MGTOW: La autodestrucción de los hombres

“La mera tensión de la vida moderna es insoportable; y en ella, incluso las cosas que los hombres más desean, pueden romperse: el matrimonio, la propiedad justa, la adoración, y el valor misterioso que tiene el hombre.» Gilberth Keith Chesterton

El término me ha llamado la atención, MGTOW (Mens Going Their Own Way /Hombres que siguen su propio camino) es un movimiento que está creciendo, sus adeptos dicen que son hombres que han decidido alejarse de las mujeres de manera total, dedicándose a sí mismos, que no las odian ni están a favor de ningún tipo de violencia. Plantean no formar vida de pareja, ni relacionarse con mujeres, tampoco las admiten en los grupos formados en las redes de internet es decir, deciden separarse totalmente. No confían en una mujer. Manifiestan buscar una manera de vivir libremente, vivir en paz y superarse en varios aspectos, cultural, social y particularmente el económico; buscan proteger su bienestar por encima de cualquier interés romántico o sexual que – según afirman- será posible una vez que se alejen de las mujeres, las cuales al ser hipergámicas dilapidan los recursos con la manipulación y ayuda del Estado.

Pero ¿de dónde viene esto? Si volteamos a ver la infinidad de casos en los que el varón es engañado, no solo en términos de fidelidad conyugal, sino también parental y económicamente, tal vez hallemos una causa. Se puede encontrar a varones que han sido traicionados por sus esposas, que han perdido todos sus bienes en un divorcio, que les han arrebatado a los hijos en un pleito de custodia, que fueron engañados respecto a la paternidad de los hijos. Hombres que consideran injusto el que la mujer seleccione al hombre en función de su apariencia física y recursos económicos, o bien consideran el solo rechazo como un indicio de mujer interesada y por tanto, abusiva. Hombres que han tenido experiencias sentimentales traumáticas con mujeres, que se han visto en desventaja en cualquier conflicto con ellas, resultando perdedores.

No pocos tendrán razón en estar molestos, hartos de ser el blanco de ataques, tenidos como bancos. Sin embargo aunque los MGTOW dicen buscar la plena libertad, su movimiento es una respuesta al feminismo, el cual logró su cometido: los hombres dicen no al no a las responsabilidades (solo para “sí mismos”), dicen no al matrimonio, no a la familia, no a los hijos. Pero basta decir que los MGTOW no son hombres libres sino emasculados, hombres que en el afán de protegerse, se autoexcluyen de relacionarse con mujeres. Al romperse las relaciones hombre – mujer se manifiestan varias situaciones de suyo graves para la sociedad en su conjunto: hombres que ya no forman familias, hombres que comenzarán a adherirse a la práctica homosexual, inclinados a la vanagloria, que rechazan su papel de proveedores y protectores, que consideran la sustitución futura de las mujeres; nihilistas e inseguros.

El daño colateral que la ideología de género ha producido con la lucha de los sexos es realmente nauseabundo, de proporciones que aún no logramos ver totalmente. Los hombres adheridos a este movimiento dicen no ser misóginos pero consideran la naturaleza femenina insoportable y culpan al sexo femenino de sus desgracias. Ambos son solo las fichas que la ideología de género usa en contra de la institución del matrimonio y la familia, por tanto ambos movimientos son funestos a la sociedad y al Estado. El resentimiento y la impotencia largamente acumulados lleva a las personas a luchar contra sí mismos. MGTOW es el feminismo de los hombres que rechazan todo sacrificio, que culpan al sexo puesto de sus desgracias; este movimiento no los lleva a un estado de paz sino de soledad; no los hace libres sino esclavos, no defiende al hombre, anula al hombre.

El varón debe mantener distancia de los movimientos que se alimentan del resentimiento y anhelo falaz de conseguir “libertad y justicia” a toda costa. MGTOW es la antípoda de la verdadera masculinidad que implica sacrificio, protección del otro, sensibilidad, disciplina, capacidad para relacionarse, afrontar responsabilidades, saber cuándo pelear y cuándo reconciliar, consciente de su entorno y su deber en el mundo. No está de más recordar que jamás hallara a hombres inteligentes en las filas de los movimientos parásitos de nuestra decadente y moderna sociedad; por tanto, estimado varón trabaje cada día para hallar su lugar en el mundo, le necesitamos para restaurar el orden, máxime cuando la batalla por la vida, el matrimonio y la familia, parece casi perdida…

Deja una respuesta