Dicen que Dios da sus batallas más difíciles a sus mejores guerreros. Dicen que Dios manifiesta su amor cuando hay tribulaciones en tu vida. Dicen -ya no me ames tanto- cuando parece que -llueve sobre mojado-. Dicen que Dios nos carga cuando más cansados estamos, que justamente en el transitar de la vida, cuando simulamos ver todas nuestras memorias pasar cual película de Hollywood y nos miramos caminando por la playa junto al Señor, en los momentos más difíciles solamente se aprecian un par de huellas. Un solo par en lugar de cuatro. En lugar de las suyas y las nuestras y pareciera que nos abandonó puesto que El no aparece en esas “escenas”, pero resulta que nos cargaba.
Dicen que cuando en la vida terrenal la vida es difícil y parece que a pesar de que la oscuridad cada vez es más profunda, es que ya va a salir el sol. Dicen que después de la tormenta viene la calma, pero no nos dicen cuánto tiempo durará esa calma y cuándo regresará el huracán ni cuánto tiempo permanecerá.
Dicen que nacemos con un temperamento y que lo formamos en un carácter, positivo o negativo, dependiendo de las circunstancias pero sobre todo, dependiendo de tu voluntad, de tus anhelos, de tu autodeterminación. Dicen que si estás cerca de Dios, que si practicas tu religión, que si recurres a los sacramentos, que si te abandonas a la voluntad del Absoluto, la carga se hará más ligera.
Dicen que esta vida es pasajera, que es momentánea, que todo ya ha sucedido, que “¿qué saca el hombre de toda la fatiga con que se afana bajo el sol?” que una “generación va, otra generación viene; pero la tierra permanece donde está.” Dicen que “el viento sopla hacia el sur y gira al norte; gira que te gira el viento, y vuelve el viento a girar”.
Dicen que todo lo que vale la pena, cuesta y que lo fácil es pasajero, efímero, que es una ilusión. Que es vanidad, “vanidad de vanidades, todo es vanidad”. “Lo que fue, eso será, lo que se hizo, eso se hará. Nada nuevo bajo el sol.” Entonces si todo ya sucedió ¿Qué hacemos aquí? ¿Por qué sufrir? ¿Por qué luchar?
Dicen “acuérdate de tu Creador en tus días mozos, antes de que lleguen los días malos y se echen encima los años en que dirás: <<No me agradan>>. Antes de que sea tarde, antes de que ya no te puedas levantar. Entonces, si dicen tantas cosas que humanamente, en nuestro entender, ante tal inmensidad de pensamientos, es difícil comprender que sufrir es ¿bueno? ¿necesario? ¿importante?
Siendo así, entonces todo lo que vivimos, si no lo sabemos hacer desde una perspectiva desprendida, es decir, no mundana, inmaterial, nuestro sufrimiento será de dolor terrenal y no sabremos darle un sentido a las circunstancias, la vida estará empañada por una ceguera emocional y repetiremos los mismos errores y nunca daremos cuenta de que debemos de cambiar. De que debemos de detenernos y pensar que lo importante no está aquí en la Tierra, sino que en otro lugar ¿mejor?
Dicen que el premio es grandioso. Dicen que hay que ser buenos, que hay que pensar primero en los demás. Dicen que es necesario cambiar de aires. Dicen que hay que trabajar en la templanza y no desfallecer. Aún así, es cansado, es duro y sería más fácil y cómodo quedarse con sus pesares y no moverse. Permanecer inerte y adherido a este mundo, pero eso es tibieza y es olvidar que no somos de aquí, que en verdad somos pasajeros. Que si dejamos que lo humano nos devore se nos olvidará que dicen “teme a Dios y guarda sus mandamientos, que eso es ser hombre cabal” “porque toda obra será juzgada por Dios, también todo culto, a ver si es bueno o malo.”
Entonces, ya que se renueva la oportunidad de empezar, un año más que transitar para mejorar, para luchar, para aprender a aguantar. Un año más para ser el mejor soldado de Dios en la Tierra, que vengan las batallas pues fuerte estoy y dispuesta a continuar porque sólo estamos de paso y el triunfo es maravilloso.
¿Te unes? ¿Te sacudes conmigo lo negativo y comenzamos de nuevo, aprendiendo del pasado, viviendo y disfrutando el presente, pero sobre todo pensando en el futuro?
¡Feliz año nuevo! Dicen que el 2014 será grandioso.
Nos leemos pronto para no quedarnos atrás y ver hacia delante.
* Las frases entrecomilladas son fragmentos del Eclesiastés.
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