#Economía Suerte Joe Biden

Hoy arranca el mandato del presidente 46 en la historia de los Estados Unidos de Norteamérica. Primero que nada, se espera una transición complicada, ya que a diferencia de las anteriores los equipos del saliente y del entrante trabajan en una entrega ordenada, cosa que en esta ocasión no sucedió.
Con esto, habrá muchos detalles en muchas áreas de gobierno que de haberse juntado y trabajado desde el año pasado se ahorrarían mucho tiempo y con ello la transición será menos eficiente. Esto traerá costos sin duda. Lo bueno, es que el presidente Biden y su agenda tienen ya muy definida la agenda de prioridades y con ello su plan de estímulos a la economía por $1.9 trillones de dólares norteamericanos.
Vale la pena comentar en que consiste este plan que es muy ambicioso y en sus consecuencias en la economía del país y del mundo. Lo primero es que llegarán a los hogares de la gente que trabaja cheques por $1,400 dólares, adicionales a los $600 que recibieron en diciembre. Esto totaliza una ayuda de $2,000 dólares en poco más de 2 meses.
Pero este plan además tiene muchos más aristas y áreas de apoyo. Contempla mejorar los apoyos a los desempleados y que reciban más beneficios, apoyos a préstamos en todos los niveles para educación, desde kínder hasta la educación superior, apoyos a pequeñas empresas y empresarios, un plan de vacunación muy ambicioso y también se destinarán fondos a pruebas de Covid.
Es una maravilla de plan en primera instancia y da envidia ver lo que se hace en el primer mundo, en países ricos, por contrarrestar los efectos negativos de la pandemia. Ahora, como todo en la vida, este paquete tiene efectos negativos. Esto genera deuda y todo este dinero se tiene que imprimir y eventualmente puede generar inflación, que es el impuesto más caro para toda la población y también podría generar una burbuja todo este exceso de liquidez.
La consecuencia más natural de estos estímulos será una mejora en el consumo, con ello los mercados deben seguir un buen paso y también las tasas de interés se mantendrían bajas o pegados al 0% por mucho tiempo. Otra consecuencia será un dólar débil, lo cual supone que el peso se mantendría razonablemente estable por esta condición global. Ojo, la estabilidad del peso es atribuible a la condición global y no a ningún mérito local.
Es decir, el peso es fuerte, como todas las demás monedas. Todo esto me hace pensar que podríamos tener un 2021 con mucha estabilidad, pero vulnerable y frágil. Es posible cerrar el año en niveles de $20.50, pero si aquí progresan las iniciativas nocivas en contra de la autonomía del Banco Central o si bien tocan las reservas del mismo para otro fin, así como la desaparición de instituciones como el INAI, podrían acelerar la baja en la calificación crediticia y con ello perder el grado de inversión. Sigo pensando que con pesos y las tasas en el nivel en el que están, duermo más tranquilo invertido en empresas norteamericanas y en dólares.
Suerte a Joe Biden, que seguramente hará muchos cambios y que en algunos acertará y en otros se equivocará. Lo importante es que sean más los certeros y que a su país le vaya bien, porque al mundo le va bien, pero sobretodo a México, por ser el destino del 90% o más de nuestras exportaciones.
Esta semana empiezan los reportes de las empresas del sector financiero, las siguientes dos vienen los reportes de las más significativas. En general se esperan reportes positivos porque el 4º trimestre es el periodo decembrino y el gasto y consumo son mayores que en el resto del año.
@juansmusi

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