Esperada degradación

A nadie sorprende que Standard and Poors nos haya bajado la calificación de la deuda soberana y de Pemex. De hecho, la estábamos esperando y solo se aceleró por cuasas como el COVID 19 y seguramente la cancelación de la planta cerevecera en Mexicali a través de consulta popular, que ayudó a tomar la decisión. Es irrebatible, objetiva y pragmática la degradación y las razones expuestas por la firma.

Cabe mencionar que era la única calificadora que no lo había hecho y también fueron muy claros hace tiempo en decir que cuando esto se hiciera, para bien o para mal sería para gobierno federal y Pemex. Es lógico y estoy totalmente de acuerdo en ese criterio, ya que hoy para salvar a Pemex lo que se usa son recursos federales e incluso fondos de emergencia del país.

Que ironía, toda la vida fue al revés, Pemex salvando al estado y a la deficiente (a la fecha) estructura fiscal. Era Pemex quien le daba solvencia a México y gracias a ella sobrevivimos décadas. Pero para no hablar de lo que pienso quiero irme a lo objetivo y a lo que dice el comunicado:

El gobierno ha mandado señales erróneas, no abona a la confianza y las decisiones y consultas han dañado la reputación y la certidumbre sobre la inversión en el país. Todos los países tendrán tiempos complicados con el COVID, pero será más duro para los países emergentes que para los países desarrollados. Lo que se espera en los siguientes 12 a 24 meses es un debilitamiento de las finanzas públicas.

Para el país y para Pemex, a pesar de que hay coberturas petroleras, estas no son ilimitadas y no son a los precios actuales. La mezcla mexicana esta semana llegó a $10 dólares por barril, situación que complica las finanzs públicas. Y lo más destacado del comunicado de Pemex fue que se encuentra en una situación complicada en un sector muy dañado, quizá hoy sea el más perjudicado.

Es una empresa que está recibiendo de manera recurrente apoyos del gobierno federal (de ahí que S&P diga que lo que haga para gobierno lo hará para Pemex y viceversa). En el caso de Pemex los bajísimos precios de la mezcla lo que hacen es que comprometen su flujo de caja, complican la ejecución de su plan de negocios y por ende complica el financiamiento de la paraestatal, ahora tendrá que financiarse a tasas más altas por tener un mayor perfil de riesgo.

En este difícil entorno resulta complicado pronosticar de cuanto será el decrecimiento de México. Hoy las estimaciones responsables y de análisis competente van desde -2% hasta -7% para el PIB del 2020. También cuando me preguntan por el tipo de cambio veo muy complicado hacer pronósticos y sobretodo en el corto plazo. Hoy el peso es la moneda más perdedora en el año.

Todas han perdido frente al dólar, pero nadie como el peso. Se le junta todo lo global y que tiene que ver con las consecuencias del coronavirus y con lo local. ¿Qué pienso que debe hacer hoy alguien con dólares? Quedárselos, con este nivel de incertidumbre y perspectiva negativa del país podría volver a ver $25. ¿Qué debe hacer alguien con pesos? Permancer líquido, invertir en cetes y con liquidez, esperar a que todo el coctel negativo de noticias baje y con ello en algunos meses se pueda ver algo de apreciación.

Por debajo de $21, si es que lo vemos en algun lapso de tiempo yo volvería a comprar y si es a $22 no sería descabellado comprar acciones que están por los suelos para recuperar algo de lo caro del efecto cambiario. Comprar a $22 para meterlos al “colchón”, tampoco me encanta.

 ​​​​​​​​@juansmusi

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