“Te quiero más que a nadie (…) Eres un gran ejemplo, un apoyo incondicional, el amor a flor de piel. Papá, ahora que yo ya soy un adulto me pregunto ¿por qué no decidiste seguir trabajando para crecer y ser un gran empresario al que todos admiraran? Sólo hiciste lo necesario para que nada nos faltara y para que fuéramos felices. Siempre comí contigo, siempre viajé a tu lado, diario me llevaste a la escuela y la mayoría de las veces me recogiste. Diario conviví contigo, nunca dejaste de apoyarme cuando fallaba en mis estudios, me echaste porras en todas mis competencias y concursos. Tu imagen constantemente está en mi mente, los momentos son desde siempre. Nunca fuiste el padre que se iba en la mañanita para regresar tarde y solamente besar a sus hijos en la cama. Jamás nos obligaste a quedarnos contigo los domingos, con el pretexto de que era día familiar, sabiendo que la verdadera causa era que en toda la semana no nos habíamos visto. Te conozco perfectamente, ya que siempre platicamos y conversamos, me compartes tu experiencia y yo te doy mi ingenuidad.
¿No te hubiera gustado ser rico y tener mucho más cosas, viajar más, comprar más y ser un gran empresario? Tal vez te hubiera latido recibir premios por haber sido exitoso en el mundo de los negocios, pero sin embargo no fue así, ya que decidiste retirarte y vivir a lado de tu familia invariablemente. Dejaste de comprarte ciertos artículos con tal de que los tuviéramos tus hijos, no viajaste para que estudiáramos en el extranjero y sobre todo no tuviste otras ocupaciones que te separaran de nosotros.
A esta duda la tuve que resolver preguntándote, y así respondiste: -«Gordita, todo depende a lo que te quieras dedicar en la vida y yo decidí que quería ser papá de tiempo completo»- Sabes lo haz hecho muy bien, estoy bien preparada y me haz dado un gran ejemplo, la familia es lo más importante. No hay como dedicarle todo el tiempo posible a los hijos, sobre todo hay que responderles siempre. Tú elegiste consagrarte a nosotros, aunque sé que hay padres que lo intentan pero por razones de la vida no pueden pasar todo el tiempo que quisieran a lado de sus hijos y desgraciadamente los empiezan a conocer una vez que crecen, que se duermen más tarde o que comienzan a trabajar juntos. Creo que fue una buena elección, pudiste dejar todo para estar a nuestro lado, nos hiciste personas de bien. Ahora que lo estoy reflexionando, te haz ganado el premio al mejor empresario del mundo. Así es, tu profesión fue, y aun lo sigue siendo, ser padre. Lo haces perfecto. ¡Qué bueno que así lo decidiste!
Los papás también tienen su día comercial, pero durante todo el año igualmente son importantes. Son el pilar de nuestra familia, el sustento de la misma y aunque sean hombres son reflejo de ternura y amor.
Papás jóvenes, medianos o grandes; sean un ejemplo para sus hijos, convivan con ellos lo más posible, no los abandonen ya que son una figura muy importante para ellos. Nosotros los necesitamos, no solamente es la mamá sino también el papá, son un complemento para una familia completa.
Hoy tengo que decirte papá que te adoro, gracias por haberme escogido como tu prioridad y por dejar todo lo demás con tal de que fuera feliz, puesto que haz hecho muy buen trabajo. En pocas palabras; eres un gran padre. Felicidades a todos los papás en su día.”
Este artículo fue publicado en El Universal sección “Nuestro Mundo” en la columna que llevaba por nombre “Mi Comentario” el 14 de junio de 2000. Hoy mi papá ya no está aquí, murió hace seis años, y alguien que leyó mi libro “Vestigios. Comentarios de la Vida” me aconsejó que publicara en mi portal este escrito. Sí, extraño mucho a mi papá, como es natural, pero agradezco haberlo tenido porque ante su ausencia vivo como me enseñó: coherente en pensamientos y obras pero sobre todo dedicada a mi familia.
Nos leemos pronto para no quedarnos atrás y ver hacia delante.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.