Cuando las tasas bajan

Todos los ciclos económicos y de mercados han mostrado a través del tiempo que la baja de tasas trae consigo muchos beneficios. Bajar la tasa de interés implica que los costos de los créditos o financiamientos sean más baratos. Este ciclo trae por naturaleza una mayor demanda de créditos para comprar casas, crecer negocios, emprender y solicitar diferentes préstamos para solventar necesidades de diversa índole. También, los gobiernos que han emitido deuda, se benefician al tener que pagar menos interés a los tenedores de su deuda. La baja de tasas promueve el ciclo virtuoso de la economía apoyado por crecimiento económico.

El problema en la situación actual es que ya el mercado lleva un ciclo favorable después de la pandemia. Es cierto que por ahí se atravesó el 2022 -que no fue bueno-, pero la pregunta es qué tanto se puede prolongar el alza después de muchos años favorables. Por definición -o bien, la respuesta de libro de texto- es que esta situación se debe prolongar ahora que el ciclo de baja ha comenzado. Aunque la Reserva Federal empiece en junio y este año solo baje la tasa marginalmente, los mercados se deben de seguir fortaleciendo y consolidando.

Los únicos que van a empezar a perder con esta situación son los que pueden vivir de sus intereses, beneficiados por grandes capitales. Sin embargo, esto no será de golpe, y seguramente México y Estados Unidos regresarán a la tasa que tenían antes de la pandemia hasta la última parte del 2026. O sea, este proceso se va a llevar por lo menos dos años y medio.

Habrá muchas piedras y retos en el camino. De entrada, estamos en un año electoral. Los resultados y su legitimidad serán fundamentales. La inflación debe bajar, pero no es una caída en línea recta. Si se asoma una desaceleración económica muy fuerte, los bancos centrales podrían apurarse más en bajar las tasas. Por lo anterior, cuando me preguntan si este buen momento de mercado se va a acabar rápido, respondo que no lo creo. Además es imposible: nadie puede salirse en el punto más alto y luego entrar en el más bajo.

La receta infalible es estar de largo plazo y así evitar equivocaciones. Esta semana seguiremos viendo qué dicen los banqueros centrales y cuanto más se puede extender el alza. A finales de la misma, destaca la publicación del dato del empleo en Estados Unidos, en donde de nuevo, un dato en línea con lo esperado es lo mejor que puede pasar. Hay que recordar que muy por arriba podría implicar inflación; pero muy por debajo, desaceleración.

@juansmusi

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