Resulta que este 2010 es el cincuenta aniversario de algo tan pequeño, pero a su vez, tan poderoso y controversial que es la píldora anticonceptiva. Hace cincuenta años, descubierta por error, la pastilla más famosa del mundo hoy en día, era aprobada por la Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés). 100 millones de mujeres en promedio comienzan su día ingiriéndola diariamente.
Una pastilla que originalmente fue creada por un especialista en infertilidad de la Universidad de Harvard, llamado John Rock, quien buscaba ayudar a las mujeres que no podían concebir a que lograran un embarazo, utilizando progesterona para inhibir la ovulación por un periodo de cuatro meses, y después retirarla de la mujer tratada buscando obtener un efecto de rebote, logrando así que la paciente quedara embarazada.Resultados que sí obtuvo con éxito.
Utilizando hormonas para prevenir un embarazo, irónicamente ayudaban, posteriormente que se lograra uno. Esto le dio una gran idea a aquellas mujeres de principios del siglo veinte, que culpaban a los hombres por dejar embarazadas a sus esposas en innumerables ocasiones.
Tal es el caso de Margaret Sanger, hija de un matrimonio católico del Estado de Nueva York que procreó dieciocho hijos. Esta mujer recriminó a su padre por haber causado la muerte de su madre a los 50 años de edad al haberla preñado tantas veces.
Y es aquí donde esta mujer comenzó una lucha incansable por lograr que las mujeres pudieran evadir a toda costa un embarazo, sin la ayuda de sus maridos y en ocasiones sin que ellos mismos lo supieran. Sanger junto con una feminista adinerada y bióloga del Massachusetts Institute of Technology, llamada Katherine Dexter McCormick, fundaron la Planned Parenthood Federation of America.
Una clínica que hoy en día sigue existiendo y que tiene una fuerza a nivel mundial impresionante promoviendo el control de la natalidad de una forma desvirtuada, desinformando a las mujeres, haciéndolas creer que la píldora, entre otros métodos, son la respuesta a su libertad. (Ver video link http://www.youtube.com/watch?v=L-ycxQ_HUhs)
En la actualidad, derivado de todo lo anterior, es bien sabido que sino es que en todos los consultorios ginecológicos, en la mayoría de ellos, cuando una mujer llega a su consulta de rutina, una de las primeras preguntas que se le hacen en la entrevista es “¿qué método anticonceptivo toma usted para prevenir un embarazo?”, pregunta que me hace pensar en lo torcido que está el ser humano ante la idea de fertilidad, es decir, resulta que la píldora anticonceptiva es el primer medicamento de la historia que fue creado para prescribírselo a personas que no están enfermas.
En pocas palabras, y hablando las cosas como son, la fertilidad está considerada una “enfermedad”. Ser fértil, incomoda. Los niños estorban. La naturaleza indiscutible de la creación de la vida, contraría.
Peor aún, nos han hecho pensar a las mujeres que controlando nuestra fertilidad con un medicamente, vamos a ser libres. ¿Libres? O víctimas de un negocio millonario que comienza su segunda mitad de siglo.
A saber; las farmacéuticas se benefician con millones de dólares, la industria del aborto también, las clínicas de fertilización asistida, también. Es decir, es un negocio redondo. Además de que, si no estás informada estás abortando, así es, la píldora anticonceptiva, no solamente actúa como anticonceptivo, es microabortiva (Physicians Desk Reference 1996).
Cambiando el revestimiento del útero de la mujer, lo cual impide el desarrollo normal de lo que nutre la vida del recién concebido en el útero de la madre. De manera más específica, mencionaré paso a paso lo que sucede después de haber tenido coito y que se haya fecundado el óvulo con el esperma, es decir, se haya creado un ser humano. La fertilización empieza en alguna de las trompas, y el cigoto comienza su recorrido para intentar implantarse en el útero, pero no puede puesto que no hay endometrio para dicha implantación, ya que los productos químicos han impedido que se formen los nutrientes necesarios para que la vida se dé y es cuando el bebé es expulsado por un sangrado vaginal; es abortado. Aquí seguramente surgirán los dimes y diretes, de que si hay vida o no en el momento de la concepción, de que si es humano o no, etcétera. Yo sólo sé que óvulo fecundado, individuo, persona, humano, creado.
En fin, y así sucede con el dispositivo intrauterino, con las inyecciones Depo-Provera, el Norplant y demás métodos que nos han vendido desde hace cincuenta años a las mujeres como si estuviéramos enfermas, para controlar embarazos, que visiblemente se pueden regular de manera natural y efectiva.
Pero claro, vivimos una época en que es mejor lo fácil que lo complicado, preferimos lo relativamente ético a lo que es ético. Cada quién tiene su propia manera de pensar y es ahí donde olvidamos que en realidad la libertad se la estamos dando a los hombres al convertirnos en objetos sexuales que no sirven para más que para tener sexo, y olvidamos la importancia de la comunicación marital.
Asimismo, olvidamos la importancia de nuestro cuerpo, de nuestra salud, porque al consumir estos medicamentes dañamos poco a poco nuestro sistema reproductor, que cuando llega el momento de querer embarazarnos, ¡Oh sorpresa! Ya no podemos porque fuimos deteriorando nuestro útero con tanto fármaco que el bebé no se puede implantar. Entonces, recurrimos a la ayuda de nuestro ginecólogo para que nos recete más medicamentos ahora para poder concebir, medicamentos que tienen otras repercusiones que en esta ocasión no nos ocupan, pero que es de suma importancia informarse de qué tratan para saber decidir sabiamente.
A cincuenta años de la creación de este medicamento para personas sanas, me pregunto ¿En realidad nos ha beneficiado como sociedad la píldora anticonceptiva? ¿Es verdad que la mujer ahora es dueña de su tiempo, de su fertilidad? ¿A caso los matrimonios se han visto beneficiados con este anticonceptivo? Preguntas infinitas que se mencionan a menudo en todos los ámbitos sociales. Preguntas válidas que nos hacen pensar si en realidad es una buena opción ingerirla, promoverla y aplaudirla.
A partir de la irrupción de este medicamento, se pronosticaba un aumento en la infidelidad dentro de los matrimonios, asimismo, se auguraba que la tasa abortiva sería mayor. De igual forma se proyectó que el anticonceptivo promovería un libertinaje desmedido y que las adolescentes comenzarían a edades muy tempranas su actividad sexual. Hecho que también ha permitido que haya más embarazos no deseados, por más contradictorio que esto pueda sonar, puesto que las adolescentes al no tener ese sentido de la responsabilidad todavía bien desarrollado, olvidan tomar con regularidad la pastilla de la infertilidad, provocando que ésta falle.
La píldora anticonceptiva cumple cincuenta años en el mercado, y cada vez hay más modernas, más cómodas, más evolucionadas y fáciles de tomar. Aquello que los “conservadores” o los que se oponen a la pastilla premeditaron, pareciera ser que tenían una bola de cristal que les decía lo que sucedería. Hoy damos cuenta que tenían razón y que muy posiblemente la situación empeore mientras las mujeres no se percaten de que son ellas las valiosas en cuanto a la procreación y son ellas las que pueden tener el control sobre su fertilidad de una manera mucho menos dañina que la píldora anticonceptiva.
La contracepción liberó al hombre de su responsabilidad en una relación y le abrió el camino a continuar con la promiscuidad sin tener que preocuparse por dejar embarazadas a sus aventuras. Estos cincuenta años de avances tecnológicos, estoy segura, no solamente han servido como innovación, sino que también han servido para que la persona avance humanamente, para que se valore con su dignidad, percatándose de cuán valioso es el matrimonio, la fecundidad y sobre todo la fidelidad.
Recordemos que la píldora sirve para evitar un embarazo, pero cuando queramos embarazarnos, ¿Estamos seguras que podremos? ¿Estamos completamente certeras que no estamos dañando nuestro sistema reproductor mientras queramos postergar nuestra fertilidad? ¿Estamos seguras de que no se concibió una nueva vida que estamos abortando?
Finalmente yo me pregunto ¿Estamos cocientes de que si nos conocemos podemos aplazar nuestra fecundidad de una forma sana y natural? Investigar e informarnos es lo que debemos de hacer antes de continuar con todo lo que los demás dicen y hacen.
(http://www.persona.com.mx/ método de planificación familiar natural)
Nos leemos pronto para no quedarnos atrás y ver hacia delante.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.