Ganadora de nueve medallas en campeonatos asiáticos, la surcoreana Kim Suhyeon luchó hasta el final en la competencia de halterofilia en la categoría de los 76 kg en los presentes Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (2021). Competía particularmente contra la mexicana Aremi Fuentes por la obtención del bronce pero al fallar sus últimos levantamientos quedó fuera del podio olímpico. Su impotencia, llanto y desesperación fueron espontáneos y comprensibles al no lograr su cometido. Imposible no sentir empatía viendo su esfuerzo.
Días más tarde el neozelandés Gavin Hubbard con la ayuda de la ideología de género en contubernio con el Comité Olímpico Internacional que modificó en 2015 el reglamento para que hombres que afirman ser mujeres participaran en competencias del sexo femenino, compitió en Tokyo, en halterofilia categoría de +87 kg bajo el nombre de Laurel Hubbard; falló sus tres intentos en la final. Quien sea observador se dará cuenta de que no fue más que un burdo espectáculo, algo actuado particularmente en su reacción a las fallas.
Se aseguraron de que un hombre que se cree mujer, es decir atleta “transgénero” que ingresó a una competencia de mujeres fuera la nota del día y de los Juegos Olímpicos: luchando pero mostrándose «débil y simpático». Porque un hombre participando en una competencia de mujeres, entregado con toda su fuerza física y mental hasta el final como lo hizo la surcoreana Kim Suhyeon y aún así perdiendo, habría significado el ridículo y el fracaso de este experimento social. De igual manera habría sido fracaso si Gavin Hubbard hubiese ganado, porque la mentira –más que evidente- no habría sido soportada por la gran mayoría, dándole portazo sin posibilidad de repetirlo.
Gavin Hubbard un hombre que no destacó jamás compitiendo con otros varones y que en lugar de esforzarse o intentar en otras disciplinas, ser incapaz de ordenar su vida, prefirió decir que era mujer, tomar un tratamiento hormonal, apuntalar una mentira y beneficiarse del cambio en el reglamento del COI que admite hombres que se creen mujeres, (“transgénero”) para competir al lado de mujeres en las justas deportivas más importantes del mundo. Irónicamente alguna vez dijo que necesitaba encontrar un deporte que le hiciera “sentirse más hombre” y lo encontró, pero compitiendo con mujeres.
Para la reingeniería social que lleva a cabo el nuevo orden mundial, era mejor entregar un caudillo, alguien por quien sentir “empatía” pues el verdadero triunfo radicó en meter a un hombre en competencias de mujeres y destrozar reglamentos, crear un nuevo paradigma para la generación presente y futura. Ahora millones hablan sobre este hombre que se hizo pasar por mujer, que le quito su pase a la olimpiada a una mujer real y termino burlándose del público con su actuación mediocre… y al final el público aplaudió. ¿Y cuántos analistas deportivos y medios de comunicación hablando de Laurel Hubbard, como si en verdad fuera mujer?
Si se siente inclinado a aplaudir a Gavin Hubbard por su cobardía de competir con mujeres, si piensa para sus adentros “pobrecillo, no le hace daño a nadie”, le invito a que vea a mujeres reales ganando y perdiendo; vea la categoría de 76 kg donde Neisi Patricia Dajomes (ECU), Katherine Elizabeth Nye (USA) y Aremi Fuentes (MEX) fueron las ganadoras repitiendo el podio de los Juegos Panamericanos de Lima 2019 con la variante de que la mexicana Aremi ganó esta vez el bronce. Una categoría en la que Kim Suhyeon compitió limpiamente desde las eliminatorias, ganando su pase a las olimpiadas.
Kim Suhyeon podrá decir a sus hijos que no solo compitió contra el poderío panamericano y que además se trataba de las mejores de su tiempo, sino que se entregó hasta el final, que perdió, lloró, grito y agradeció, podrá decir que compitió limpiamente. Y es importante que nosotros tampoco lo olvidemos y sepamos identificar una victoria y una derrota reales como las que nos otorgaron estas maravillosas mujeres. Que sepamos diferenciarlas de las victorias y derrotas falsas como la que montó Gavin Hubbard. ¿Cuántas veces podrán ver las futuras generaciones una competencia limpia y la entrega total de un atleta, aún en la derrota?
¿Comprende ahora? La ideología de género no solo esta apostando por la reingeniería social sino también por la corrupción de la inteligencia y el discernimiento ante verdades irrefutables: que un hombre que se cree mujer NO es mujer, que un hombre en competencia de mujeres sigue siendo un hombre, que reducir el nivel de testosterona como hizo Gavin no cambia las diferencias biológicas entre hombres y mujeres y por tanto el hombre continúa teniendo una superioridad física en comparación con la mujer.
Con la “derrota” de Gavin Hubbard en halterofilia ganó el nuevo orden mundial y los ideólogos de género; pero con la derrota de la nueve veces medallista en campeonatos asiáticos Kim Suhyeon gana la verdad, gana el deporte y ganamos todos. Nunca sacrifique su inteligencia y repita mentiras, siga llamando a las cosas por su nombre, siga llamando hombre a un hombre, mujer a una mujer, so pena de hallarse entre la muchedumbre estulta que en la fábula del rey desnudo, aclamaban su “traje nuevo”…
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.