Se veía venir este complicado momento para México y muchos hasta hace poco nos dimos ya por enterados que la agenda no va a cambiar. Hoy nuestro país tiene un déficit fiscal por cerca de 500 mil millones de pesos que difícilmente se puede cubrir si no es con más recaudación o con más deuda.
Los 500 mil millones en teoría saldrían de combatir a la corrupción, recuerdo muy bien que eso se decía en campaña y en los debates. Además, se combatiría el huachicol y se tendrían ingresos extraordinarios por ese concepto también.
Pues resulta que la recaudación no ha aumentado desde que esta administración pública federal comenzó porque la estructura fiscal es la misma y el crecimiento económico en 2019 fue -0.10% y menos lo será en 2020 que puede llegar a ser de -10%.
Los ingresos petroleros no van a crecer sustancialmente por dos factores, el primero y más importante no depende de nosotros y es el precio bajo del energético por un periodo largo, ya que el crecimiento global y la demanda no estarán ahí.
El segundo dependería de mayores ingresos por mayor extracción y esa tampoco esta ahí porque se interrumpió la reforma energética y PEMEX sola no tiene dinero para sacar de aguas profundas y mucho menos para hacer nuevas exploraciones.
También podría haber más ingresos si hubiera evidencia de que la ordeña clandestina bajó, pero tampoco hay nada claro y contundente y no hemos visto más que lo mismo de siempre, siguen detectando tomas a lo largo y ancho de la república y no caen las grandes organizaciones delictivas que tienen esta práctica.
Lo bueno y plausible y que esta administración ha continuado, hasta hoy, la disciplina fiscal instaurada por Zedillo, y eso, ha hecho que las finanzas públicas sean relativamente sanas. Esta disciplina y orden se pueden llevar a cabo más fácil si la estructura fiscal es adecuada y si el crecimiento económico esta presente.
Pues hoy, ni una, ni otra. La estructura fiscal es de las más deficientes del mundo y con 2 agravantes. Una, son pocos los contribuyentes y pagamos mucho y dos la economía informal es mayor a la formal, o sea, hay más dinero, productos, bienes y servicios que no pagan impuestos. La solución ya la sabemos, pero es una que se opone por completo a las ideologías socialistas y populistas. Gravar el consumo.
Esta, es la única forma de que muchos paguemos poco y que los informales, también paguen.
Nunca más oportuno para hacerlo que ahora porque este gobierno tiene la fuerza, el presidente es el mejor comunicador que haya ocupado la silla presidencial, lo cual haría más fácil comunicar esta dura pero indispensable medida y obviamente por la abrumadora mayoría que existe en el congreso.
Esto, hoy parece ser un sueño de opio, pero de verdad no queda otra más que endeudarse y con ello asumir las consecuencias del deterioro de la estructura de la deuda vs el PIB y obviamente la pérdida del grado de inversión, que esa, de todas formas, llegará.
Viene una campaña muy fuerte para asustar al contribuyente que se conoce como terrorismo fiscal, pero también es muy probable y ya está en la agenda de la legislatura nuevos impuestos a los que ya pagamos. Impuestos a la herencia y mayores gravámenes a los que mas perciben y tienen, son muy factibles.
El impuesto a la herencia no es una ocurrencia de MORENA, es algo que los países miembros de la OCDE, han incorporado y México parece ser el único que no. Algo seguro es que se recortará dinero del presupuesto de todos lados, menos de los programas sociales, malas noticias para el crecimiento económico que está urgido de inversión.
@juansmusi.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.