Anhelamos: justicia y paz

Justicia y paz es lo que hace falta en este mundo maravilloso que ha cumplido 2012 años desde el nacimiento de Jesucristo el Salvador de la Humanidad. El hijo de Dios, a quien envió para redimirnos y abrirnos las puertas del cielo.

Justicia y paz que vino a enseñarnos, que nos mostró con su peregrinar que había que vivir al servicio de los demás. En un mundo tan material que pareciera que estos dos valores se han esfumado, todo lo que se pueda adquirir a costa de lo que sea es lo que vale la pena, aunque pisoteemos seres humanos hambrientos, mujeres desamparadas, hombres arruinados por la corrupción, niños abandonados que no inspiran compasión porque a todos ha cegado el materialismo y ha hecho que olvidemos lo que por justicia corresponde a cada uno de los habitantes de este planeta.

¿Quién fue la persona del año para la revista TIME? Fue la protesta, no fue ni un hombre ni una mujer, ni siquiera un selecto grupo bien definido al que se reconozca su labor conjunta. La persona más representativa para una de las revistas más famosas del mundo, no tuvo identidad conocida ni rostro que la distinguiera. Puede tener cualquier origen, mexicano, tunecino, chino, coreano, estadounidense o alemán. Es el manifestante que a lo largo del año ha tomado las calles pacíficamente para gritar indignación contra la clase dirigente que no predica justicia y menos procura la paz.

Es evidente que aquello que el hijo de Dios predicaba con sus doce discípulos y que supieron continuar con su labor, con su palabra, hoy día muchos no han sabido aquilatar. Han olvidado que la corporeidad se destruye y la espiritualidad trasciende. Han dado un mayor peso al poder, al dinero, al éxito mal entendido que en esta era es representado por bienes materiales que por haber dejado legados trascendentales.

Hay millones de personas sufriendo cada día tratando de conseguir dinero y otros bienes materiales para poder “valer” como personas. El problema es que no se conforman con poco ni con mucho, siempre quieren más y más a cualquier costo, caiga quien caiga y esto es lo que ha provocado el descontento de miles de hombres y mujeres alrededor del mundo. Esto ha provocado que la paz sea la ausente y que la injusticia esté muy presente.

Por ello, consciente de lo anterior S.S. Benedicto XVI ha enviado un comunicado que va dirigido a los jóvenes principalmente con motivo de la XLV JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ y nos pide educar en la justicia: “En nuestro mundo, en el que el valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos, más allá de las declaraciones de intenciones, está seriamente amenazada por la extendida tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de utilidad, del beneficio y del tener, es importante no separar el concepto de justicia de sus raíces transcendentes. La justicia, en efecto, no es una simple convención humana, ya que lo que es justo no está determinado originariamente por la ley positiva, sino por la identidad profunda del ser humano.

Y educar en la paz: “La paz no es sólo ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La paz no puede alcanzarse en la tierra sin la salvaguardia de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad. La paz es fruto de la justicia y efecto de la caridad.Todo lo anterior y más que pueden a detalle encontrar en el mensaje ( http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/peace/documents/hf_ben-xvi_mes_20111208_xlv-world-day-peace_sp.html ) el Papa nos lo hace llegar con el fin de que como católicos que somos lo meditemos. Recomiendo que lo lean porque también viene dirigido a los padres de familia y educadores, es un mensaje que estoy segura si analizamos y reflexionamos, pero sobre todo ejecutamos, vamos a lograr una verdadera paz y justicia en este mundo para que ya no haya protestas de inconformidad, sino manifestaciones de alegría por la tan anhelada concordia entre la humanidad.

Nos leemos pronto para no quedarnos atrás y ver hacia delante.

 

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