El destino del los Embriones

LUEGO DEL polémico fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, negando el derecho a la vida del embrión humano en sus primeras etapas de vida -valga la redundancia-, la discusión se ha centrado, o bien sobre los aspectos jurídicos del fallo o bien sobre aspectos humanitarios válidos, como es la reconocida necesidad de concebir de las parejas subfértiles. No obstante, otros aspectos a considerar son algunos costos que trae la consolidación de las técnicas de reproducción artificial casi como el único método de elección para tratar problemas de fertilidad. Me referiré a dos de ellos. 

El primero se refiere al destino de los embriones humanos. Las estadísticas oficiales del Reino Unido, recientemente liberadas por el ministro de Salud inglés, son bastante ilustrativas. De acuerdo a un informe publicado en The Telegraph el 31 de diciembre, desde 1991 se han creado más de 3,5 millones de embriones. De esta cantidad, alrededor de 1,4 millón fueron transferidos al útero, pero poco más de 15% resultó, a duras penas, en un embarazo. Vale decir, más de un millón cien mil embriones se perdieron en el proceso. 

El destino del resto de los embriones humanos generados en Reino Unido por fecundación in vitro no es auspicioso. Casi 840 mil fueron almacenados para un posible uso posterior, cerca de 2.000 para donación y alrededor de 5.900 apartados para investigación. En total, aproximadamente 1,7 millón de embriones han sido desechados. 

El segundo costo es, por supuesto, el monetario. Las estadísticas inglesas nuevamente nos ilustran al respecto. En promedio, uno de cada 50 niños ingleses nace a través de técnicas artificiales en la actualidad, a un costo promedio de 4.000 euros por cada ciclo (unos tres millones de pesos chilenos) que se duplica o triplica al considerar que, en promedio, el número de ciclos requeridos es aproximadamente tres. Saque su propia cuenta.

Estas cifras han causado gran revuelo en Londres. Por ejemplo, desde la Cámara de los Comunes, lord David Alton -quien tengo el gusto de conocer- señaló a The Telegraph que los embriones humanos se crearon y eliminaron en cantidades industriales con una indiferencia casual en el día a día y con la mayoría de los ingleses ignorando que se generan y desechan a esta escala.

Como epidemiólogo puedo decir que es encomiable contar con un sistema de vigilancia como el del Reino Unido, creado en 1991 a través de la Human Fertilisation and Embryology Authority (HFEA) para regular la industria de la fertilidad en esta nación. Sin embargo, hay otros costos asociados muy difíciles de cuantificar. Por ejemplo, en qué cantidad de embriones se realiza diagnóstico genético preimplantacional, selección eugenésica o selección de sexo es largamente desconocido. 

En el caso chileno, que carece de regulación suficiente, las preguntas a responder son aún las más básicas en términos epidemiológicos. Sería interesante que los expertos chilenos junto con la autoridad sanitaria nos iluminaran con estadísticas que reflejen la verdadera eficiencia de la reproducción artificial y el destino final de los embriones humanos en Chile. Un asunto tan delicado debería estar hace tiempo contemplado en las estadísticas vitales oficiales de nuestro país.

*Elard Koch Investigador en Ciencias Biomédicas

Fuente: diario.latercera.com

 

 

 

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