Después de la gloria alcanzada por los maestros del manierismo renacentista, surgieron artistas que no aceptaban esa forma de pintar exagerada y poco real. Personajes y desnudos en posturas impensables, siempre buscando o eso era lo que les parecía, una belleza sumamente artificial. Pero ese artificio era toda una concepción de la vida y del arte y fue sumamente importante en su momento. Algunos se rebelan contra esto. Querían representar al ser humano de una forma mucho más natural, más real, sin importar si era o no bella. Tenían que mostrar su forma de ver la realidad, cruda, fuerte y a veces hasta desagradable; la vida era así y no había razón alguna para no enfrentarla y plasmarla como la veían y sentían.
En estos momentos aparece un extraordinario y tremendo artista, cuyo carácter y excentricidad, no le acarrearon buenos resultados socialmente hablando, pues sus pinturas son de una crudeza y realismo verdaderamente chocante y hasta ofensivo en el momento en que fueron hechas. Este gran innovador fue Michelangelo Merisi da Caravaggio. Se considera que inicia una nueva época en la pintura, el Barroco.
Este nuevo estilo aparece en Roma a principios del siglo XVII y de ahí, se extiende al resto del continente. La palabra barroco tenía un sentido peyorativo, (aunque esto todavía no está plenamente aceptado) ya que este movimiento se asociaba, con engaño, artificio, etc., Barroco es una palabra portuguesa que quiere decir “perla deforme”, o sea empieza este período con una palabra despectiva.
Si nos parásemos a hacer un recorrido sobre los pintores extraordinarios que empezaron y siguieron esta nueva forma de mirar y expresarse, escribiríamos cientos de páginas, por eso sólo elijo a unos cuantos, los que considero, son los más representativos de esta época.
Caravaggio hombre difícil de carácter duro, fácilmente irascible como diríamos ahora, le encantaba pelear y llevar la contraria, pero dentro de esta polémica figura, había un auténtico compromiso de alcanzar lo que para él representaba la verdad. Un hombre que quiere romper con la pintura convencional y al que no le asusta la fealdad, no solo no le asustaba sino que consideraba despreciable no mostrar la realidad, tal y como la veía. El manierismo así como los anteriores movimientos, él los veía como una flaqueza; no había un compromiso real entre el pintor y su idea. Él se rebela contra esto, había que atreverse, mostrar las cosas como eran, sin idealizarlas como, con honestidad y valor.
Muchos de sus detractores dicen que lo que se propuso fue horrorizar al público y así ganar notoriedad. No se podía ser tan desafiante e irrespetuoso. Los biógrafos y escritores que lo estudiaron, lo consideran ahora demasiado serio y realmente comprometido, no quería simplemente causar sensación. Su trabajo impecable y crudo ha perdurado a través de los siglos, sin perder nada de su atrevimiento y fuerza original. Uno de los cuadros más fuertes de este maestro fue sin duda “La incredulidad de Santo Tomás”.
Es fácil imaginar que un cuadro semejante chocara a la gente devota, como irreverente y casi ultrajante. Estaban acostumbrados a ver a los apóstoles como figuras respetables envueltas en hermosos ropajes, y ahora se hallaban ante lo que parecían vulgares jornaleros, con rostros atezados y arrugadas frentes. Pero Caravaggio contestaría que eran viejos jornaleros. Y en cuanto al indecoroso ademán del dubitativo Tomás, la Biblia es bien explícita El Cristo (Juan 20,27) E.H.Gombrich La historia del arte.
Todo lo que sabemos de él, es que debió ser lector y profundo conocedor de la biblia. Quiso y pudo pintar a sus personajes, mucho más cercanos a los seres humanos. Cuando hemos tenido la suerte de contemplar alguna de sus obras, nos sobrecoge el realismo y fuerza que emanan.
Caravaggio pasó de moda en el siglo XIX y fue a partir del siglo XX que fue redescubierto y tomado en cuenta como uno de los más grandes pintores de todos los tiempos. No nos olvidemos que trabajaba en Roma y esa ciudad era el centro artístico del mundo.
Este hombre de espíritu rebelde y polémico se levanta con una estatura impensable en esos momentos, y sin que él se lo haya propuesto, será él, el que empieza este extraordinario movimiento. Estas corrientes tan opuestas son las que le dan a Italia ese renombre del que gozó durante siglos, el de ser la cuna del arte del mundo occidental. Si todo el siglo XVII se impresionó con las obras de los primeros, no hay más remedio que reconocer que los más grandes pintores de la época a excepción de Poussin y Vermeer salieron de una u otra forma del ejemplo de Caravaggio: Velázquez y Zurbarán en España; Rubens y Rembrandt en el norte de Europa. Caravaggio es la purga del manierismo. Damián Bayón. Historia del Arte. Salvat Ediciones.
Una vez más los invito a que investiguen sobre este controvertido pintor y ser humano, que da un vuelco radical no sólo al arte, si no a la forma de ver e interpretar la vida. El último gran pintor auténticamente religioso del arte italiano. Historia del Arte. Salvat Ediciones.
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