El paquete social 2020

Me ha costado mucho trabajo entender y captar –teniendo yo una formación profesional– que casi todo lo que pienso que debiera ser y hacer el gobierno actual y de libre mercado, en un mundo global regido por la oferta y demanda, que no sea una prioridad en la presente administración.

Quiero dejar muy claro que lo que más quisiera yo es una distribución equitativa de la riqueza, así como un país con menos pobres al igual que mejores situaciones y oportunidades para todos. Sueño con un país más desarrollado, creciendo mucho y por ende con mejores condiciones de seguridad, salud, educación e infraestructura; mi sueño no está peleado con la política social ni con favorecer a quienes menos tienen.

Mis ideas y planteamientos no benefician minorías; de hecho la estabilidad, la certeza y la confianza para invertir en México mejora las condiciones de todos los niveles socioeconómicos.

Llevo soñando que un día nuestro Presidente decida –-para bien– reanudar y concesionar el NAIM, repito, soñando.

El domingo que salió el paquete económico, en verdad seguía yo pensando que podía encontrar en él cosas valiosas, y que de manera intrínseca reconocerían que el rumbo que llevamos no es el correcto. Un paquete que además de responsable, que sí lo es, contendría medidas contra-cíclicas para sacarnos de esta zona de cero crecimiento; tristemente, no lo fue.

Mi resumen del paquete es el siguiente:

Lo bueno.- La responsabilidad fiscal y el superávit primario. En pocas palabras gastarnos los que se tiene, y en el caso del gasto de gobierno, hasta dejando un pequeño colchón. Se busca cuidar las finanzas públicas y con ello seguir proyectando confianza a los inversionistas.

Lo optimista.- La proyección de crecimiento es demasiado alta, 1.5%/2.5%; si bien nos va, estaremos por arriba de 1.5%. El número de extracción de barriles de Pemex es muy alto, parece poco realista; esto supone ingresos que creo no tendrá, además las quitas fiscales que le hace el gobierno federal ayudan pero no son suficientes, es más, cuantificando ambos conceptos apenas se alcanzaría la mitad de lo que las calificadoras consideran se necesita para sanear y mejorar sustancialmente la situación de la petrolera.

Lo malo.- Siguen presentes tres puntos que no son de alta prioridad, distraen recursos y únicamente están en la agenda de la presente administración más no en la de los intereses del país: 1.- Santa Lucía, 2.- Dos Bocas y 3.- Tren Maya. Otra cosa que no me gustó es la retención sobre las inversiones que sube del 1.04% al 1.45%, lo que significa para muchos una retención definitiva y una menor tasa de retorno.

Obviamente el contenido del paquete es altamente social y sigue promoviendo aumentos a dichos programas, en cambio por lo que respecta a los rubros importantes como inversión de gobierno, turismo, educación, trabajo y medio ambiente bajan sustancialmente.

Como dije, no estoy peleado con que la gente que menos tiene se beneficie y reciba ayudas, pero si invertimos en México proyectamos una imagen de certidumbre, confianza y seguridad, alcanzaría para que esa gente reciba más dinero por fuentes de empleo y contarían con mejor infraestructura, educación y servicios de salud.

Darle dinero a la gente de edad avanzada me parece justo y un acierto, es gente que lo necesita para comer y no tiene acceso a un empleo, o bien ya está impedido físicamente; regalar dinero a jóvenes porque no quieren trabajar, es tirar el dinero a la basura.

La política social nunca va a cambiar la realidad de un país que tiene a la mitad en condiciones de pobreza, de hecho lo va a empeorar; los países salen de la pobreza con crecimiento y desarrollo económico, que es lo mismo, y si no, pregúntenle a China.

 

@juansmusi
Septiembre 11, 2019

Deja una respuesta