Se cumplen 50 años de la melodía “Revolución” de los Beatles. Era el inicio de 1968. Durante la década de los años sesenta, la entonces U.R.S.S. (Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas) otorgaba becas a muchos estudiantes de otros países para capacitarlos tanto en guerrilla urbana como en diversos modos de organizar y lanzar una revuelta armada, violenta, con todo tipo de armas y explosivos.
En muchas universidades, por ejemplo, de América Latina -y por tanto en México- numerosos profesores se habían convertido en fervientes seguidores del marxismo-leninismo y sus clases se convertían en el mejor modo de adoctrinar a los indefensos estudiantes.
Había muchos agitadores profesionales que se encargaban de planear manifestaciones, paros y huelgas. Las obras completas de Marx y Lenin; el Diario del “Che” Guevara, el Libro Rojo de Mao y otros más, prácticamente se regalaban, ofreciéndolos a los universitarios a precios simbólicos. Los pasillos, las zonas comunes, las cafeterías de esas universidades estaban plagadas de posters, periódicos murales y panfletos -pegados en las paredes- promoviendo la revolución armada y presentando propaganda de sus ídolos revolucionarios.
Si un estudiante, manifestaba su desacuerdo con el marxismo era calificado como “burgués”, “pequeño capitalista”, “enemigo de las causas justas del pueblo”… y se creaba un ambiente de animadversión hacia los disidentes. Cuando se intentaba dialogar con los estudiantes comunistas exponían posturas tan radicales y fanáticas que no había modo de intercambiar opiniones de forma serena y constructiva.
Recuerdo que había bastante confusión y desorientación entre los universitarios que recibían ese diario “bombardeo” ideológico. Algunos se hicieron marxistas por mera conveniencia para congraciarse con los profesores y compañeros.
Dentro de este contexto, el célebre grupo inglés, The Beatles, lanzó al mercado su melodía “Revolución” que era justo una respuesta a todo ese enrarecido ambiente de adoctrinamiento masivo. Decía la letra de esa canción que influyó bastante entre los jóvenes del mundo entero: “Dices que quieres una revolución. / Bien, tú sabes que todos queremos cambiar el mundo”. (…) Pero cuando hablas de destrucción, / sabes que no puedes contar conmigo. (…) Me pides un donativo, / y pretendes entregar el dinero a esa gente que propone soluciones de odio. / (…) Todo lo que te diré, es que no cuentes conmigo”.
Esa melodía proponía una postura pacifista frente a un clima generalizado que planteaba que las problemáticas sociales y económicas de la sociedad, tenían como vía única de solución: tomar las armas y lanzarse a una revolución armada en la ciudad y en el campo; en la fábrica, en los talleres, en las industrias; entre los obreros, los campesinos y estudiantes…
Al mismo tiempo, intelectuales, escritores y pensadores de esa época publicaron numerosos ensayos y libros proponiendo el diálogo, el pacífico intercambio de ideas; el construir una sociedad cada vez más justa pero mediante el camino de la paz; de buscar vías de acuerdos y la conciliación entre las partes en conflicto; de tener mente abierta y creativa para encontrar soluciones positivas y no meramente destructivas o de violento e irracional rechazo.
A fines de 1989 cayó “El Muro de Berlín” y, a continuación, sobrevino el desmantelamiento de la U.R.S.S. Era el fin de una utopía socialista, pero han persistido algunos gobiernos dictatoriales.
Con el paso de los años se ha demostrado que la vía del diálogo sereno y respetuoso es más provechoso y acorde con la dignidad de las personas, de la convivencia social y de la paz entre los pueblos porque la imposición violenta, autoritaria e intolerante de una ideología supone siempre una violación a los derechos fundamentales de todo ser humano, como son: la libertad, el respeto a las diversas opiniones de los demás, la participación ciudadana de acuerdo a las propias convicciones y, sobre todo, el salvaguardar los principios de la democracia.
Me parece que estos últimos conceptos resultan de gran actualidad y a tomar en consideración en México, que está viviendo un tiempo preparatorio a las elecciones presidenciales, porque han aparecido en el entorno social claros síntomas de ciertos grupos de poder que pretenden hacer valer su pragmatismo político por la vía del totalitarismo, de fomentar irresponsablemente la violencia y de pretender imponerse mediante el autoritarismo.
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