En el DF, más de 6 mil abortos se han practicado a niñas y adolescentes

México D.F., Abril, 2014. Colaboradores IFO.- Lo que vive una mujer después de abortar (en la circunstancia que sea) suele tener repercusiones distintas en cada persona. Sin embargo, existen coincidencias significativas en el sentir de las mujeres que han experimentado esta situación ¿qué hay más allá del aborto? ¿Por qué se habla poco al respecto?

De acuerdo con investigaciones médicas internacionales, después de un aborto la mujer puede presentar dificultad para sobrellevar los sentimientos generados a partir del evento: “existe una tendencia a la continua negación, hasta el punto en que las emociones no resueltas y no enfrentadas en forma sana pueden manifestarse en depresión, angustia, aislamiento, trastornos de la alimentación, del sueño, disfunciones sexuales, autoestima baja, entre otros”, señala la Mtra. Maricarmen Alva, presidenta de IRMA AC, institución que brinda apoyo y acompañamiento psicológico a personas que han experimentado pérdidas gestacionales de manera espontánea o provocada.

De acuerdo con la especialista, después de la despenalización, se disparó el número de mujeres que llegaron a su institución pidiendo ayuda: “empezamos a recibir personas que, incluso, habían abortado un día antes de llegar con nosotros (@IRMAac). Nos sorprendimos más cuando llegaban jovencitas de 15 años acompañadas por la mamá que las llevó a abortar, pero que ahora quería que se le atendiera emocionalmente”.

Datos referidos por la Secretaría de Salud señalan que en los últimos siete años, en el DF se han practicado más de 6000 abortos a niñas y adolescentes de entre 11 y 17 años. A decir de la Mtra. Alva, también comenzaron a atender casos de mujeres adultas de entre 38 y 46 años.

Datos proporcionados por la institución (en relación con la población que atienden) indican que:

  • 17% de las mujeres se habían practicado 2 o más abortos
  • 46% de las mujeres que abortaron refirieron que su familia no lo sabía
  • 80.3% abortó por alguno (s) de los siguientes motivos: presión de la pareja o de la familia; estudios o trabajo; miedo

Las secuelas emocionales derivadas de un aborto son poco conocidas, comenta la Mtra. Alva “a la gente le cuesta trabajo entender cómo alguien puede sentirse mal de no tener a un bebé que ni siquiera conoció (aunque haya sido por elección). Generalmente dudan que su sentir sea genuino o suponen que se les pasará en cuanto tengan otro embarazo. Es muy importante que la mujer reflexione sobre lo que le sucede y se atienda de manera oportuna, que sane sus heridas en la medida de lo posible, que pueda recuperar y continuar con su vida sanamente, esa es la misión de IRMA: ayudar a que no se pierda más… de lo que ya se ha perdido”.

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