Matrimonio y familia; naturaleza evidente.

La mujer y el hombre son seres sexuados creados diferentes en cuanto a la sexualidad se refiere, e iguales en esencia. Tienen la misma dignidad y son complementarios. Son seres humanos que tienen dos instintos iguales a los animales; el instinto de supervivencia y el instinto de perpetuación de la especie.

No obstante cuentan con dos atributos únicos y exclusivos de su propia especie, que son la inteligencia y la voluntad. Facultades que en la medida en que mejor puedan estos seres sexuados, (dignos, complementarios e iguales en esencia) controlar, gobernar y dominar, podrán administrar la libertad con la que cuentan.

De manera natural, desde el principio de su existencia hace miles de años, siempre buscaron convivir con sus semejantes, y encontrar una pareja con quien perpetuar a la especie, sin embargo, no lo hacían simplemente con el afán de continuar su propio género humano, sino también con la idea de permanecer juntos hasta su ocaso brindándose amor, compañía y satisfacer su necesidad de tener un complemento que les llenara su soledad. Porque por naturaleza el ser humano es un ser social que requiere convivir con sus semejantes, y continuar su propia especie. Los tiempos transcurrieron y se fue percatando que no quería compartir a su compañero/compañera y que quería permanecer para siempre a su lado.

Cuidar y criar a sus hijos, y guiarlos por un camino adecuado para que una vez que ya no estuvieran vivos, éstos a su vez pudieran continuar con su existencia y así sucesivamente. De ahí que el ser humano, al observar que de manera natural buscaba en el sexo opuesto formar una comunidad con su descendencia, nombraron a este fenómeno “familia” y a la unión de un varón y una mujer “matrimonio”. Todo lo anterior se ha venido dando con el paso de los años, y con la inteligencia que el género humano tiene como atributo, ha podido entender cuál es su propia naturaleza. A su vez ha aprendido que puede dominar sus instintos, ejemplo de ello ha sido demostrado cuando quiere, puede con voluntad revertir su instinto de supervivencia, logrando hacer huelga de hambre para querer manifestar algún descontento social como en la actualidad suele suceder a menudo en cuestiones políticas, entre otras cosas.

Cabe mencionar que lo antes dicho, es un pequeño análisis para explicar cómo es que el matrimonio y la familia comenzaron. No empezaron a partir de una decisión de un grupo de personas que determinaron crear nuevas instituciones porque no tenían nada que hacer, sino más bien, surgieron a partir de que el mismo ser humano se dio cuenta de su propia naturaleza y por eso fue que con su inteligencia dio nombre a estos dos sucesos naturales, que daban estabilidad y armonía a su entorno social.

Conciente de lo anterior, el mismo ser humano ha protegido a su matrimonio y a su familia a costa de lo que sea. No permitiendo que nadie los dañe y que nadie los invada. Ha promovido el amor y el respeto dentro de los mismos. Sin embargo, a pesar de todo lo dicho, estarán diciendo que no todo es miel sobre hojuelas, que no todo es como lo pintan. Y tienen razón. Como ya lo mencioné, la inteligencia y la voluntad son dos facultades exclusivas de los seres humanos que tenemos por naturaleza, y que las tenemos para poder administrar nuestra libertad. Esa libertad que si es manejada con prudencia, virtud cardinal que nos hará virtuosos mientras más la trabajemos, lograremos en realidad ser libres.

Si permitimos que nuestros instintos nos dominen, y evadan nuestras facultades humanas, es cuando menos libres seremos. Hoy en día pareciera que hay que hacer precisamente lo contrario, pareciera que mientras más liberales radicales seamos más felices seremos, lo que por el contrario nos hará más bien prisioneros.

Lo que ha dado lugar en la época moderna al libertinaje. Creyendo que lo que se nos vaya antojando, si lo hacemos nuestro es porque así es lo correcto y hacemos caso omiso a nuestra inteligencia y voluntad que están siendo enjuiciadas por nuestra conciencia. Al respecto, es importante mencionar que no hay religión, ni institución humana que haya creado a nuestra conciencia, sino que ha sido integrada en nuestro dinamismo humano de forma natural.

Porque no somos simplemente cuerpo, sino que también somos espíritu, y dentro de éste se encuentran nuestros atributos ya mencionados exhaustivamente, y ese juez (conciencia) llamado coloquialmente Pepe Grillo, nos llevará a hacer juicios ante los hechos basados en la verdad y no basados en las ideas de quienes tienen deformada la conciencia por la vida que los ha tergiversado. Saber distinguir entre lo real y lo verdadero, está basado en lo naturalmente evidente.

El matrimonio y la familia son instituciones creadas por los hombres, fundamentándose en la naturaleza de nuestro propio género, no han sido creadas a la inversa como muchos tienen equivocadamente pensado. En unas semanas una vez más la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinará, a partir del derecho positivo, si esta institución natural va a ser modificada permitiendo que personas del mismo sexo puedan formar una unión evidentemente contra natura, o declaran la inconstitucionalidad de la ley que ya es vigente en el Distrito Federal.

Confío en el Ministro Sergio A. Valls Hernández quien es el ponente ante el actor demandante, quien es la Procuraduría General de la República, y escuche su propia conciencia, que estoy segura está rectamente formada, y no permita que esta norma corrompa dicha institución, promoviendo que se adopten niños arriesgándolos a que su desarrollo psíquico y físico estén en peligro al crecer en hogares antinaturales que mermen su desarrollo social.

Nos leemos pronto para no quedarnos atrás y ver hacia delante.

 

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