¿Haces uso de la tecnología, o la tecnología te usa a ti?

 

En una era como en la que vivimos, en la que nos enteramos antes que las mismas agencias de noticias, de las noticias del momento, en donde toda la información circula tan rápido, podemos dar cuenta de que no todo es hojuelas sobre miel.

Los Premios Nobel ya no nos sorprenden en las primeras planas de los periódicos de más circulación del país, porque ya lo leímos horas antes en las redes sociales. De hecho las portadas de los diarios parecieran ser archivos de biblioteca, a pesar de que la fecha sea actual.

 

Leemos todo antes gracias al Internet y a su vez los mortales que usamos estos medios de información, somos las fuentes de la noticia que horas después usarán los grandes periódicos nacionales e internacionales como fidedignas para dar la información del día.

 

Siendo así, el mundo avanza a velocidades inimaginable, lo que podría hacernos pensar que como humanidad también somos más rápidos en todo, es decir, logramos nuestros objetivos antes de lo acostumbrado, terminamos antes nuestros trabajos, estudios, etcétera, no obstante no es cierto, tanta rapidez e inmediatez ha logrado que las personas nos volvamos más lentas para aprender, pero más rápidas par plagiar.

 

Dado que todo está en Internet en cuestión de segundos, en cantidades inimaginables, los seres humanos se han hecho comodinos y poco creativos, se ha fundado una especie de personas que están a la expectativa de lo que los demás puedan subir a la red mundial digital para así apropiarse como suyos documentos, pensamientos, tareas y ensayos que más que ayudarlos a saber más, los refrendan en la mediocridad de un mundo que a pesar de su avance exorbitante tecnológico, se vuelve cada vez más lento en cuanto a la innovación se refiere.

 

Leer un libro ya no es necesario, porque existen infinidad de resúmenes en la red, saber sobre un tema científico ya no es preciso correr a una biblioteca y sacar la información de las mejores enciclopedias médicas, porque están N cantidad de páginas elaboradas por seres comunes y corrientes que ofrecen lo buscado, aunque no sea la verdad real.

 

Es una pena que tanta maravilla, que es esta tecnología, esté siendo utilizada por alumnos adolescentes y universitarios, así como empleados y “creativos” para cumplir con la ley del mínimo esfuerzo y no innovar. Es lamentable que este gran invento en muchas ocasiones, en lugar de ser usado por nosotros, nos use a nosotros, porque esto será la perdición de la propia humanidad.

Maestros, padres de familia, adultos, personas sensatas y honestas, prudentes y leales de cualquier edad, no permitamos que esto suceda, no nos quedemos en la zona cómoda recibiendo trabajos sin indagar que cuando parecen demasiado buenos para ser reales, es muy posible que  están siendo plagiados. No seamos cómplices de un hurto, hay que incomodarnos e investigar, usemos a Google para evidenciar la flojera y la haraganería, y claro está para innovar.

 

Nos leemos la semana que entra para no quedarnos atrás y ver hacia delate.

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