Está embarazada, no enferma

“El parto nunca cambia. Como un proceso corporal humano, la reproducción no ha cambiado mucho a través de los milenios de la de existencia humana.” Cita un documento titulado “La Experiencia de la Maternidad en la Vida de la Mujer” elaborado por Penny Simkin, escrito que nos recuerda que el embarazo es algo natural y de alguna manera, aunque no lo expresa el documento como tal, esencial para la continuidad del género humano.

“A través de la historia, cada grupo sociocultural ha dado gran importancia al nacimiento como un acontecimiento principal en la vida, un rito de transición reforzado según reglas específicas, rituales, y tabúes diseñados para salvaguardar la seguridad de madre y feto.” Dice Simkin con respecto a la normalidad que también implica el embarazo en sí. Algo que podría sonar absurdo, pero sin embargo es preciso aclarar ya que pareciera que en la actualidad un embarazo es equiparado con una enfermedad.

A decir, me explico desde dos perspectivas. La primera sería lo irrisorio que hoy por hoy pareciera cuando una mujer llega al hospital para dar a luz a su hijo, de inmediato se le interviene de rutina como si se tratara de una enferma. Se le turba y de forma casi inmediata se le priva de poder escuchar la ¨sabiduría¨ de su cuerpo. Al controlar su desarrollo natural, se le impide al cuerpo en trabajo de parto, pueda hacer su función de forma óptima, lo que de alguna manera puede incidir en que la probabilidad de una cesárea sea más alta.

El dolor, que es necesario para que las mujeres no tengamos hijos en los supermercados, o en cualquier lugar sin previa advertencia, actualmente es manipulado porque así como el embarazo es tratado como una ¨enfermedad, el dolor es considerado ¨dañino¨, cuando es necesario durante el trabajo de parto y en otras circunstancias en las que sin dolor la vida no sabría igual. El dolor nos da humildad, nos recuerda el valor de la vida y nos hace apreciar lo que logramos una vez que se controla. El parto es una experiencia emocional y sin embargo los profesionales obstetras en repetidas ocasiones, siendo que estudiaron para prevenir enfermedades y reaccionar ante complicaciones, olvidan que el embarazo es natural y es más sencillo de lo que parece.

La segunda perspectiva, se relaciona con las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Así como lo leen, a parte de que comúnmente la embarazada es intervenida, como ya lo mencioné, como si estuviera enferma, el embarazo es equiparado con las ETS. Recuerden anuncios que promuevan condones como muy seguros, si tienen buena memoria, sabrán que cuando anuncian el látex dicen que es (en el caso de México) 99% seguro para prevenir embarazos y ETS. Es decir, que suponen que el plastiquito es tan poderoso que protege tanto de un espermatozoide como del virus de inmunodeficiencia humana, que cabe destacar es 500 veces más pequeño que un esperma. A parte suponen, ya que dicho porcentaje lo presentan de forma general, que el uso es típico (consistente y constante) y que es usado de forma vaginal. En este sentido, reflexionando sobre el embarazo, nos podemos percatar que lamentablemente, independientemente como lo veamos, el maravilloso e inexplicable don de la vida es actualmente considerado una enfermedad; ya que lo comparan o con una infección o con una incapacidad que debe de ser tratada de rutina al ingresar al hospital.

Yo recomiendo reconsiderar lo anterior y dejar de satanizar una nueva vida, porque aunque suene obvio, pero es preciso recalcar, sin mujeres embarazadas el mundo se va a acabar.

Nos leemos la semana que entra para no quedarnos atrás y ver hacia delante.

 

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