Cuando el Presidente de los EEUU llegó al poder, se concentró en buscar la manera de seguir estimulando y promoviendo el crecimiento de la fuerte economía norteamericana; aprovechando su buen posicionamiento en el Congreso, promovió –a mi juicio– una irresponsable y populista reforma fiscal que le ayudó a aumentar el consumo y las utilidades de las empresas, favoreciendo que Wall Street tuviera un desempeño de sueño.
Bajar los impuestos en un país con ese déficit y nivel de deuda, es populista e irresponsable; con estas acciones el Presidente logró incluso caerle bien a quienes lo odiaban, la razón: Tenían más dinero en la bolsa, su negocio iba mejor y podían seguir gastando y endeudándose. Sin embargo los ciclos son finitos, y aunque históricamente los periodos de crecimiento en ese país duran alrededor de 7 años, éste ya entra a su undécimo año; idealmente para ganar la elección, tendría que llegar así en un año más.
La política proteccionista de Trump está fallando de manera muy importante, además de que el ciclo expansivo no es eterno, esta política está acelerando el deterioro de las variables macroeconómicas y eventualmente llegará la recesión más pronto de lo esperado. El proteccionismo es una receta del pasado, probada y fracasada. La globalización llegó para quedarse, una definición corta de ella es: Tener lo mejor del mundo al mejor precio posible.
La retórica detrás de esta necedad del Presidente americano al pelearse con China, México, Canadá, Europa, Irán, etc., es que al ponernos impuestos nos va a encarecer, sacar del mercado y esporádicamente provocará que tanto la industria como la mano de obra regrese a su país para hacer a EEUU grande otra vez (Make America Great Again).
Esto es un perfecto discurso para engañar a ignorantes que lo apoyan y que de verdad creen que esto es posible; es más, dicho discurso y este pleito con el mundo lo legitima más con su base de votantes, cualquier ciudadano educado y trabajador sabe que esto son sólo palabras y que la realidad es otra. Hoy se le han salido de las manos demasiadas cosas que creo no está calculando bien, si es que se quiere reelegir; señales inminentes de desaceleración, un juicio que seguro no va a prosperar para destituirlo pero que lo puede debilitar políticamente, un enfriamiento global y un caos geo-político por todos los rincones del mundo.
Él cree que con la FED de su lado y Powell bajando tasa de manera más agresiva, todo se arregla; está equivocado y ojalá Powell no se deje intimidar por él y por Wall Street, porque de hacerlo estaría quemando municiones para cuando realmente las necesite. Actualmente la economía norteamericana requiere otro tipo de estímulos así como de la quita de aranceles a cientos de billones de productos, hoy día su guerra comercial está dañando a China pero también está perjudicando mucho a su país.
Probablemente Trump sea un Presidente bueno para el mercado, pero quizá malo para su país; con aranceles y bajas tasas de interés se alargará la fiesta de las acciones un poco, pero la caída en la economía luce inminente.
Del otro lado, los demócratas son menos apreciados por los mercados por sus ideas socialistas y por la regulación financiera que a muchos parece excesiva, pero pareciera que a México y al mundo ya le conviene un cambio de líder en la economía más poderosa; un hombre que entienda y asuma el liderazgo internacional de un país, que en los últimos años ha renunciado a ello y sólo se ha hecho de enemigos; un hombre que a México le ha privado de mucha inversión y que le ha complicado su Tratado Comercial más importante.
Ojalá y surja un líder que le pueda ganar y con ello moderar una recesión o crisis que parece posible, crisis que él mismo está acelerando; la cual dicho sea de paso, nos costaría caro.
@juansmusi Octubre 9, 2019
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