La apatía

Cómo y cuánto escucho lo hartos que estamos de la corrupción, la impunidad, la situación actual y cualquier cantidad de quejas. Es cierto que hoy con las redes sociales es más fácil quejarse y llegar a instancias que antes eran imposibles; viralizar, crear una tendencia, compartir un post y darle me gusta o cualquier otro “emoji”, ayuda a que esa publicación, tweet, o chat se propague y tenga mayores alcances. Y todo eso está muy bien, qué bueno que cada quien en ese mundo digital se manifieste y aporte su granito; el tema es que eso es el principio, y luego a dichos temas hay que darles seguimiento, ya no en el mundo virtual sino en el mundo real. Si muchos de nosotros ya estamos activos en el mundo virtual, ahora lo importante es activarnos más en el real; es la unión de estos dos mundos, el digital y el real, que nos llevan a completar tareas y lograr que se consumen hechos.

Desde mi trinchera –la financiera y económica– hago lo que se puede en ambos mundos, pero tristemente es poco lo que puedo hacer para que no se acabe el TLCAN; lo que sí puedo es voltearme y exigir que mi país y mi empresa estrechen lazos y relaciones con otras naciones, y buscar diversificar mercados. Tampoco puedo hacer “nada” porque no gane ya saben quién, pero sí puedo votar y prever estar aquí el 1° de julio, antes de salir de vacaciones de verano.

No puedo hacer nada contra la locura de Trump pero sí puedo hacer cosas por promover, invertir, comprar, viajar y gastar en México; ¿o ya se nos olvidó todo lo que nos prometimos, cuando ganó Trump? ¿O cuando el sismo nos sacudió? En esas situaciones logramos ver cómo unidos logramos tanto, lo malo es que tampoco nos duró mucho este sentimiento y actuar!

Por ejemplo, hoy soy testigo de cómo en mi colonia, en una zona donde la densidad de población marcaba cinco niveles máximo, quieren construir una torre de 34 pisos; no sé quién va a ganar, si la colusión asquerosa de la autoridad y la IP o los vecinos unidos, pero lo que sí veo es más involucramiento y participación, menos apatía.

No podemos hacer mucho por evitar que el TLCAN se acabe o que gane ya sabes quién, pero sí podemos hacer más porque cada día tengamos más mercados, fortalecer y gastar más en nuestro país, denunciar con nombre y apellido la corrupción aunque sea de nuestro círculo social. El momento de actuar, destapar y dejar de permitir lo que sea porque hay dinero de por medio se tiene que acabar; y cuando se conoce, denunciar y actuar. A la larga eso nos hará tener un peso y una economía más fuerte; pero sobre todo un país con estado de derecho, y no éste que se encuentra secuestrado por gobernantes y gobernados, condenado a vivir en la mediocridad.

 

@juansmusi

Enero 17, 2018

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