Vacaciones que nos llevan a vivir una realidad que es totalmente alejada a la verdad. Descansar de trabajar o de la rutina diaria es lo que hacemos en las vacaciones. Independientemente de la razón por la cual se toman, como en esta ocasión Navidad, o próximamente Semana Santa o los puentes que festejan días patrios, las vacaciones nos hacen salirnos de nosotros mismos.
Vacacionar nos hace vivir una película, en donde somos los protagonistas, el director son las circunstancias y los compañeros de reparto son los amigos y familiares. Habrá quiénes anhelen salir de viaje o por lo menos dejar la monotonía para hacer a un lado la verdad y otros que no tienen verdades tan duras y desgastantes simplemente buscan cambiar de ritmo por el placer de innovar.
En las vacaciones, sobre todo de fin de año nos divertimos, casi todos logramos encontrar un poco de diversión. Si salimos de nuestra ciudad, encontramos gente nueva y gente no tan nueva pero que tuvo algo que ver en nuestras vidas, y el momento de las celebraciones, el escape de las vacaciones nos crea una sensación de hermandad y amistad como si nunca hubiera habido un distanciamiento.
El fin de año nos crea una sensación como de final inminente en el que hay que aprovechar al máximo. Aunado a ello las vacaciones nos aligeran el alma y al buscar divertirnos, evidentemente nos esfumamos de la verdad y creamos una realidad pasajera.
Fíjense nada más, que alguna vez me tocó escuchar a un gran orador que nos decía que si Platón, Aristóteles y todos sus secuaces osaran venir a esta era, quedarían con expresión de emoticón sorprendido con iniciales de “OMG” al percatarse que hay ciudades enteras dedicadas a la diversión. ¿Saben por qué? Bueno todo comienza con la raíz etimológica; la palabra diversión o divertirse se refiere a realizar actividades diferentes a las que ejecuta cada persona de manera ordinaria y cotidianamente, éstos pueden ser muy distintos en cada persona según sus gustos, costumbres, tradiciones, etcétera. Sobre todo lo que haría a estos filósofos caerse de espaldas es que el verbo divertir ha sufrido históricamente algunos cambios y transformaciones como: “divertir (l.divertere) S. XVI al XX. Que quiere decir apartar, desviar, alejar. ¡Nos apartamos como personas! ¡Nos desviamos! Separamos el cuerpo del espíritu, buscamos alejar la verdad porque ¿duele?
Entonces el postre siempre después de la diversión es la vida real, cuando terminan las vacaciones (lo que estamos actualmente padeciendo) pues caemos en cuenta que las cosas siguen igual, que solo fue un momento de cambios efímeros pero que nuestra existencia es otra. Y la cruda es en ocasiones mucho más intensa, que cuando dejamos como las vacas hacen, los pies en la tierra.
Por ello, para este 2015 seamos como estos rumiantes que se salvan de los desastres naturales gracias a que perciben que algo malo se avecina (Indonesia, Tsunami 2004), ¿cómo lo logran? Pues manteniéndose bien plantados sobre el piso y así saben cuándo hay que huir de la mentira para enfrentar la realidad.
Feliz año. Un año que se dice será perfecto y con infinidad de posibilidades para ser felices. Nos leemos pronto para no quedarnos atrás y ver hacia delante.
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