Por *Maria Josie Hernandez Cabrera
Querida amiga:
He estado pensando mucho en nuestra plática de ayer y me gustaría compartir algunas reflexiones contigo.
Hace varias semanas dediqué un programa al fenómeno de las redes sociales, en el que hablé de los alcances que pueden llegar a tener, ya sea que las usemos de manera positiva o negativa y concluía hablando de la gran importancia que tienen en la tarea evangelizadora de estos tiempos que nos ha tocado vivir, la famosa “era digital”. El año pasado hubo en Roma una Conferencia sobre “Redes Sociales y Formación Religiosa” Mons. Jorge Patrón Wong, invitó a los fieles a compartir “sin miedo” la experiencia de la vida cristiana en las redes sociales.
Él dijo en una entrevista: “La vida del cristiano es una vida de trabajo, de oración, de alegría, también de tristeza, de vida, de seguimiento de Jesús, eso hay que transmitirlo y vivirlo también en la redes sociales, ¡no tener miedo!”,
Te escribo el siguiente fragmento del reportaje en forma textual: Mons. Patrón, que por cierto es muy activo en su perfil de Twitter, explica que la experiencia cercana con Jesús necesita ser comunicada por todos los medios. Dice que las redes sociales deben reflejar el testimonio y la vida interior de cada uno. También dijo que la vida de un cristiano es una experiencia personal con Jesús y “debemos comunicar esa experiencia como siempre lo hemos hecho, a través de las palabras, los gestos, el arte, y hoy Dios nos pide hacerlo a través de los medios digitales: a través de Facebook, de Twitter, y de todo el mundo de internet”.
¿Qué maravilloso no? ¡Nuestra santa madre Iglesia está en todo! Hasta en el tema de las redes sociales.
Y también dijo: “Si nuestro corazón es el corazón de Dios, ten la seguridad de que los medios de comunicación los podemos usar muy bien” ¿Qué te parece amiga?
El mismo San Juan Pablo II aprovechó su carisma y los medios de comunicación para llegar a muchísima gente, pero principalmente a los jóvenes. Fue el primer pontífice en aprovechar sus talentos en los medios de comunicación para transmitir el Evangelio. Y como él ha habido muchos, por ejemplo el Arzobispo Fulton Sheen que era toda una personalidad de la radio y la televisión y que acaba de ser beatificado. ¿Está mal el protagonismo de estos dos hombres de Dios? ¡Claro que no! Gracias a ellos y a través de ellos mucha gente conoció a Dios.
Piensa en algunos evangelizadores de nuestros tiempos. ¡Todos ellos están en las redes sociales, aprovechando los medios que nos ha dado Dios en esta época, para llegar a millones de personas! Todos tienen sitios webs, todos tienen seguidores, todos se comunican por Facebook y Twitter con ellos. ¿Está mal su protagonismo y su cercanía con la gente a través de los medios digitales? ¡Claro que no!
No solo somos espíritu, el mismo Dios se hizo como nosotros para ayudarnos a comprender muchas cosas. Él mismo dejó un sucesor humano para seguirnos guiando, un líder a quien podemos admirar e imitar, y que con su vida, su ejemplo y sus enseñanzas nos acerca al Reino de Dios.
Desde el punto de vista que me planteas, el papel del Papa Francisco en los medios de comunicación y en las redes sociales también es reprobable. Él mismo debería hacerse invisible, y sin embargo está hablándonos todo el tiempo a través de Facebook y Twitter que es donde todo el mundo se encuentra ahora, especialmente los jóvenes. Él mismo dice, que ahora hay que dejar a la única oveja que está en el redil y salir a buscar a las 99 y además dice que hay que salir de las periferias de la existencia, y que es preferible una Iglesia accidentada afuera, que enferma adentro, y tantas otras cosas. ¿No crees que se refiere a las redes sociales también?
Si tienes oportunidad te recomiendo que leas la Encíclica del Papa Pío XII, sobre los medios de comunicación Miranda Prorsus, donde te apuesto que si en su época ya hubieran existido las redes sociales, también estarían mencionadas ahí. Entre otras cosas dice que debemos contribuir al enriquecimiento espiritual de los demás, valiéndonos de las técnicas existentes.
Tú me decías que nosotros vamos a morir, que Dios es mucho más grande que nosotros, que Facebook o que la misma causa Provida, y que nuestro objetivo es inspirar a la gente y despertar ese amor a la Vida que todos llevamos dentro, y dejarle a Dios todo lo demás. Y debo decirte que estoy 100% de acuerdo contigo, en lo que difiero un poco es en el método.
Las pláticas y los testimonios pueden ser experiencias transformadoras y pueden mover a la acción, no me queda duda. Sin embargo, he aprendido que estos acercamientos con la gente son sólo el principio de una reflexión, es apenas sembrar una semilla. Si no les damos una referencia, si no les ayudamos con un ejemplo de vida, un compromiso, si no les damos una forma de comunicarse con nosotros, esa chispa puede apagarse pronto.
No podemos esperar la transformación total y contundente de un auditorio después de hablarles sobre el aborto 15 minutos, y dejarle a Dios lo demás. Nosotros debemos ser las manos, los pies y la voz de Cristo para los otros. Tenemos que hacernos presentes en la vida de esas personas, y hoy los medios sociales nos dan una oportunidad de oro para mantener ese contacto y seguir llamándolos a la acción, en una forma de liderazgo virtual. ¿Tiene algo de malo aspirar a este tipo de liderazgo? ¡Claro que no!
Admiro tus talentos para la evangelización. Tu deseo de pasar desapercibida es muy admirable también. Sin embargo, dice la palabra de Dios: “Vosotros sois la luz del mundo. No se enciende una candela para ponerla debajo del celemín, sino sobre un candelero, y (así) alumbra a todos los que están en la casa. Así brille vuestra luz ante los hombres, de modo tal que, viendo vuestras obras buenas, glorifiquen a vuestro Padre del cielo” (Mateo 5: 13-16)
En mi humilde opinión, si tu deseo es ser invisible para los demás, es muy respetable pero no debes esperar ese estilo evangelizador de todos. Si fuera así, entonces no habría comunicadores católicos, no existiría EWTN por ejemplo. Sólo las monjitas contemplativas tendrían mérito ante Dios.
¿Que corremos el riesgo de pecar de vanidad o de soberbia? ¡Por supuesto! Especialmente si llegamos a creer que los talentos que tenemos son mérito nuestro. Pero si somos los primeros en reconocer que vienen de Dios y que además Él nos los ha dado para multiplicarlos, entonces cuando tengamos que rendirle cuentas podremos decirle “te entrego diez denarios que me diste y diez más que gané con mi trabajo”. ¿O tú qué opinas?
¿Sabes de qué he hablado recientemente en los eventos que me han invitado? ¡De las redes sociales! De usarlas para bien, de ser testigos de la verdad y de la santidad de la vida a través de ellas y de no tener miedo a compartir nuestros testimonios, y de darnos cuenta a través de ellas de que no estamos solos, de que hay miles de personas como nosotros en todo el mundo dispuestos a defender la verdad y ser una luz para los demás.
Lamento que tengas una idea tan negativa de las redes sociales y de la forma en que tantos líderes de la evangelización han llegado a tanta gente. Por mi parte, creo que esta es una parte muy importante de la tarea que me ha encomendado Dios. En cada oportunidad, cuento mi hermosa experiencia con estos medios de comunicación y hablo sobre el sitio web que hemos hecho juntos mi esposo y yo, para hablar de nuestra familia, nuestras experiencias y nuestros apostolados y sobre todo para invitar a la audiencia a ver en mis redes sociales, la experiencia personal que me cambió la vida para siempre.
Que Dios te siga bendiciendo por toda tu labor y por tu amor a la causa de la VIDA.
Tú hermana en Cristo,
María
*Comunicóloga Bloggera, Traductora, Editora y Locutora, por ocurrencia de Dios Defensora de la VIDA y la Familia por vocación
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