Fuente: Instituto Nacional del Cáncer
http://www.cancer.gov
En octubre, que como es bien sabido, se dedica en gran medida a la prevención del cáncer de mama, es preciso tomar en cuenta que muy posiblemente se pueda reducir esta incidencia cuando logramos un cambio de conducta.
Dos tipos de anticonceptivos orales (píldoras para el control de la natalidad) están disponibles actualmente en Estados Unidos. El tipo de anticonceptivos orales que se receta con más frecuencia contiene versiones sintéticas de las hormonas femeninas naturales estrógeno y progesterona. Este tipo de píldora se llama con frecuencia “anticonceptivo oral combinado”. El segundo tipo se llama minipíldora. Contiene únicamente progestina, la cual es la versión sintética de progesterona que se usa en los anticonceptivos orales.
Se ha descubierto que el estrógeno y la progesterona que ocurren en forma natural influyen en la formación y en el crecimiento de algunos cánceres. Puesto que las píldoras para el control de la natalidad contienen hormonas femeninas, los investigadores han estado interesados en determinar si existe alguna conexión entre estos anticonceptivos que se usan mucho y el riesgo de cáncer.
Los resultados de estudios demográficos para examinar las relaciones entre el uso de los anticonceptivos orales y el riesgo de cáncer no han estado siempre de acuerdo. En general, sin embargo, los riesgos de cáncer de endometrio y de cáncer de ovarios parece que se reducen con el uso de los anticonceptivos orales, mientras que los riesgos de cáncer de seno, de cérvix y de hígado parece que aumentan (1). Un resumen de los resultados de las investigaciones sobre cada tipo de cáncer se presenta más abajo.
El riesgo que tiene una mujer de padecer cáncer de seno depende de varios factores, algunos de los cuales están relacionados con sus hormonas naturales. Los factores de antecedentes hormonales y reproductivos que aumentan el riesgo de cáncer de seno son los que permiten que el tejido de los senos esté expuesto a altas concentraciones de hormonas por periodos más largos de tiempo, como son los siguientes:
Un análisis de 1996 de datos epidemiológicos de más de 50 estudios en el mundo llevado a cabo por el Grupo Colaborativo sobre Factores Hormonales en el Cáncer de Seno encontró que las mujeres que usaban o habían usado recientemente píldoras para el control de la natalidad tuvieron un riesgo ligeramente más alto de padecer cáncer de seno que las mujeres que nunca habían usado la píldora (2). El riesgo fue más alto entre las mujeres que empezaron a usar anticonceptivos orales cuando eran adolescentes. Sin embargo, 10 años o más después de haber dejado de tomar la píldora, su riesgo de padecer cáncer de seno regresó al mismo grado, como si jamás hubiesen usado las píldoras para el control de la natalidad; esto a pesar de sus antecedentes familiares de cáncer de seno, de sus antecedentes de reproducción, del área geográfica de residencia, de la etnia, de diferencias en el diseño del estudio, de la dosis y tipo de hormona que usaron o de la duración del uso. Además, los cánceres de seno diagnosticados en mujeres que habían dejado de usar los anticonceptivos orales por 10 años o más eran menos avanzados que los cánceres de seno diagnosticados en mujeres que jamás habían usado los anticonceptivos orales.
Un análisis reciente de datos del Estudio de Salud de Enfermeras, el cual ha estado siguiendo a más de 116 000 enfermeras que tenían de 24 a 43 años cuando se inscribieron en el estudio en 1989 (3), encontró que las participantes que usaron anticonceptivos orales tenían un ligero aumento de riesgo de cáncer de seno. Sin embargo, casi todo el aumento de riesgo se veía entre las mujeres que tomaron un tipo específico de anticonceptivo oral, una píldora «trifásica», en la que la dosis de hormonas se cambia en tres etapas durante el curso del ciclo mensual de la mujer. Ya que no se esperaba una relación con la formulación trifásica, será necesario investigar más para confirmar los resultados del Estudio de Salud de Enfermeras.
Se ha encontrado firmemente que el uso de anticonceptivos orales está asociado con un menor riesgo de cáncer de ovarios. En un análisis de 1992 de 20 estudios, los investigadores descubrieron que en cuanto más tiempo usaba una mujer los anticonceptivos orales tanto más disminuía su riesgo de cáncer de ovarios. El riesgo disminuía de 10 a 12% después de 1 año de uso y aproximadamente 50% después de 5 años de uso (4).
Los investigadores han estudiado cómo la cantidad o el tipo de hormonas en los anticonceptivos orales afecta el riesgo de cáncer de ovarios. Un estudio, el de Cáncer y la Hormona Esteroide (CASH), encontró que la reducción del riesgo de cáncer de ovarios era la misma sin importar el tipo o la cantidad de estrógeno o de progestina en la píldora (5). Un análisis más reciente de datos del estudio CASH indicó, sin embargo, que las formulaciones de anticonceptivos orales con altas concentraciones de progestina estaban asociadas con un riesgo más bajo de cáncer de ovarios que las formulaciones con concentraciones bajas de progestina (6). En otro estudio, el estudio de las Hormonas Esteroides y la Reproducción, SHARE, los investigadores evaluaron nuevas progestinas de dosis más baja que tienen propiedades andrógenas variables (efectos similares a los de testosterona). Ellos no encontraron alguna diferencia en el riesgo de padecer cáncer de ovarios entre las píldoras andrógenas y las no andrógenas (7).
Se ha estudiado el uso de anticonceptivos orales por mujeres que tienen un riesgo mayor de cáncer de ovarios debido a una mutación genética en los genes BRCA1 o BRCA2. Un estudio indicó que hay una reducción del riesgo en las portadoras de la mutación BRCA1 o BRCA2 que tomaron anticonceptivos orales, mientras que otro estudio mostró no haber efecto (8, 9).Un tercer estudio, publicado en 2009, encontró que las mujeres con mutaciones en BRCA1 que tomaron anticonceptivos orales tenían cerca de la mitad de riesgo de cáncer de ovarios que las que no habían tomado la píldora (10).
Se ha indicado que las mujeres que usan los anticonceptivos orales tienen un riesgo menor de cáncer de endometrio. Este efecto protector aumenta de acuerdo a la duración del uso de los anticonceptivos orales y continúa por muchos años después que la mujer haya dejado de usarlos (11).
El uso a largo plazo de los anticonceptivos orales (5 o más años) está asociado a un riesgo mayor de cáncer cervical (12). Un análisis de 24 estudios epidemiológicos encontró que cuanto más tiempo usaba una mujer los anticonceptivos orales tanto más aumentaba su riesgo de cáncer de cuello uterino. Sin embargo, entre las mujeres que dejaron de tomar anticonceptivos orales, el riesgo tendió a disminuir con el tiempo, sin importar por cuánto tiempo ellas habían usado los anticonceptivos orales antes de dejar de tomarlos (13).
En un informe de 2002 de la International Agency for Research on Cancer, la cual forma parte de la Organización Mundial de la Salud, se combinaron los datos de ocho estudios para evaluar la relación que había entre el uso de anticonceptivos orales con el riesgo de cáncer de cérvix entre las mujeres que tenían la infección por virus del papiloma humano (VPH). Los investigadores encontraron un aumento casi triple del riesgo entre las mujeres que habían usado anticonceptivos orales de 5 a 9 años en comparación con mujeres que nunca los habían usado. Entre las mujeres que habían usado anticonceptivos orales durante 10 años o más, el riesgo de cáncer de cuello uterino era cuatro veces más alto (14).
Prácticamente todos los cánceres cervicales son causados por infección persistente de los tipos de alto riesgo u oncogénicos de VPH, y la asociación del cáncer cervical con los anticonceptivos orales es posiblemente indirecta. Las hormonas en los anticonceptivos orales pueden cambiar la susceptibilidad a la infección por VPH de las células del cérvix, o pueden afectar la capacidad de las células para deshacerse de la infección o hacer que la infección por VPH cause cambios con más facilidad los cuales se conviertan en cáncer cervical. Las cuestiones acerca de cómo los anticonceptivos orales pueden aumentar el riesgo de cáncer cervical obtendrán una respuesta por medio de las investigaciones en curso (15).
El uso de anticonceptivos orales está asociado con un mayor riesgo de tumores benignos de hígado, como son los adenomas hepatocelulares (16). Los tumores benignos pueden formarse como bultos en diferentes zonas del hígado y tienen un alto riesgo de sangrar o de romperse. Sin embargo, estos tumores se hacen rara vez cancerosos (17). Es menos claro si el uso de anticonceptivos orales aumenta el riesgo de tumores cancerosos de hígado, conocidos también como carcinomas hepatocelulares. Algunos estudios han encontrado que las mujeres que toman anticonceptivos orales durante más de 5 años tienen un riesgo mayor de carcinoma hepatocelular, pero otros estudios no han encontrado eso.
[PubMed Abstract]
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.