Esta colaboración fue escrita en el año 2009 y se publica ahora por primera vez.
Las células madre pluripotenciales inducidas tienen un nombre complejo, no obstante es precisamente su simplicidad y poca especialización de funciones lo que las hace tan valiosas, siendo casi idénticas a las células madre embrionarias. Después de ser reprogramadas genéticamente, casi retornando a su estado inicial, retoman casi todas las características de las células embrionarias, lo que les da la versatilidad que el investigador necesita para controlar su desarrollo, con la posibilidad de adaptarlas a los tejidos dañados de pacientes con enfermedades graves y muchas veces incurables como: diabetes, leucemias y otros tipos de cáncer, enfermedad de Parkinson o esclerosis múltiple por citar algunas.
Podemos valorarlas más si pensamos que además podrían presentar la solución a una disyuntiva ética desatada hace poco más de diez años por la utilización in vitro de embriones de la especie humana para realizar investigaciones que prometen curar muchas enfermedades, pero que pasan irremediablemente por la desintegración y destrucción de embriones humanos.
Estas avanzadas células tienen características similares a las células madre embrionarias y son casi indistinguibles en morfología y funciones genéticas. Otra gran ventaja es su generación rápida y más importante aun; no implican la desintegración de embriones humanos. Este innovador procedimiento que anteriormente no tenía gran difusión por limitaciones técnicas, recientemente, en marzo de 2009, ha podido ser desarrollado a partir de células humanas de piel, sin grandes adversidades técnicas. Su descubrimiento podría tender un puente, que reconcilie las legitimas aspiraciones de los pacientes que sufren a causa de enfermedades graves y apoyan el uso de células embrionarias, y las personas opuestas a la destrucción de embriones humanos, abriendo una opción ética que no implique la explotación de embriones humanos.
La clonación de mamíferos ha sido una de las experiencias más polémicas en toda la historia de la ciencia, sobre todo pensando en que al haberse realizado ya en un mamífero ovino, el próximo paso lógico sería pensar en los humanos. Las siguientes palabras no han hecho el eco suficiente en la prensa mundial, prácticamente no se han escuchado, pero su importancia es fundamental en el camino que deberá seguir la investigación médica en el área molecular y genética. De manera decisiva un científico señala: “Por lo tanto la técnica de clonación ya no es aplicable…” respondiendo a la pregunta sobre la utilidad de estas nuevas células. La respuesta es del profesor escoses Ian Wilmut -creador de la oveja Dolly el primer mamífero clonado a partir de células de un ejemplar adulto – refiriéndose a las células madre pluripotenciales inducidas**, que en su acertado nombre señalan la gran cantidad de potencialidades con las que cuentan.
El profesor Wilmut reconoce que ya está trabajando con ellas y ha prescindido de la investigación y clonación de embriones humanos. Reflexionar que el científico que dirigió el equipo que ha hecho uno de los procedimientos más complejos, -sino es que el más complejo- en la historia de la biología, ha optado por estas células, nos indica sin dejar lugar a dudas, que son enormes las ventajas que lo han llevado a dejar su línea de investigación original y preferir estas nuevas células, de esta forma despidiéndose de su propia innovación, la oveja clonada Dolly.
El desarrollo de células madre pluripotenciales inducidas, ofrece la oportunidad de alcanzar grandes avances en la posible cura y tratamiento de enfermedades graves; sin recurrir a una práctica que no respeta la dignidad del ser humano, al avalar la destrucción de embriones, convirtiéndolos en materia prima de laboratorio con rango sub-humano. Son utilizados como medio para conseguir beneficios de manera siniestra, al generar en un laboratorio un individuo de la especie humana, para su posterior destrucción no justificada, en aras de salvar otras vidas, cuando existen opciones más responsables y éticas. Se niega de manera autócrata la posibilidad de desarrollo pleno a individuos de la especie homo sapiens, nuestra especie. La investigación responsable, debe aspirar no solo a los estándares científicos más depurados sino también a los éticos.
**En el año 2012 el Premio Nobel de Medicina fue otorgado al Dr. Shinya Yamanaka por haber creado las células madre pluripotenciales inducidas (iPS Cells); en 2009 sus investigaciones e impresionantes resultados tuvieron poco eco en la prensa internacional.
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