hambre y desatención médica, y otros, no saben qué hacer con tanto dinero que poseen y más bien lo dilapidan en frivolidades y caprichos.

Eric Burdon, vocalista de “The Animals” con su voz potente, grave y ronca le daba a sus melodías un especial lirismo. La canción que lo lanzó a la fama fue “La Casa del Sol Naciente”, que trata de la triste historia de un niño que creció en un tugurio de New Orleans sin educación ni atención de sus progenitores. Su padre “era un jugador de cartas / y sólo se sentía satisfecho/ cuando estaba completamente ebrio”. Nunca recibió el cariño de su madre y llevó una infancia desgraciada. Eric Burdon denunciaba con esta melodía el abandono, maltrato y desinterés de algunos padres por educar a sus hijos.

En parte, Burdon dejaba caer ciertos rasgos autobiográficos de una infancia bastante miserable y una accidentada adolescencia con carencias de todo tipo. Algo de esto se puede captar en su canción: “Cuando era un adolescente”.

Pero hubo una melodía que se convirtió en un verdadero himno contra la Guerra de Vietnam: “Piloto Espacial”. Eric Burdon imaginariamente recoge la óptica de un sacerdote que se levanta temprano a darles unas palabras de consuelo y su bendición a unos pilotos de guerra que se van a luchar a Vietnam del Norte. Aquéllos jóvenes soldados iban ilusionados soñando con la fama, la gloria y las condecoraciones que recibirían, si vencían en esa importante batalla aérea.

Pero ahora se sabe, introduciéndonos a la Historia, que el gigante dormido, China, había desplegado todo su imponente poder bélico y contaba con millones de soldados a su disposición. De manera que, Estados Unidos, en realidad, no se estaba enfrentando solamente contra el Viet-Cong (Vietnam del Norte) sino contra todo el poderío de la enorme nación china y de sus países aliados.

Desde el principio de la confrontación bélica, se intuía que China estaba detrás de aquel “aparente” pequeño enemigo de Vietnam del Norte, pero a medida que arreciaban los combates y morían miles y miles de soldados norteamericanos, se comprobó ese hecho.

Así que, en su melodía “Piloto Espacial”, Eric Burdon concluye su narración, con dolor y pesadumbre, explicando cómo la mayoría de los aviones cayeron en el combate; con lágrimas, los pilotos sobrevivientes tuvieron que retirarse rápidamente para salvar sus vidas en aquella desigual batalla y subrayaba: “Allá, en casa, / muchos padres llorarán”. Y con el estribillo de fondo, repitiendo las palabras: “Convéncete, piloto espacial / tú nunca alcanzarás la gloria con que sueñas”. Esta canción, junto con muchas otras, fueron conformando a la opinión pública nacional para detener esa guerra suicida y sin sentido, donde la derrota ya estaba vaticinada.

Los jóvenes universitarios -tanto en Europa como en Estados Unidos- tuvieron un despertar como ciudadanos y una mayor toma de conciencia política y social. Eric Burdon, junto con Bob Dylan, Donovan, Peter, Paul and Mary, Pete Seeger, Lee Hays, Joan Baez, John Lennon, etc., unidos a cientos de intelectuales, comunicadores, profesores de universidades, políticos jóvenes…fueron generando “un cambio de cultura”. Desde la inicial postura prepotente y belicista gubernamental, los universitarios y profesionales jóvenes presionaron, de forma destacada, hasta lograr que hubiera una mayor apertura y un diálogo sereno y conciliador, con la finalidad de llegar a acuerdos pacíficos, constructivos y evitar toda confrontación bélica.

Considero que en nuestro tiempo, hace falta tener una mayor conciencia política y dejar de lado las manidas excusas de que “participan en política sólo los corruptos”; “no hay nada que hacer ni decir sobre esta cuestión”; “es por demás, todo está perdido en la sociedad mexicana…”.

La acción política tiene un fin nobilísimo de servicio a los demás, de ayudar en la transformación de una nación. Tanto los jóvenes como el resto de los ciudadanos; mujeres y hombres; profesionales y estudiantes, deben de sentir la urgencia de hablar y escribir en foros públicos; de dirigirse a los legisladores y gobernantes para exigirles que cumplan con sus promesas de campañas; de participar y colaborar en actividades políticas para salir de este estado de apatía y pesimismo tan generalizado en ciertos sectores de la sociedad y darnos cuenta que -con la unidad y solidaridad de todos- se puede y se debe cambiar a nuestra atribulada Patria.

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