El dilema de las tasas

¿Tenemos un peso fuerte, hemos hecho muy bien las cosas, México se ve muy bien y tiene muy buena perspectiva, hay confianza e inversión, se prevé un gran crecimiento económico?…no.

El peso está razonablemente estable y por debajo de los $19; y sí, algo se ha hecho bien y es la disciplina fiscal que se instauró desde tiempos de Zedillo, misma que se ha respetado –en unos sexenios más que otros– pero se ha respetado, incluida la corta gestión de la presente administración. Lo he venido diciendo y lo repito, el peso podría estar hoy debajo de $18 si no se hubiera cancelado el NAIM, si no se hubiera puesto a Pemex al borde de la “chatarra” y si no estuviéramos con perspectiva negativa por todas las calificadoras en la deuda soberana. La simple y sencilla razón de esta fortaleza, es la tasa de interés tan alta y llamativa que existe en México; tasas arriba del 8.2% y atractivos rendimientos reales (por arriba de inflación de 4%).

El dilema es si Banco de México debe y puede empezar a bajar las tasas, los puntos más notables al respecto en contra, son:

1) Elevado costo del servicio de la deuda. – Tenemos que destinar muchos miles de millones de pesos del presupuesto para pagarle a los ahorradores estas tasas tan altas y buenas.

2) Encarecimiento del costo del dinero. – A quienes tienen y necesitan hacer uso del crédito se les ha subido el costo de los mismos, las personas y las empresas tienen que asumir y pagar más caro ante el alza; este es el mayor freno del crecimiento económico, la inhibición del crédito.

3) ​Estancamiento y falta de emprendedores.- Si la tasa libre de riesgo me paga rendimientos superiores al 8%, para qué me arriesgo a invertir en algo que me puede dejar el 10% o 15%, éste es también un enemigo del crecimiento económico y bienestar. No hago negocios, no compro tierra, no invierto en la Bolsa,  generando un círculo vicioso de parálisis que daña el crecimiento.

La pregunta ante este dilema es: ¿Estamos listos para bajar la tasa de interés y que poco a poco llegue al 6.25%?, el mayor riesgo es que al bajar los primeros 0.25 puntos se venga una desbandada de recursos o fuga de capitales y que esto mande el tipo de cambio a $20 o más, y que eventualmente eso contamine la inflación. Digamos que hoy el balance de riesgo mayor  no es la inflación, es político; y el efecto en cadena que podría traer una salida masiva de dinero, mismo que eventualmente nos rebajaría el grado de inversión.

En resumen, nos sale muy caro y no será promotor de desarrollo y crecimiento el alto costo del dinero, desde ese punto de vista nos urge empezar a bajar las tasas; también es cierto y hay que decirlo, si se baja 0.25% o 1%, tristemente al grueso de la población no le hace diferencia porque los financiamientos a los que ellos tienen acceso –créditos de nómina, créditos en tienda, abonos chiquitos o tarjetas de crédito– superan el 60% y a veces hasta 100%, por lo tanto a ese sector 1% o 3% de baja no le hace nada. Es al presupuesto, al sector productivo y al emprendimiento a quien más beneficia la disminución.

Hoy hay junta en la FED y seguro no sube ni baja tasas, pero será importante escuchar qué nos dice después de la junta; un mensaje clave que podría ayudar en un futuro a Banco de México a bajar, sería si descarta más alzas en el año, si el lenguaje utilizado hoy es duro y deja abierta la puerta a más aumentos, poco le quedará qué pensar a nuestro Banco Central.

Me decía hace poco un amigo que prefiere tasas más bajas con un tipo de cambio más alto y una inflación más pegada a 5%, que tasas altas. Tipo de cambio debajo de $19 e inflación en 4%; podríamos debatir mucho al respecto, pero la ortodoxia del Banco de México cuidará su mandato único, la inflación.

 @juansmusi

Mayo 1°, 2019

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