Mujeres de regreso al hogar

mujeres-inteligentesSi las mujeres a partir de la segunda guerra mundial se dieron cuenta de que podían ser productivas y participar en el mercado laboral, ¿por qué es que hoy en día después de tantos adelantos alcanzados, se dice que la mujer debe de regresar al hogar? Es un tema controversial, sobre todo con respecto a aquellas mujeres que se dicen feministas y que de plano han querido cambiar a través de movimientos sociales, el concepto real de lo que es una mujer. Puesto que éstas lo que quieren hacer creer es que la mujer se esclaviza al ser madre y esposa, entre otras cosas mucho más graves, que han ocasionado que la mayoría de las mujeres, sabiéndose inteligentes y preparadas, se enrollen en este movimiento y olviden su verdadero papel en la vida.

Desde mediados del siglo pasado, el índice de divorcios a nivel mundial ha ido en aumento. Se podría decir, que a los albores de este nuevo milenio, más de la mitad de la población está divorciada. Lo cual es una situación que debe de alarmar a la sociedad en general. No es posible que la familia, cuyo pilar es el matrimonio, esté siendo destruida y a su vez destruya a personas indefensas como lo son los hijos.

Es un tema delicado, pero es digno de analizarse, porque a raíz de este fenómeno de separaciones matrimoniales al por mayor, se derivan muchos otros factores que están haciendo que nuestra sociedad haya perdido los valores, los principios y la formación de personas que a su vez, dirigirán sociedades, educarán a sus hijos y se llevarán entre las patas a todos aquellos que estén bajo sus cuidados.

Entonces, ¿será que todo se comenzó a caer como fichas de dominó a partir de esa inserción en la vida pública de la mujer? Porque no hay que negar que se alcanzaron grandes logros cuando la mujer comenzó a votar, cuando empezó a trabajar, sin embargo, los hijos se fueron delegando a los cuidados de otras personas que no fueron sus progenitoras y que no tienen el mismo interés natural de educarlos como lo haría la propia madre.

A su vez, el matrimonio, la unión entre el esposo y la esposa se fue debilitando porque ya no era importante mantener el interés en esa relación, ya que la mujer se siente ya autosuficiente y no considera que necesite del hombre para vivir.

El marido a su vez, se siente sublevado por esa mujer poderosa, importante, e imponente que tiene al mundo a sus pies. Lo que hace que ella esté mucho tiempo fuera de su casa, expuesta a cortejos extramaritales y como el esposo se siente menos (por naturaleza el hombre se tiene que sentir admirado) pierde seguridad en sí mismo, lo que lo hace menos atractivo a la esposa. Provocando así que ella le sea infiel con alguien que la admira y que se sabe importante, y él a su vez busque en otra mujer la admiración perdida en su hogar. Todo comenzó porque querían tener más comodidades, más cosas materiales, pero olvidaron que lo primero es su matrimonio.

Esa relación que mutuamente decidieron formar para procrear hijos, fruto de ese amor que los llevó a casarse. Hijos que padecen enormemente el descuido de sus padres, sobre todo de su madre. Maternaje indispensable para el desarrollo psicosocial y emocional del ser humano. El que una persona encargada del cuidado de los niños lo haga, no sustituye en forma óptima el papel tan increíble e irrefutable de la madre.

Es bueno que a la mujer se le considere para la toma de decisiones en las sociedades, gobiernos, empresas, etcétera, sin embargo es de mayor importancia que se tome en cuenta el substancial e indispensable papel que la mujer representa en la sociedad como procreadora y cuidadora de las nuevas generaciones. Si se le toma como un mero contrato social, que se da por hecho, el que la mujer será madre y es como “no hacer nada”, y se le discrimina porque se dedica a su hogar, pues así con mayor razón, seguiremos buscando en la calle la autorrealización que nos permita sentirnos útiles.

Mientras la mujer no revierta esa mala fama que se ha creado al discriminarse ella misma cuando se dedica al hogar, no habrá vuelta atrás. La mujer en la familia es la pieza clave para la estabilidad de dicha institución. Lo que es un hecho es que la sociedad actual está muy mal, está invadida por miles de temas como el de la cultura de la muerte, el del homosexualismo, el del feminismo, entre otros que lo que hacen es inmiscuirse cada vez más en la vida de las familias rompiéndolas y acabando con ese pilar esencial para la sociedad.

Hay que prepararnos, no lo niego, hay que trabajar para el bienestar de la comunidad, sin embargo, hay que tener como prioridad a nuestro marido y a nuestros hijos.

Hacer valorar esa labor tan única e imprescindible, que es el ser mamá y la formadora de las futuras generaciones es el tema que debería de estar en boca de todos, y así promover que no está mal que la mujer regrese al hogar.

 

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