Diario de una pasión o el diario de un desastre

Una de las películas “románticas” más sonadas es sin duda alguna “Diario de una pasión” estrenada en el año 2004. Es el relato de un apasionado e intenso romance entre jóvenes. La historia de Noah Calhoun y Allie Hamilton (Ryan Gosling y Rachel McAdams) se desarrolla en la década de 1940, es contada en la actualidad por el anciano Noah a su esposa Allie quien sufre de Alzheimer y ambos se encuentran en un asilo, donde cuida de ella.

Desde el principio la película resulta predecible en muchos aspectos, usando argumentos que vemos en incontables películas “románticas”: la diferencia de clases sociales, donde regularmente el hombre es un pobre diablo pero bueno y valiente, unos padres que impiden el romance, un anciano que relata la historia para darle el suficiente respaldo a una desastrosa relación, étc.

Es tal la ceguera que por todos lados uno encuentra elogios (incluso por parte de medios católicos), que pocos reparan en detalles muy significativos:

En un punto de la historia, una noche, haciendo planes para reparar una vieja casona, ante la petición de ella, están por tener relaciones sexuales, pero no se concretan pues ella duda y él no insiste. Esto puede dar la impresión de que el chico la ama pues “le respeta y esperará” pero ¿realmente es así?. Las chicas deben darse cuenta de que si un hombre las respeta, jamás las pondrá en una situación así, porque el respeto no empieza estando en el suelo, desnudos, para ver hasta dónde pueden llegar, sino mucho antes, cuando se citan, en los lugares en que se citan y las intenciones con que lo hacen.

Después, ante el primer atisbo de ruptura, se gritan, ella lo abofetea y lo empuja, en la impotencia él se pega a sí mismo, ella comienza a llorar desconsoladamente, recriminándole. Justo ahora muchos dirán que el motivo es el amor y esa es una forma de demostrarlo, incluso uno oye decir:- “¡Quisiera algo así, que romántico!”. Pero hay que ser honestos: nada romántico, ni sano hay en gritarse y golpearse en el noviazgo (ni en el matrimonio por supuesto), ya que son indicios de una relación tormentosa, llena de inseguridades, ansiedad y dolor. Los jóvenes que se comportan así no son libres, no eligen conscientemente, las emociones son las que gobiernan. Lo que sucede en el noviazgo y los hábitos que se permitan durante éste, es lo que sucederá en el matrimonio.

Luego, se separan, él se va a guerra, ella a la universidad, se alista como enfermera voluntaria para atender a heridos de guerra, conoce a un militar llamado Lon, se enamoran y se comprometen para casarse. Noah la ve un buen día besándose con su nuevo amor, así que herido, reconstruye la vieja casona esperando que ella vuelva, tiempo en el cual mantiene relaciones sexuales con una viuda, como un paliativo ante su decepción amorosa, como es obvio, no la ama, la usa. Allie busca a Noah y tienen relaciones sexuales. El cae en promiscuidad y ella en infidelidad para con su prometido Lon. Al final se decide por Noah. Se hacen ancianos. Fin.

¿Dónde está el amor aquí? ¿Tener una o varias parejas sexuales previo al matrimonio es amor? ¿Golpear a tu novio(a) es amor? Evidentemente no.

El amor real entre jóvenes sí existe, se llama castidad que consiste en el dominio de sí, en la capacidad de orientar el instinto sexual al servicio del amor y de integrarlo en el desarrollo de la persona. Los jóvenes deben darse cuenta de que vale la pena esperar por el/ella hasta el matrimonio, que el noviazgo es un compromiso y no un campo de entrenamiento sexual donde se puede tener uno o más parejas sexuales mientras esperan “al amor de su vida”. Deben darse cuenta de que la castidad es el medio para llegar al amor verdadero que tanto buscan.

¿Y entonces por qué una película con evidentes mentiras tiene tantos elogios? Porque muestra justamente lo contrario a la castidad, jóvenes que no saben ser fieles, ni se dominan a sí mismos, que son esclavos de las pasiones, el público es constantemente bombardeado con el mensaje de que las relaciones sexuales y la promiscuidad sexual antes del matrimonio son “amor puro y sincero”. La industria cinematográfica transmite este mensaje de una manera tan contundente que vemos a infinidad, no solo de adolescentes y jóvenes sino también de adultos embelesados y por desgracia de alguno que otro medio católico “rendidos” ante este desastre.

El objetivo es claro: la destrucción del verdadero amor y la paulatina destrucción del matrimonio.

He aquí que todos tenemos responsabilidad en lo que pulula en la industria del cine: con nuestra asistencia a las salas, la compra de películas en dvd o blu-ray, el click que damos en los portales de películas, cada día estamos diciendo a los productores lo que queremos ver… y eso es lo que nos dan.

Por otro lado existen otras producciones que se esmeran más en tratar de engañar al espectador, en este caso, el trabajo es tan burdo y la mentira tan evidente, que sorprende la cantidad de fanáticos. Es el auténtico diario de un desastre.

Así que por amor a la verdad y respeto a su intelecto, absténgase de ver tales producciones…

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