El Renacimiento: El Quatrocento y Cinquecento en Florencia

Como ya mencioné en el capítulo anterior el trecento en Florencia marca el inicio de una nueva época, el Renacimiento con todo lo que esta palabra implica. La influencia de Giotto trasciende las fronteras de Italia. Bohemia y Francia son los países  más influenciados por este renacer  italiano; aunque este,abarcó gran parte de Europa y por supuesto la  Iglesia Latina. Con el traslado de la corte Pontificia de Aviñón a Roma,  se concentró en Italia este volver a nacer del humanismo, que se había detenido mientras los Papas estaban en esa ciudad francesa.

Escultores, pintores y arquitectos acordándose de la gloria alcanzada por Roma, tratan y desde luego logran, transformar a una rica y opulenta ciudad como Florencia en el centro de este impresionante movimiento. La lista es inmensa, no sólo en Italia, sino en casi todo el continente.

Uno de estos fenómenos es Filippo Brunelleschi; a él le fue encargado el terminar la catedral de Florencia, Santa María de la Flor, la cual está rematada por una grandiosa cúpula. Esta  maravilla arquitectónica  es de tal belleza, que los florentinos estaban asombrados. Vasari  escribió:” Parece una nueva colina, que hubiese nacido en medio de las casas.  Ellas la reconocieron  enseguida como su hermana”. Brunelleschi Logra una nueva forma de construcción que se impuso durante más de cinco siglos en Europa y América.

Además de gran arquitecto,  él es quien hace un impresionante descubrimiento en el terreno del arte. Las leyes matemáticas por las cuales los objetos disminuyen de tamaño, a medida que se alejan de nosotros. A pesar del conocimiento  que del  escorzo tenían los griegos,  ignoraron  esa fórmula.  Fue el extraordinario Brunelleschi quien descubre cómo resolver este problema.

Podríamos llenar volúmenes y volúmenes hablando de la cantidad y calidad de los pintores, escultores y arquitectos, que inundaron estos dos siglos: Masaccio, Donatello, Van Eyck, Fra Angelico, Uccello, Mantegna, Piero de la Francesca, Boticelli, Rafael, Tiziano, Durero,  Holbein, la lista es inmensa,  pero el momento tremendo en la historia del arte y que no se ha vuelto a repetir, es la aparición de dos verdaderos portentos: Leonardo da Vinci y Miguel Ángel  Buonarroti.   No hay  palabras que puedan describir el talento, la curiosidad y grandiosidad que derrocharon estos dos gigantes del renacimiento y del mundo.  Artistas de una magnitud tal, que  no se pueden comparar con ningún otro.

Pero de ellos nos ocuparemos después, pues a pesar de la mucha información que  podemos encontrar,  nos faltan  palabras para acercarnos a seres de semejante talla.

El cinquecento, es el período más glorioso del arte italiano y sin duda uno de los más, sino el más grande de toda la historia del arte.

Dice el gran historiador Gombrich: “El artista es ahora maestro por derecho propio,  ya que no podía alcanzar fama sin antes explorar los misterios de la naturaleza y sondear las secretas leyes que rigen el universo.”

 

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