Con las prioridades al revés

Así como el cuerpo humano tiene por prioridad la salud y de ahí partir para poder hacer cualquier actividad profesional, emocional o física, igualmente un país debe priorizar su seguridad y la de sus habitantes; como dice el dicho; “Sin salud no hay nada!”, pues también sin seguridad no lo hay. Lo verdaderamente alarmante es la lista de “prioridades” de la presente administración.

El negar o no querer ver una realidad dura y muy negativa en materia de seguridad, es negarse a la posibilidad de detonar un plan o una estrategia para mejorar la condición triste y grave de la inseguridad que hoy nos aqueja.

El manejo y ordenamiento de prioridades –como decía– es incomprensible ya que además de la inseguridad, a la falta de certidumbre detonada por malas decisiones del pasado y del presente, se suman e intensifican efectos negativos con la fuga de talento que se ha provocado en el sector público con una estrategia fallida que no promueve la remuneración adecuada; igualmente el paquete de prestaciones, a quien meritoriamente ha hecho carrera en la administración pública. Es muy probable que este año nuestro país crezca al cero, actualmente incluso se corre el riesgo de presentar un decrecimiento.

Me impacta la cantidad de recursos y de tiempo empleado en asuntos de política exterior (que no tienen nada que ver con lo económico), pero como sí son agenda y prioridad cuando se trata de dar asilo a un dictador que buscó legitimarse haciendo fraude electoral; es decir para eso sí utilizamos aviones privados y un gasto excesivo, además de la manutención del ex mandatario en nuestro país.

En resumen, no hay dinero para muchas necesidades importantes, pero sí hay para mandar un avión privado a Bolivia que por no poder volar en el espacio aéreo prohibido tuvo que llevar a cabo una gran vuelta con costo de mucho más tiempo y combustible, más todos los gastos tiempos y recursos enfocados a un asunto internacional.

La agenda nacional está urgida, sobre todo de una planeación, de una estrategia y de una gran creatividad por parte del gobierno federal para detonar crecimiento económico y desarrollo, porque lo que sí es cierto es que de continuar por esta senda, hasta la estrategia de gasto social y dádivas se va a complicar. En ausencia de crecimiento la recaudación bajará de manera muy importante, y con ello puede venir nuevamente una baja en la calificación tanto de PEMEX como de la Deuda Soberana; y si con ello viene una salida de capitales y una falta presupuestal, al gobierno no le quedará otra que endeudarse más, dejar de proveer recursos a ciertos programas asistencialistas, o una Reforma Fiscal que seguramente buscará cobrarle más a los pocos que pagamos.

Será muy interesante ver qué hace Banco de México mañana, en donde por inflación y crecimiento económico estaría plenamente justificada una baja de 0.50%, pero el riesgo de esta medida es que se salgan más capitales de los que ya se han ido en el 2019 (esto a pesar del gran diferencial en tasas de interés que se mantiene). Respetando la decisión del Banco Central, que lo ha hecho muy bien y que tiene mucha más información que yo, a mí en lo personal me gustaría ver una baja de 0.25% en noviembre y otra más de 0.25% en diciembre.

@juansmusi

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