Por ti alzamos la voz en Nueva York

 

En vísperas de la 56 Conferencia Internacional de la Mujer en la ONU

(Un poco de lo que en 2011 sucedió)

 

La “salud reproductiva” pareciera ser que es un tema de prioridad en los países a nivel mundial, en específico México ha tomado en la agenda nacional la “educación sexual” como una antelación.

Nuestro país ha querido implementar programas de control de la natalidad, incluyéndolos en la cartilla de vacunación, en las escuelas, en los medios de comunicación, todo con la idea de mostrarle a la juventud que tienen la libertad de “ejercer su sexualidad” siempre y cuando lo hagan de manera responsable.

Responsabilidad que basan en la utilización de anticonceptivos tanto hormonales como de barrera, es decir, condones y pastillas. Este modelo que busca “enseñar” a chicas y chicos una “sexualidad responsable” está basado principalmente en los programas promovidos por las Naciones Unidas. Dicho organismo internacional busca reducir el índice de embarazos en mujeres adolescentes, ya que como es bien sabido, la tasa de embarazos no deseados en menores de edad es muy elevada, siendo Estados Unidos el país en primer lugar, con el 70.06 por ciento de adolescentes que se embarazan a lo largo de un año (National Bureau of Statistics).

Aunque las cifras son innegablemente escalofriantes, el remedio no se antoja el adecuado, puesto que promoviendo la actividad sexual, a pesar de hacerlo con una anticoncepción, el mensaje directo que se le da a la juventud es hacerles ver que no importa que estén sexualmente activos, mientras se “protejan”, es decir, se les exime de su responsabilidad en cuanto a la continencia se refiere y se aplaude su práctica sexual.

Los datos muestran que no es la medida adecuada, puesto que los embarazos siguen a la orden del día, sin embargo no cabe duda que la venta de condones y hormonales están a la alza.

Actualmente me encuentro en Nueva York, promoviendo la verdadera libertad de las mujeres en la 55 Conferencia Internacional de la Mujer en las Naciones Unidas, conferencia que lleva la mitad de su recorrido, y durante la ponencia que UN Women expuso sobre la “Equidad de Género en la Salud Reproductiva” se planteó que es muy importante promover el preservativo a toda costa para evitar el contagio del VIH/Sida y los embarazos no deseados. Además, se expusieron cifras desgarradoras y se explicó lo que el condón femenino es.

A pesar de haber escuchado todos estos datos, al llegar el momento de las preguntas, pedí la palabra para mencionarles que en su agenda para la prevención jamás escuché las palabras Fidelidad y Abstinencia, a lo cual varias mujeres, sobre todo africanas, me congratularon y apoyaron.

No obstante, la respuesta por parte de esta ONG fue burlona en cuanto a la fidelidad se refiere, puesto que aseveran que una puede ser fiel, pero que no podemos saber si la pareja lo será, y que entonces depende de cada quien arriesgarse.

Este hecho me lleva a redactar estas líneas, puesto que la ONU, a través de su ONG UN Women, no considera la fidelidad ni la abstinencia como alternativas para evitar los embarazos en adolescentes.

La situación nos demuestra una insensibilidad para con la humanidad, haciendo a un lado la voluntad y la inteligencia que innegablemente tenemos los seres humanos. El compromiso en una pareja no es factible para esta organización, por ello –según su bandera–, es mejor responder a nuestro instinto, eliminando esa capacidad del ser humano de ser líder de sí mismo, y en su lugar rendirse ante los impulsos siempre y cuando consumamos contraceptivos.

Es imprescindible que gobierno y sociedad nos demos cuenta de la situación que promueve un sector muy fuerte a nivel mundial, con una clara tendencia de posicionar en el mercado productos altamente rentables como los condones y los hormonales.

La pregunta que hice, que no fue esclarecida de forma explícita, me dejó más respuestas que si las hubiera escuchado de forma textual, ya que finalmente concluí que como la fidelidad y la abstinencia no generan dinero, entonces no son negocio para las Naciones Unidas.

Nos leemos la semana que entra para no quedarnos atrás y ver hacia delante.

 

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