La sociedad actual padece de diferentes males, por mencionar algunos: abusos litúrgicos, la teología de la liberación, la ideología de género.
Los abusos litúrgicos se refieren a todo aquello que contraviene lo dispuesto en normas litúrgicas y sacramentos, la Iglesia Católica ha puesto especial cuidado en ello, dado que la santísima Eucaristia es el centro de nuestra fe. Los abusos realizados con o sin dolo, son a la postre, graves: “Los abusos, sin embargo, contribuyen a oscurecer la recta fe y la doctrina católica sobre este admirable sacramento. (…) El Misterio de la Eucaristía es demasiado grande para que alguien pueda permitirse tratarlo a su arbitrio personal, lo que no respetaría ni su carácter sagrado ni su dimensión universal” (Instrucción Redemptionis Sacramentum)
En la teología de la liberación se propone una interpretación innovadora del contenido de la fe y de la existencia cristiana, su origen es marxista, se aparta gravemente de la fe de la Iglesia, aún más, constituye la negación práctica de la misma. “La fe cristiana era usada como motor por este movimiento revolucionario, transformándola así en una fuerza de tipo político. Las tradiciones religiosas de la fe eran puestas al servicio de la acción política. De tal manera la fe era profundamente distanciada de sí misma y se debilitaba así también el verdadero amor por los pobres. (…) A una similar falsificación de la fe cristiana se requería oponerse también justamente por amor a los pobres y en pro del servicio que debe ser brindado a ellos” SS Benedicto XVI
En el tercer punto, la ideología de género, que defiende que el género es diferente del sexo y que además puede elegirse. Aquí se halla la promoción del feminismo radical, el aborto, la práctica homosexual. Dicha ideología es totalitaria y no acepta discrepancia, su fundamento esta en una antropología totalmente contraria a la cristiana. “La ideología de género es la última rebelión de la creatura contra su condición de creatura! (SS Benedicto XVI)
Tales males que algunos verían como triviales si se les considera aislados, en conjunto muestran el grave desorden en que se halla el ser humano respecto a Dios, a la fe católica y a sí mismo. Todo ello busca imponerse, en los medios de comunicación, en la sociedad y no podía faltar claro, en el sistema educativo.
Uno consideraría que todo lo anterior está muy lejos de suceder en el seno de la Iglesia Católica, sin embargo, es sumamente penoso que esto anida hoy en la Universidad Iberoamericana, escuela a cargo de la Compañía de Jesús. Esta universidad lleva a cabo eventos tales como la “V Semana Ibero de la Diversidad Humana” el cual fomenta la agenda LGBTTIQ, “Encuentro de teólogos de la liberación” y la “Misa Coldplay”, fomenta la teología feminista, por mencionar algunos. Sin embargo una vez que se ataca el misterio de la Eucaristía, lo demás viene en cadena: el ataque al ser humano, a la familia y a la sociedad entera, es el ataque devastador a la civilización y al modelo de vida cristianos.
Para tratar de entender cómo es que esto sucede ante nuestros ojos, habría que empezar desde la cabeza. El rector, el sacerdote jesuita David Fernández Dávalos apoya y promueve la ideología de género, defiende la práctica homosexual y la teología de la liberación. Los maestros, con diplomados, maestrías, doctorados y/o especialidades en teología ecofeminista, estudios de género, entre otros. La selección del personal educativo ha sido meticulosa.
Nada tan importante y grave sucede de pronto, sin duda alguna ha llevado tiempo implantarlo en una de las universidades más importantes de nuestro país, que por si fuera poco esta a cargo de una orden religiosa. El plan supera –por desgracia- el de cualquier escuela pública, dado que se lleva a cabo desde dentro de la Iglesia con éxito. Pidamos por la Compañía de Jesús, para que vuelva a la grandeza que un día la caracterizo, al punto de que sean capaces de volver a decir dignamente como hace algunos siglos: “A la mayor gloria de Dios”
Cabe recordar un extracto del discurso que SS Benedicto XVI dijo al recibir a los Obispos de las regiones Sur 3 y Sur 4 de la Conferencia Episcopal de Brasil, presentes en el Vaticano con motivo de la visita «Ad Limina Apostolorum”:
”Me agrada expresar mi viva gratitud eclesial a las diferentes congregaciones religiosas que, entre vosotros, han fundado y sostenido universidades de renombre, recordándoles, sin embargo, que éstas no son propiedad de quien las ha fundado o de quien estudia en ellas, sino expresión de la Iglesia y de su patrimonio de fe.”
Tarde o temprano debemos recordar la grave responsabilidad que Dios puso en nuestros hombros: “Al que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y cuanto más se le haya confiado, tanto más se le pedirá”. (San Lucas 12, 30:48)
Alexa Tovar alexatovar2017@yahoo.com
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