Algo sobre la tiranía

Manuel Ocampo Ponce
Universidad Panamericana, Guadalajara.

La democracia, es el gobierno de las mayorías generalmente no son los más preparados ni los mejores y por esa razón frecuentemente desemboca en tiranía. Esto sucede porque la tiranía suele instalarse en el régimen de muchos y malos. Es por eso que de la democracia suele seguir la tiranía. Y es que el abuso del poder democrático degenera en demagogia y la demagogia consiste en decir lo que el pueblo quiere escuchar, pero no cumplir nada de lo que se promete. También las monarquías suelen acabar en tiranías debido al egoísmo y a la debilidad humana. Es así como El mundo ha vivido históricamente bajo el yugo de distintos poderes tiránicos que explotan y que impiden el bien común.

La tiranía sucede porque cuando una persona ambiciosa y empoderada, no tiene autoridad natural, la única forma de mantener el poder es la tiranía. El problema es que el tirano, al no tener autoridad natural, ni profesional, ni moral, no le queda otro recurso más que el autoritarismo por la coacción y la fuerza. Por eso podemos decir que la tiranía es la encarnación de todos los vicios en una sola persona. Entre las medidas que son propias de un tirano está el hecho de quitar lo mejor para dejar lo peor. Por eso el tirano acaba reduciendo a todos a la pobreza. Con toda seguridad podemos afirmar que el régimen tiránico es el peor en cuanto erradica las virtudes e instala todos los vicios. Porque, además de lo que hemos dicho, el tirano abruma y oprime a los súbditos para saciarse con los bienes que codicia. Si el tirano tiene sed de riquezas, confisca los bienes de los súbditos. Si tiene sed de ira hace derramar sangre por futilezas.

Pero, además, el régimen tiránico no sólo afecta los bienes temporales sino también los bienes espirituales. El tirano trata de arruinar todo progreso y todo orden en los súbditos recelando cualquier excelencia de los súbditos. Es muy triste porque bajo el régimen tiránico son pocas las virtudes que se pueden desplegar en el pueblo. El tirano desbanca de sus puestos a los virtuosos y trata de impedir que las personas lleguen a ser virtuosas. Por esa razón, los pueblos que han vivido mucho tiempo bajo tiranos son incapaces de realizar grandes empresas. Los hombres se alejan del tirano como de alguien que es peor que las bestias salvajes, porque estar sujetos al tirano es equivalente a ser presas de la peor bestia voraz.

El tirano no soporta a los buenos porque considera un peligro para él que los hombres desarrollen la virtud. Trata de desbaratar la magnanimidad de los súbditos y siembra la desconfianza para que no se puedan organizar en su contra. Fomenta discordias, prohíbe las reuniones y asambleas y todo lo que pueda engendrar entre los hombres familiaridad, amistad y confianza. Por todo esto, las personas que han crecido bajo la tiranía degeneran en un servilismo que les hace cobardes para emprender obras buenas.

Actualmente, el poder tiránico se impone con el control del dinero, de la educación y de los medios de comunicación. El tirano o dictador, se caracteriza por sacrificar el bien común en aras de su beneficio o el beneficio de unos cuantos que lo adulan. Como lo hemos dicho antes, el tirano o dictador ha de evitar a toda costa la virtud y, sobretodo, la reflexión en los ciudadanos para conservar el poder. Y es que el tirano no sabe hacer las cosas ni quiere hacerlas, por eso tiraniza al que puede hacérselas, obligándolo a que las haga.

Por último, quiero agregar que las tiranías son muy convenientes para los imperios o gobiernos liberales ambiciosos que quieren enriquecerse a costa de los demás, porque lo que respalda la moneda en los sistemas materialistas, sean liberales o sean marxistas, es la mano de obra esclava y el tirano prepara al pueblo para terminar siendo esclavo de otros países imperialistas. La injusticia, la anarquía (falta de gobierno), el desorden y la inmundicia, son los indicadores de que un pueblo está viviendo bajo regímenes políticos falsos como la tiranía. Por eso Santo Tomás de Aquino decía que la corrupción de lo óptimo es la peor de las corrupciones, porque ya vemos que la corrupción de jerarcas y autoridades es tremendamente destructiva. Mientras la ignorancia y la pobreza son caldo de cultivo para la tiranía, la mejor vacuna contra ella es la religión, la educación, y la cultura.

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