El aborto es una forma de violencia contra la mujer, aseguran expertos.

Fuente: *MELISA INSTITUTE

El manejo de embarazos de alto riesgo no debe ser un conflicto entre las necesidades de la madre y las del bebé, sino que debe de tratarse del entendimiento de circunstancias en particular de ese embarazo y cómo llevarlo desde el punto de vista científico y racional.

Una forma de violencia creciente contra las mujeres y niñas no sólo en países desarrollados sino sobre todo en naciones menos avanzadas, es la práctica indiscriminada del aborto, que se ha traducido en daños a la salud que pueden ser leves o incluso provocar la muerte de quienes han sido sometidas a la cancelación de su embarazo.

Así lo definieron aquí médicos, ginecólogos, obstetras, investigadores todos, de Dublín, Estados Unidos y Chile, quienes demostraron con estudios científicos, que las estadísticas no mienten: los niveles de salud de las mujeres son más altos y las tasas de morbilidad y mortalidad materna son inferiores en países donde la práctica del aborto está prohibida (penada legalmente) y/o donde es practicado de manera limitada o con restricciones legales.

La educación de las niñas y mujeres jóvenes y adultas, la disposición de más y mejores servicios de salud, y el incremento en la disponibilidad de servicios públicos como agua y alcantarillado, son las alternativas para impulsar un mayor nivel de salud materna, constituyen la opción. El aborto no.

En la conferencia «Políticas públicas para reducir la mortalidad materna, un enfoque holístico sobre salud materna», desarrollada en el marco de la 57 Sesión de la Comisión sobre el estatus jurídico y social de la mujer en la Organización de las Naciones Unidas, los doctores Elatd Koch (Santiago de Chile), Monique Chireau (Carolina del Norte, Estados Unidos), Donna Harrison (Illinois, Estados Unidos) y Eoghan de Faoite (Dublin, Irlanda) advirtieron que si el argumento de elevar los niveles de salud materna y reducir al máximo las tasas de mortalidad materna, son reales, el aborto no debe ser considerado como una política de salud pública, ni su legalización como una medida en beneficio de la mujer embarazada.

Irlanda ha sido considerada constantemente por las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los lugares más seguros del mundo para las mujeres embarazadas, sin la necesidad de recurrir al aborto, dijo el el doctor Eoghan de Faoite, miembro del Comité sobre Excelencia en Salud Materna de Dublín.

Irlanda prohibió todo tipo de aborto desde 1983 y su tasa de mortalidad materna ha reducido casi a cero, a diferencia de su vecino, el Reino Unido, donde está legalizada la práctica del aborto y, contrariamente, se observa un aumento contínuo de los índices de mortalidad materna.

Actualmente dijo De Faoite, el gobierno de Irlanda impulsa un proyecto de ayuda a Sudán donde en vez de proveer abortos a su población femenina, provean servicios de ambulancia, profesionalización de sus neonatólogos y dotación de equipo médico a las clínicas de maternidad.

Subrayó que mientras en Irlanda la mortalidad materna es de 8 por cada 100 mil nacidos vivos, los Estados Unidos tienen una tasa tres veces superior de más 24 por cada 100 mil y en Sudán llega hasta 75 por cada 100 mil nacidos vivos.

Por separado, la doctora Monique Chireau profesora asistente de la división de Investigación Clínica y Epidemiológica del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Centro Médico de la Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte, derribó aseveraciones de que el aborto debe ser legalizado en casos de enfermedad o riesgo de salud para la madre o incluso en casos de enfermedad del no nacido.

Explicó que el manejo de embarazos de alto riesgo no debe ser un conflicto entre las necesidades de la madre y las del bebé, sino que debe de tratarse del entendimiento de circunstancias en particular de ese embarazo y cómo llevarlo desde el punto de vista científico y racional.

“La salud de la madre y la del bebé no deben ser vistas como un conflicto” dijo, al citar que hay suficiente evidencia científica que indican que en tratamientos contra el cáncer en la madre embarazada, ambos puedes sobrevivir, sin efectos dañinos para ninguno.

Otro caso, como el Síndrome de Down, comúnmente utilizado como argumetno para provocar un aborto, fue ejemplo de la Doctora Chireau para señalar que la comunidad médica está obligada a buscar alternativas de salud y no usar una salida fácil como el aborto en lugar de atender esta deficiencia cromosómica.

Informó que están en marcha investigaciones en las que se ha demostrado que con detección oportuna, el Síndrome de Down puede ser atendido con un suplemento alimenticio que reduce sensiblemente las características de este mal. Están, dijo, en marcha las pruebas clínicas para demostrarlo.

En su oportunidad, la doctora Donna J. Harrison obstetra y ginecóloga, directora de investigación de Políticas Públicas y profesora en Trinity International University de Illinois, señaló que el aborto médico con químicos como la mifiprostona o el misoprostol ha demostrado tener una tasa significativa (20% más) de complicaciones serias para las mujeres, aún en naciones con recursos médicos y tecnológicos para la atención de estos casos.

En tanto, en países donde no existe infraestructura médica, estas complicaciones muchas veces resultan en la muerte de las madres sometidas a estos métodos de aborto.

Las complicaciones, aseguró, incrementan cuando se utiliza únicamente para inducir el aborto, ya que se han presentado abortos inconclusos, hemorragias, aumento descontrolado de la presión arterial, y hasta complicaciones que ameritan una intervención quirúrgica mayor.

A su vez, el doctor Elard Koch, director del Instituto de Instituto de Epidemiología Molecular de la Universidad de Chile, señaló que una investigación científica sobre mortalidad materna de los últimos 50 años en Chile ha descubierto que el factor más importante para reducir la mortalidad materna es el nivel de educación de las mujeres y el acceso a atención médica integral durante el embarazo.

“Chile es una de las naciones que prohíbe todo tipo de aborto y ha reducido la mortalidad materna hasta un 90 por ciento. Las alternativas han sido incrementar los niveles de educación de las mujeres, dotar de servicios públicos (como agua y alcantarillado) a la mayor parte de la población y profesionalizar la atención médica neonatal”, expuso el epidemiólogo.

El hecho de que el aborto no se haya legalizado en Chile ha traído como resultado el incremento de la salud materna, y la consecuente disminución de la mortalidad materna, subrayó

Koch citó que la legalización del aborto siempre resulta en un incremento de esta práctica, por lo menos en los primeros 20 años.

Como ejemplo mencionó el caso de la Ciudad de México donde desde 2007, cuando se despenalizó el aborto si éste se practica durante las primeras 12 semanas de gestación, el número de abortos se ha incrementado año tras año desde 4799 procedimientos el primer año hasta 20 mil 314 en el 2011.

Este año la 57 Sesión de la Comisión sobre el estatus Jurídico y Social de la mujer en la Organización de las Naciones Unidas, tiene como tema eje la eliminación y prevención de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas. En este contexto, los delegados de los 45 países miembros discutirán una resolución para garantizar la prestación de servicios de asistencia a este sector de la población.

*Publicado en: http://www.sexenio.com.mx/

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