El Reto de la Convivencia Familiar y la Cibernética

LOS AVANCES CIBERNÉTICOS HAN GENERADO UNA MAYOR UNIDAD FAMILIAR

Tengo  una tía que ha enviudado y en poco tiempo cumplirá  80 años. Ha formado una bonita familia,  muy unida,  con cinco hijos y muchos nietos. Originalmente vivían todos en el Distrito Federal. Pero, paulatinamente, por motivos de estudios o con la finalidad de conseguir  mejores empleos, se han ido a radicar a otros países y ciudades de la república. Por ejemplo, una sobrina estudia su carrera universitaria en Australia; otra hija vive en Santiago de Chile; otros nietos trabajan o estudian en Estados Unidos; un hijo vive en Montreal; otra nieta consiguió un buen empleo en Madrid…

A medida que sus hijos y nietos iban abandonando la capital, notamos que ella se comenzó a entristecer y se sentía sola.  Dos hijas que radican en la Ciudad de México, le he han ido ayudando, con paciencia, para que aprenda a familiarizarse con los novedosos instrumentos de comunicación. Al principio, mi tía se resistía y decía: -¡No  insistan, yo  pertenezco al siglo pasado. Es por demás, nunca entenderé  “todas esas cosas revolucionarias”!

Pero a base de persuadirla que todo eso tan “revolucionario” era relativamente fácil de usar, poco a poco, fue dando pasos. Primero, se animó a usar el celular. Luego a enviar  mensajes. Posteriormente recibió clases de cómo enviar y recibir correos electrónicos y el culmen ha sido que ya sabe usar el “Skype”. Los hijos le colocaron una pantalla grande en su casa con excelente sonido. De manera que ahora prácticamente  todos los días está en comunicación con sus hijos y nietos. Y está pendiente hasta el último detalle de cada uno,  por ejemplo: si alguien tiene un refriado le dice que se abrigue bien, que no se exponga demasiado al aire frío; que tome un té caliente y que se acueste temprano. O, en otros casos, les da sus consejos maternales o de orientación para sus nietos. Con la chispa y gracia que tienen algunos de ellos, le dicen: -¡Eres la abuelita más cibernética del mundo!  Y ella sonríe complacida.

Menciono está anécdota porque, sin duda, los avances cibernéticos han ayudado mucho a que las familias se integren más y permanezcan unidas, no obstante las distancias físicas. Y pueden, además, recibir fotografías y videos de sus seres queridos en los diversos festejos, acontecimientos familiares y escribir sus comentarios e intercambiar material fílmico. Otras veces sucede, por ejemplo, que aquel primo que se había ido a trabajar a Alemania y poco se sabía de él, a través del “Facebook”, se contacta y  reanuda de nuevo el trato cercano y cordial con la familia.

Para los que nacimos a mediados del siglo pasado, todos estos maravillosos avances tecnológicos que observamos ahora, son como un sueño que nos narraban  las novelas de ciencia ficción, aquellas inolvidables películas en “blanco y negro”, los “comics”… sobre lo que sería el “mundo del futuro” y lo veíamos en una perspectiva de “siglos de distancia” y que probablemente no nos tocaría vivir para contarlo. Ahora felizmente se ha convertido en realidad y una de las grandes beneficiadas precisamente ha sido la familia.

¿QUÉ RETO REPRESENTA PARA LOS PADRES?

He ido recientemente a comer a casas de jóvenes matrimonios amigos míos. Me llama poderosamente la atención que, tanto en la mesa como en la sala, a los chicos y chicas les es muy difícil dejar de estar  pendientes cada uno de su celular: observando los mensajes que reciben y de inmediato los responden; les mandan una foto de su equipo de futbol del salón o de la última fiesta y la reenvían sobre la marcha y en cuestión de segundos están recibiendo comentarios de sus amigos; otras chicas se ponen a chatear; no falta quien se pone a jugar con sus videojuegos…

De inmediato, los papás apenados, les piden a sus hijos que dejen sus celulares, que atiendan bien a las  visitas, que conversen y convivan… Y, en la mayoría de los casos, obedecen porque son buenos chicos. Pero media hora después, ya no se resisten más y por debajo de la mesa -con discreción y sin que nadie lo note- miran su celular, y a menudo ha ocurrido que algunos sueltan la carcajada porque al chico o a la chica les mandaron  una foto graciosa. Así que nuevamente les llaman la atención sus padres.

Sin duda, es todo un desafío el educar a los hijos a ser mesurados en el uso de estas modernas tecnologías.

¿QUÉ ORIENTACIONES DARLES A LOS HIJOS?

Quizá algunas de estas ideas prácticas les podrían servir de orientación tanto a los padres, como a los esposos e hijos:

1. Todos estos modernos aparatos, son meros instrumentos de comunicación y no fines en sí mismos. Por lo tanto, hay que moderarse en su uso. Había un joven que se quejaba de padecer insomnios. Sus padres lo llevaron al médico y finalmente dijo la verdad: como tiene muchos amigos en España, dejaba encendido su celular y, a media noche, en cuanto le llegaba un mensaje,  procedía a contestarlo. Ya se le orientó, aconsejándole que lo apagara, y que al día siguiente podría responder a dichos mensajes con calma y en el momento más oportuno.

2. La convivencia “personal” entre padres e hijos, abuelitos, tíos y primos son más importantes que el mero trato “cibernético”. Hace poco tiempo, una madre de familia le preguntaba a un hijo suyo:       -¿Ya felicitaste a tu hermano por su cumpleaños? Y le respondió, no obstante que vivían los dos en la misma habitación:    -Sí, ya le envié un “mensajito”. Y la mamá le contestó con cariño, pero con energía: -Por favor, ¡dale un abrazo, es tu hermano, y lo tienes a tu lado! Detalles como éste, pasan con frecuencia porque existe el peligro de  “deshumanizarse”;

3. Es prioritario para un estudiante o universitario poner toda su concentración para atender bien a sus clases, tomar apuntes, cumplir acabadamente con sus tareas escolares y tener un aceptable rendimiento académico, de acuerdo a sus posibilidades personales. Es decir, el alumno debe evitar estar jugando con su celular o distraerse viendo videos en las clases, cuando resulta que escuchar al profesor es fundamental para poder aclarar sus dudas y participar activamente;

4. De la misma forma, reviste de una gran importancia el que los hijos lleven una vida social normal, que salgan de la casa a reuniones sociales, a fiestas; que practiquen deportes y hagan ejercicio; que tengan muchos y selectos amigos y amigas. Los padres de familia deben de adelantarse y ayudarles a planear sus fines de semana, lo mismo que sus temporadas de vacaciones. Es fundamental que los hijos no se conviertan en unos seres huraños, sin amigos, sin novia, sin convivir con nadie, sin hacer ejercicio… porque se pasan todo el día y varias horas de la noche, encerrados en su habitación con la computadora y el celular. De tal manera que, con el  tiempo,  llegan a convertir su cuarto como en una especie de “cueva impenetrable” y se indignan si alguien se atreve a  interrumpirlos. No es saludable ni física ni psíquicamente este tipo de conductas. Pero hay que planteárselos siempre en tono positivo, como una amable sugerencia,  una iniciativa atractiva y mucha dosis de paciencia ante la fuerte presión social del ambiente.

5. Otro consejo que se da frecuentemente a los padres de familia es que aprendan a usar el “Twitter”, el “Facebook” y otras redes sociales para convivir más con sus hijos y familiares y estar pendientes de quiénes son sus “amistades cibernéticas”, qué clase de fotos o videos les mandan, qué conversaciones tienen al chatear… No se trata de que los papás se conviertan en una especie de “policías o detectives” antipáticos, prontos al regaño o a la llamada de atención porque eso no es pedagógico y, muchas veces, resulta contraproducente. Hay que dejarles muy en claro, desde el principio, que es otro modo de ayudarles ante las constantes amenazas de los seductores profesionales, estafadores, secuestradores, etc. De esta manera, se les puede orientar y avisarles con tiempo, por ejemplo: -Ten cuidado con esta persona que te está invitando a un antro a solas, el sábado por la noche, porque puede abusar de ti; -Ese supuesto amigo que te está pidiendo que le deposites dinero a su cuenta bancaria porque dice que lo necesita urgentemente para unas medicinas que requiere su mamá, es probable que te pretenda estafar; -Ese otro que te está invitando a un bar del Centro Histórico, me parece riesgoso que aceptes su propuesta; -Ese galán que inesperadamente dice que está perdidamente enamorado de ti, simplemente con ver tus fotografías y elogia desmedidamente tu belleza, se podría tratar de un seductor profesional, etc. Desde luego, esto no lo digo  por  meras ocurrencias mías, sino porque he escuchado amargos relatos y tristes experiencias de numerosos padres de familia a este respecto. Por ello, es importante –como se dice coloquialmente- “experimentar en cabeza ajena”.

6. El mismo caso lo podríamos aplicar con los matrimonios jóvenes, especialmente cuando los dos trabajan. ¿En qué sentido? En que los dos deben de tener  un trato cercano, cordial y cuidar los detalles de cariño como cuando eran novios. En cierta ocasión, un profesionista se quejaba de que su esposa se llevaba abundante trabajo para realizarlo en su casa. De manera, que cuando él llegaba con ganas de platicar y manifestarle su afecto, ella se  encontraba absorbida por la intensa labor y lacónicamente lo saludaba con el típico: -¡Hola!, sin dejar de ver la pantalla de su computadora. Entonces, él se preparaba solo su cena  y así se iba a la cama un día y otro. Por las mañanas, se levantaba temprano con la ilusión de saludarla y conversar con ella, aunque fuera un rato. Pero su esposa se había levantado más temprano y ya estaba de nuevo trabajando intensamente y  muchas veces ni siquiera le daba los “buenos días”. Así que un día, este joven esposo entró en crisis y pensó para sus adentros: -Este matrimonio no funciona; no puede seguir así. Lo mejor será separarnos. Y así se lo comunicó a ella, por supuesto, a través de un mensaje a su celular. Por fortuna, ella reaccionó de inmediato, le pidió disculpas. Luchó por cambiar radicalmente de actitud y, con gran humildad, le animó a que no dejara de decirle cualquier detalle anormal que observara en su comportamiento. Reconoció que tenía “adicción por el trabajo” y  pidió a su marido que le ayudara a vencer esa tendencia desordenada. Finalmente, ese matrimonio pudo salir adelante, porque al poco tiempo se plantearon tener familia y tuvieron tres hijos saludables y hermosos. Ella estaba feliz y realizada en su papel de madre. No dejó su trabajo profesional sino que continuó laborando desde su casa con su computadora y el teléfono, con un horario más flexible que le habían concedido en su empresa.

En resumen, ante los maravillosos avances de la cibernética, todos hemos de estar atentos para evitar la “deshumanización” en el trato y la convivencia. De este modo, se evitará caer en la esclavitud o adicción hacia las modernas tecnologías y estará, más bien, al servicio de la unidad y acercamiento entre todos los miembros  de la familia (Fuente: www.yoinfluyo.com).

BIBLIOGRAFÍA:

-Yarce, Jorge, “Televisión y familia”, Editorial Minos, México, 1995. 249 págs.

-Manglano, José Pedro, “Construir el amor”, Ediciones Martínez Roca, Barcelona, 2001, 172 págs.

-Castillo, Gerardo, “Los Adolescentes y sus problemas”, Editorial Minos, México, 1987, 230 págs.

-Alcázar, José Antonio y Corominas, Fernando, “Los hábitos de la gente virtuosa”, Editorial Minos, México, 2001. 242 págs.

-Martí García, Miguel-Ángel, “La Madurez”, Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid, 2006. 122 págs.

Ver, además, la voz: “Educación en las Redes Sociales” en los portales:

-www.aceprensa.com;

-www.conoze.com.

 

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