*Juan Alberto Echeverry
Esposo quiero que seas sensato
En cuanto a ustedes, los esposos, sean comprensivos con sus esposas. Denles el honor que les corresponde, teniendo en cuenta que ellas son más delicadas y están llamadas a compartir con ustedes la vida que Dios les dará como herencia. Háganlo así para no poner estorbo a sus propias oraciones.
Sé que es difícil controlar y gobernar las pasiones, los malos hábitos y sobre todo, la mala formación que hemos arrastrado a nuestro propio hogar; pero es bien importante y necesario para el mundo entero, ser muy sensatos y sabios para elevar nuestro hogar al estatus divino.
Los frutos de este estatus, no se hacen esperar en cada uno de nosotros, en nuestros hijos y en las siguientes generaciones, con abundantes bendiciones afectivas, sociales, económicas y de salud. Faltar al respeto a tu esposa, es faltarte al respeto a ti mismo.
Ser infiel a tu esposa, es ser infiel a ti mismo y a tus hijos. Ser tacaño con tu esposa, es ser tacaño contigo mismo. Ser agresivo con tu esposa e hijos, es ser agresivo contigo mismo, pues tú y ella junto con tus hijos, son una sola carne, dignos de todo respeto y amor de Dios.
Con tu voluntad, la gracia de Dios y con la fuerza del Espíritu Santo, puedes comenzar a educar y controlar tu propia naturaleza; y para ello, es importante que hagas esfuerzos superiores. Así, además de conquistar la paz en tu hogar, tendrás vía libre para tus oraciones.
Ahora la pregunta es: ¿Esposa eres en realidad, delicada, tierna, apacible y dócil, a la cabeza del hogar que es tu esposo? Si no es así, tú también puedes comenzar a ocupar el lugar que Dios ha querido darte, para que seas exaltada y cuidada por tu esposo.
Los dos pueden y tienen la obligación, de ayudarse a entrar a la eternidad con la verdadera altura de hijos de Dios. ¡No pisoteen mutuamente la dignidad de hijos de Dios!
*Facilitador católico Director de la FUNDACION CATÓLICA IMMAH
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