Lo que más esperaba el mercado –y cuando digo mercado es la comunidad nacional e internacional de inversionistas que con su dinero mueven y financian a esta y otras empresas así como países– era un anuncio convincente, creíble y contundente sobre cómo sacar de la delicada situación a PEMEX.
He de reconocer que el avance o nota positiva, es que el gobierno reaccionó y escuchó, dejando de minimizar o atacar a las calificadoras e instituciones nacionales e internacionales y presentó un plan, procesando y atendiendo a una llamada de atención que nos pone al borde de la categoría “Chatarra”; el problema es que la respuesta y los planteamientos no dejaron tranquilo a nadie.
PEMEX debe mucho dinero y presenta una situación de flujo negativo, es decir lo que ingresa menos lo que gasta y lo que le “quita” (carga fiscal) el gobierno federal, lo pone en números rojos. Lo preocupante hacia adelante y lo que las calificadoras señalan es la perspectiva de esta situación de pérdida y alto nivel de endeudamiento con planes a futuro, que no corrigen dicha situación de raíz y que no constituyen una garantía sólida para que los inversionistas la sigan financiando; capitalizarla, monetizar el pasivo laboral, no endeudarla más, anunciar una mayor recaudación (¿cómo recaudas más si el país crece menos?) y con la disminución del robo de combustible, no se puede garantizar la viabilidad de la empresa. Para poner en perspectiva, estas medidas suman $5,200 millones de dólares y PEMEX debe más de $100 mil millones de dólares (obviamente es deuda diferida a largo plazo y no con vencimiento inmediato), pero además muchas de estas medidas le quitan carga a la petrolera cambiándola de bolsillo, de tal manera que se la pasan al gobierno federal con el riesgo de deteriorar la perspectiva de la deuda soberana y calificación del país.
¿Qué elementos busca el mercado para creer en la empresa y su rescate?, ahí van algunas ideas: 1.- Extraer y explotar más petróleo, inversión en explotación en aguas someras y sacar más barriles diarios. 2.- Un equipo de gente competente y conocedora del tema energético tanto en la Secretaría como en la empresa. 3.- Cancelar y posponer las refinerías –cuestan mucho y dejan poco–, además de que hay una capacidad ociosa muy importante en Texas, que podemos aprovechar. 4.- Hacer más eficiente su estructura, cancelar aviadores y gasto excesivo en el Sindicato. 5.- Reactivar la Reforma Energética ya que es de ella de quien puede venir la inversión y el flujo que Pemex necesita para salir de su situación de quiebra. 6.- Revisión de contratos con la IP, seguro algo encuentran.
Será muy interesante ver cómo Fitch y las demás calificadoras (S&P y Moody´s) se pronuncian, pero de antemano sabemos que con lo anunciado hay mucho en riesgo. La buena parte de esta historia es que el gobierno sí escuchó, y seguramente se replanteará muchas cosas si no quiere que esto contamine al país; es claro que el “downgrade” incorpora a la frágil situación de una empresa que lleva enferma muchos años, y que la medicina que se le está suministrando no ataca el virus; la mejor medicina es aquella que le permita incrementar su producción, y con ello todo mejora: ventas, flujo, capacidad de pago y calidad crediticia.
Por favor, escuchen al mercado y a la comunidad de negocios que sabe que el activo más importante de una empresa es su producto y su gente, eso es lo que queremos ver y escuchar.
@juansmusi
Febrero 20, 2019
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