Cuando la necesidad manda

Es un hecho que la actual crisis por la pandemia registra pocos casos de éxito. Son escasos los países que la han logrado manejar bien. Alemania, Corea del Sur, Singapur y mismo China. Pareciera que el común denominador es que hay dinero y que hay una autoridad determinada a actuar y si la población desobedeciera las medidas o consecuencias son muy importantes.

Otro común denominador es que hacen muchas pruebas, muchas. Todo lo anterior no se ha hecho en México, nada, y de ahí los resultados que estamos viendo. Cabe mencionar que la información oficial que tenemos es desastrosa y hace dudar a muchos de su veracidad. Lo que es un hecho es que estamos viendo un pico de en los contagios y en las muertes, estamos en lo peor o cerca de lo peor.

Expertos sugieren que lo peor aún está por llegar en junio y otros hablan de julio. Esto pasa cuando la información que se maneja no es oportuna, veraz y precisa y más cuando no se hacen pruebas. ¿Cómo planeas o solucionas algo si no conoces la verdad?

El punto es que aquí hay muchas diferencias contra todos estos países, el dinero, la educación, la autoridad y un punto muy importante, que, aunque somos un país mucho más pobre el porcentaje del PIB que el gobierno ha destinado para ayudar a los habitantes, empresas y empresarios es infinitamente menor al que se ha hecho en otros países. Algunos ejemplos de ayudas de gobierno como porcentaje del PIB: México 2%, Chile 6%, Brasil 7%, Corea del Sur 8%, Perú 8%, Canadá 12%, España 12%, EEUU 16%, Japón 22%, Alemania 33% (y Angela Merkel está solicitando más esta semana) e Italia 37%.

Por eso digo que, aunque si es un tema de países ricos y países pobres, también es un tema de asignación de prioridades. En este momento es mucho más prioritario rescatar a negocios y gente productiva que construir tres caprichos de campaña. Con ese dinero se podría subir el porcentaje de ayuda del gobierno a la iniciativa privada y mostrarse más empático y decidido a colaborar con una planta productiva que necesita, para crecer, desarrollarse y recaudar más.

Pues es así, en este contexto, que, cuando está la pandemia en un punto crítico, se empiezan a normalizar las actividades y el presidente sale de gira a hacer campaña, a buscar popularidad en medio de la pandemia, incitando a salir y a relajarse en un momento crucial. Es la necesidad y la falta de dinero, planeación y ayudas que nos obliga a salir a contagiarnos, a jugar una carta muy arriesgada que lleva de manera implícita el sacrificar vidas humanas a costa de la reactivación económica y la popularidad política.

La reapertura en otros países se da en medio de un claro descenso en los contagios y las defunciones, y aún así, es muy arriesgada. Basta ver lo que está pasando en EE.UU. con las protestas por la brutalidad policiaca en donde los contagios pueden ser exponenciales, independiente a la reapertura paulatina de negocios.

Lo comenté la semana pasada y lo sigo pensando, es buen momento para acumular posiciones en dólares y para establecer coberturas en esa moneda. Las razones de la apreciación siguen siendo las mismas y son externas; debilitamiento del dólar por un mejor ánimo de los inversionistas y el alza en los precios del petróleo que ya ubica al West Texas por arriba de $36 dólares.

Lo que podría apreciarlo más, es lo que más adelante lo depreciará, una constante perspectiva negativa en un país que eventualmente volverá a ver una degradación en su calificación crediticia.

@juansmusi​​​​​​​​

Deja una respuesta