El anuncio de la Secretaría de Educación Pública que hizo la semana pasada, era ya esperado, sin embargo, nos cayó igualmente como balde de agua fría. No habrá clases presenciales en este nuevo año escolar. Las familias se sacudieron una vez más, pues hay varias aristas que se verán aún más afectadas con esta instrucción. Los padres de familia que sí irán a trabajar físicamente a sus empleos deberán de dejar a sus hijos en casa estudiando a través de un monitor.
Cabe señalar, que aunado al anuncio de la SEP también se celebró con bombo y platillo el hecho que las televisoras que tienen concesiones serán el medio para que se transmitan los cursos el periodo que está por comenzar a finales de agosto.
Es decir, no solamente los padres de familia dejarán a sus hijos solos en casa, sino que los encargarán con la televisión. Principalmente los estudiantes de las escuelas públicas, pues llevarán los cursos que marca la SEP. Sin embargo, me pregunto, si tengo tres hijos en distintos niveles escolares, y una sola televisión ¿a qué hora transmitirán las materias del hijo A, del hijo B y del C? Y ¿Cuántas horas por año escolar? Pues si recordamos nuestra vieja normalidad, nuestros hijos van al colegio en promedio siete a ocho horas.
Otro gran problema que generó el anuncio de la dependencia gubernamental es el ahogamiento total de la industria escolar. Al cierre de 2019-2020 operaban 46 mil 642 escuelas particulares (SEP) pero para este año ante la reducción en la inscripción de nuevos alumnos y la elevada deserción de otros, se estima que sólo sigan operando 27 mil 985 unidades, siendo principalmente preescolar y primaria los niveles. Cabe mencionar que entonces estamos hablando del 40% de las escuelas privadas podrían cerrar en México.
Papelerías, librerías y establecimientos afines al sector se están viendo afectados por las medidas tomadas por parte del Gobierno Federal con relación al COVID – 19. Han anunciado los distintos sectores que ante la falta de liquidez para sostenerse y por falta de apoyos y financiamiento accesible, tendrán que cerrar.
Es una realidad que México tiene un sistema educativo muy deficiente, principalmente el público y ahora con la situación que vengo relatando, se estima un rezago aun mayor en la educación de los niños y jóvenes. Las familias que no pueden seguir pagando escuela privada, los matricularán en el nuevo modelo de enseñanza por TV, en donde inmiscuirán sin chistar toda la ideología que pretende sexualizar a la juventud.
Por eso la pandemia les “cayó como anillo al dedo”, ideologizar a la sociedad nunca ha sido tan sencillo, tronando al sector educativo y volviendo cautivos a todos sus disidentes. Atraparlos en la cultura de la muerte haciendo creer lo que invariablemente en las conferencias de Gatell han repetido; “[…] es fundamental garantizar derechos de la mujer y de la persona recién nacida, atención centrada en la persona, acceso al aborto seguro como servicio esencial […]”. Lo que demuestra y prueba que han relativizado a su conveniencia lo que es y lo que no es esencial.
El aborto por sentido común y por conocimiento basado en evidencia, no es esencial, en cambio la educación, el apoyo económico a los negocios escolares, el financiamiento a las familias que se han quedado desempleadas, el acompañamiento de éstas ante casos de emergencia como puede ser violencia, estrés, y otros problemas causados por el virus que tiene al mundo de cabeza, eso es esencial.
No me cabe más que seguir incentivando a las familias a que apaguen la televisión, se adhieran a los programas de escuela en casa que ya tienen una figura legal en nuestro país, que hagan el gran sacrificio de organizarse con sus vecinos y que volvamos a ser la familia tradicional que trabajaba, estudiaba y convivía en el hogar. Si reflexionamos, tal vez es a nosotros que esta pandemia nos cayó como anillo al dedo, ya que, si la aprovechamos, podemos dejar de ser parte del sistema totalitario que se mete como humedad en nuestras familias.
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